A todos nos entusiasman las plataformas, y Skully es un juego que no se queda atrás en este aspecto. Desarrollado por Finish Line Games, conocidos anteriormente por su obra Maize, en esta ocasión nos pondremos a rodar. Es importante mencionar que Skully está disponible para PC mediante Steam, Xbox One, PS4 y Nintendo Switch.
Como podemos comprobar a simple vista, estamos ante un juego de plataformas en el que tendremos que rodar (aunque de manera diferente a Rock of Ages). Nuestro protagonista es una pequeña calavera que tiene sus recursos para avanzar. Su propósito es volver a unir a una familia dividida que anteriormente estaba unida, y ahora ha surgido una rivalidad entre ellos. La premisa es un poco simple pero no empaña la forma que tenemos de divertirnos.
Rueda rueda, pequeña calavera
La función básica de Skully es rodar para continuar avanzando por el terreno. Es muy gracioso porque la física es similar a una pelota pero su forma no es completamente redonda. Además de rodar contamos con otras acciones como saltar o utilizar las paredes con vegetación para avanzar. El diseño de los escenarios es bastante chulo, en su justa medida desafiante. Los peligros son variados: saltos arriesgados, agua o lava serán algunos de los más comunes.
Además de rodar, nuestra pequeña calavera tiene la capacidad de convertirse en diferentes seres que nos ayudarán a continuar en ciertas partes. Cuando lleguemos a un punto de control, la pequeña Skully podrá transformarse en monstruos de arcilla con habilidades útiles. Esta funcionalidad es necesaria para ciertos puntos, por lo que tendremos que acostumbrarnos al cambio de jugabilidad cuando lleguemos a uno. En total podremos convertirnos en tres formas diferentes de arcilla para superar los obstáculos.
Entre las cosas que podemos hacer con la arcilla destacan el doble salto, una velocidad mayor o lanzar ataques devastadores. A veces tendremos que convertirnos para acabar con algún enemigo, y otras superar un puzzle o romper paredes. El desarrollo no es que sea un desafío pero tampoco es un paseo, por lo que habrá que darle a la cabeza alguna que otra vez. La variedad entre los tres monstruos es bastante diferenciada y es algo que se agradece.
La curva de aprendizaje se estabiliza con el progreso del juego
Como mencionamos anteriormente, la dificultad no es que sea un problema aunque tampoco es un juego extremadamente fácil. El tener que lidiar con las habilidades de los monstruos de arcilla le da un punto extra de jugabilidad. Gracias a unos puntos de control bien repartidos por el camino, la dificultad en ciertas partes es salvable. La exigencia se convierte en algo más enrevesado según vayamos progresando en la historia, por lo que a partir de la mitad del juego podemos notar el incremento de esta. Aún así la curva es bastante buena y se adapta al jugador y al tiempo empleado, por lo que una zona algo más desafiante no llega a ser del todo desesperante. Los puzzles y la exploración son fundamentales en este viaje, en el que además podremos recoger coleccionables a nuestro paso, dándole algo más de vidilla y rejugabilidad.
Apartado técnico interesante
Obviamente no estamos ante una producción con un presupuesto digno de los juegos AAA. Su apartado gráfico cumple con su función y es agradable de ver, así como la definición de los escenarios y personajes. Las animaciones quizás puedan verse algo ortopédicas, pero a mí me hacen bastante gracia, y seguro que no seré el único.
Los decorados tienen su ambientación, algo justa pero lo suficiente para atravesar secciones bien diferenciadas entre sí. La banda sonora acompaña de una manera tranquila pero de forma activa, el doblaje es bastante bueno y los textos podemos encontrarlos en español. Los efectos de sonido cumplen con su función y no hemos encontrado nada que destacar de una manera negativa.
En total tendremos que atravesar 18 niveles diferentes inmersos en 7 entornos distintos, cada uno con sus peligros correspondientes. El tiempo de juego medio sin reparar en los coleccionables supera las 6 horas de juego, algo que no está nada mal para un plataformas de este estilo.
Conclusiones
Hace bastante tiempo se perdió el interés por el plataformeo, ya sea 2D o 3D, y tuvimos una gran sequía de títulos. La gran mayoría apostaba por los FPS y RPG masivos, pero afortunadamente el movimiento independiente cambió el rumbo de esta situación. Hoy en día podemos decir que existe una gran variedad y catálogo equilibrado, pero que se lancen juegos de determinado género no quiere decir que acaben siendo buenos.
En esta ocasión las plataformas en 3D y una premisa sencilla hacen de Skully un juego decente, disfrutable y agradable de jugar. Su tono humorístico y los avances en la tecnología te hacen rememorar los mejores tiempos de PS2, con una clara mejora gráfica. La adaptación del jugador a las mecánicas es buena y la dificultad no es prohibitiva, además de tener una jugabilidad interesante gracias a los monstruos de arcilla.
Si bien es cierto que no estamos ante un Jak and Daxter o Rayman, Skully es bastante disfrutable en sus más de 6 horas de juego básico. A esto hay que sumarle las horas de rejugabilidad para encontrar el resto de coleccionables que pasamos por alto. Personalmente es un recomendado de manual, sobre todo si vienes de la época dorada de las plataformas, aunque no esperes un apartado gráfico ultra definido, pero eso no nos importa a nosotros.