Si bien estamos acostumbrados a que las historias suelen girar alrededor de padres que buscan venganza por sus hijos perdidos o sean arrebatados de su lado, esta vez estamos ante un título que, basándose en la misma premisa, despunta por completo poniéndonos en la piel de Sachi, una madre forzada a despegarse de su primogénito por causas divinas que nadie llega a comprender pero tampoco nadie se cuestiona, ya que es la única verdad que conocen, o, mejor dicho, que les permiten conocer.

Solar Sail Games ha creado un ambiente triste, desolador y con unas premisas bastante deprimentes sobre cómo será el futuro de la aldea en la que nos encontramos, ya que la humanidad ha sido devastada en la Tierra y tan solo quedan unos supervivientes recluidos en una aldea protegida por el gran Árbol Solar, un artefacto que es tratado como una divinidad que mantiene a flote la poca sostenibilidad consiguiendo mantener el calor a su alrededor, pudiendo así cultivar y, tristemente, malvivir en esa porción de tierra. Sin embargo, este don tiene un precio, ya que cada familia debe entregar a su primogénito en sacrificio para que el Árbol siga funcionando. O eso es lo que quieren que creamos.

La historia se complica cuando descubrimos años después de nuestro sacrificio personal que los niños sacrificados son en realidad transportados a un mundo subterráneo donde trabajan sin descanso como esclavos de mano de obra barata para mantener el funcionamiento de la maquinaria del Árbol Solar. Sachi viaja al mismo lugar que los sacrificios en busca de su hijo, y ahí es donde realmente empieza nuestra historia y comenzamos a disfrutar de los peligros que nos rodean en este entorno todavía más penoso que el mundo que conocíamos.

En cuanto llegamos a este nuevo mundo somos conscientes de que la supervivencia es algo vital, ya que necesitaremos alumbrarnos cuando la oscuridad se cierna sobre nosotros, así como defendernos de los ataques de los monstruos que pueblan estas tierras o encontrar comida para mantenernos con vida. Para todo ello contamos con un sistema de creación de artilugios de utilidad, aunque necesitaremos de recursos que debemos encontrar no sin el peligro de encontrar hostilidades en nuestro camino. A pesar de ser un juego con mucha carga narrativa, principalmente es de supervivencia y eso es algo que tiene que quedarnos claro desde un primer momento o no duraremos demasiado en estas tierras.

La mecánica de juego es bastante simple: sobrevive, consigue recursos, acumula en tu inventario lo que necesites para crear artilugios útiles y consigue aprender nuevas cosas que construir. Hay una evolución de enemigos, objetos y de nuestro propio personaje según vayamos avanzando, y es un incremento bastante progresivo, así que bien por ese aspecto, sobre todo para la gente que no está demasiado familiarizada con este tipo de juegos. Para no entrar demasiado en la historia, diremos que no podremos avanzar en ciertos puntos de la historia porque tendremos que descubrir cómo podemos avanzar sin morir en el intento (por ejemplo, zonas de temperatura extrema requerirán que consigamos equipamiento para sobrevivir a esos cambios bruscos), consiguiendo así diferenciar las zonas de dificultad gracias a estos requisitos. Otro detalle a tener en cuenta es la aparición del humo, que puede llegar a matarnos si no disponemos de una linterna que tenemos que fabricarnos (es de lo primero que nos advierten), y es que con el ciclo del humo varía la flora y la fauna del lugar, llegando a aparecer variedades que necesitaremos solo cuando más difícil es para nosotros movernos a través de este mundo.

Si bien el juego tiene una buena carga narrativa, puede pecar de ser un poco repetitivo en cuanto a misiones lineales y predecibles, ya que la mayoría de las veces un personaje necesita que le traigamos algo para que nos enseñe a hacer lo que necesitamos para avanzar, y poco más; es algo frustrante sobre todo porque le pone freno a la historia. Visualmente es una delicia, tanto en animación como en un entorno bastante cuidado dependiendo de en qué escenario nos encontremos, unos personajes detallados y un detallismo que se consigue trabajando los efectos visuales a mano es lo que despunta de este título, que entra por los ojos sin demasiado problema.

El aspecto de los combates también puede hacerse un poco repetitivo, sobre todo por la más que evidente inferioridad (recordemos que manejamos a una campesina, por muy bien equipados que vayamos) y cualquier golpe supondrá una dificultad extra, pero todos los enemigos tienen ciertos patrones que podemos estudiar antes de decidirnos si atacar o escabullirnos. Nuestro equipo podrá ser reparado con los materiales necesarios, así como mejorar sus características. En cuanto al mundo que nos rodea podemos desbloquear el viaje rápido mediante tubos teletransportadores, ya que se trata de un juego en el que la pasividad hará que nos mantengamos con vida y toda precaución que necesitemos oportuna será poca. Con todo lo dicho anteriormente, se crea una atmósfera bastante triste gracias a los efectos de sonido y la banda sonora, muy acorde al género con el que estamos tratando.

En general, estamos ante un juego que no innova en ningún aspecto jugable, pero que destaca con un apartado visual muy mimado que hace que queramos jugarlo con solo ver unos segundos de vídeo. Los objetivos son bastante repetitivos y la curva de progresión es exigente pero justa, por tanto tendremos que jugar con un poco de paciencia a lo largo de unas nueve horas de media que bastarían para concluir la historia de Smoke and Sacrifice.

Análisis por Gild

Plataformas disponibles: PC, Switch (desde 31 mayo 2018), PS4 y XBOX ONE (desde 15 enero) a 19,99€

Gild
Mi primera Atari daba calambres cuando intentabas cambiar el juego; así es como juegas mejor. Devoro libros en transportes públicos o en mi cama de noche, y siempre estoy escuchando música.

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