Rugido de motores en el salón y en la calle. Llega Snowrunner, un tremendo simulador de camiones y carreteras americanas
Licencia CDL A para recorrer los Estados Unidos
Si alguna vez quisiste ser camionero o sentir la sensación de conducir un monstruoso vehículo, este es tu juego. Si bien, necesitarás tener unos conocimientos mínimos para poder manejarte, como marchas, luces y mucho sentido común. Snowrunner viene para eregirse como uno de los mejores simulares actuales.
Como ya dijimos acerca de Snowrunner cuando salió para las plataformas PS4, Xbox One y PC, el simulador para camiones ha llegado, y lo ha hecho con mayúsculas. Acertamos al decir que cada vez más los juegos de simuladores han cogido popularidad entre un gran nicho de jugadores que necesitaban propuestas firmes y bien definidas. De nuevo, Saber Interactive ha conseguido satisfacer esas necesidades.
Al más puro estilo americano, recorreremos distintas ciudades con misiones que nos llevarán por caminos tortuosos y poco transitados, carreteras solitarias y sensaciones que nos trasladan al asiento del piloto con un nivel de realismo que casi roza la perfección.
Manos al volante y arrancamos. El asfalto nos espera
Antes del GPS, ¿qué ocurría si no conocías el camino y te confundías de dirección? Pues eso, que te perdías. El enorme mundo abierto de Snowrunner nos devuelve esa sensación. ¿Cómo? De la manera más simple y certera. El mapa está oculto bajo una capa negra que sólo se irá descubriendo a medida que avanzas y te acercas. Si bien es cierto que las localizaciones vendrán marcadas, no olvidemos que podemos transitar por carreteras o cruzar el bosque sin miramiento alguno, por lo que estar atentos a todo lo que nos rodea y desbloquear el mapa será primordial para nuestra misión.
El juego ofrece mucha información útil a medida que conduces, sin embargo no toda la
necesaria. Ya indicamos con anterioridad que Snowrunner no está hecho para todo el mundo, que el jugador senior lo pasará pipa y sin agobios por tutoriales largos y que el novel, por el contrario, se encontrará solo y desinformado hasta bien entrada la partida. Aun así, nos quedará en pantalla la posición de la palanca de cambio para que atendamos a las marchas, datos sobre el combustible disponible y los problemas que pueda llevar el vehículo tanto en el chasis como en el motor, así como anuncios que saltarán para darnos información adicional. Conducir, como ves, no será fácil pero sí muy divertido. Y, sino, el cabestrante te hará de salvavidas en más de una ocasión.
Además, lo más importante de todo es que Snowrunner te trae a las manos una experiencia muy cercana a la real. Ya se explicaron las mecánicas y físicas cuando hablamos del juego para las antiguas plataformas. En Nintendo Switch no ha cambiado demasiado. El paisaje interacciona con nosotros en cuanto nos facilita, dificulta o impide el paso en un mundo abierto y muy extenso, algo que compensa la escasa oferta de mapas. Las físicas de los elementos que nos rodean, como el barro, el agua, la nieve o incluso la propia vegetación supondrán un añadido a la experiencia de conducción que nos hará sentir los pedales bajo nuestros propios pies. Realismo al que se le suma las franjas horarias y sus distintas condiciones, sobre todo lumínicas.
¿Cómo es ser un camionero?
Snowrunner nos presenta marchas manuales, que debemos cambiar en función del terreno o las necesidades climatológicas en las que nos estemos moviendo. Se podría decir que la clave está en la palanca de cambio. Y en la dinámica de realismo que nos plantea, el carburante es un punto importante. Debes pensar con cabeza, como un auténtico profesional, si quieres llegar bien a tu destino. No todo vale, ni todo es igual de efectivo. Según las decisiones que vayas tomando, los caminos que quieras coger y las paradas que quieras hacer, tu forma de conducir o la carga con la que viajes, tu depósito fluctuará de una u otra forma. Vas a necesitar pensar muy bien qué haces para no quedarte tirado.
Y aunque exista la función del GPS, no te confundas. Está para ayudarte, no para conducir por ti ni calcular la ruta más rápida. Esto no es la ciudad, amigo, ni tú estás de paseo. Viniste a conducir, y eso vas a hacer porque sin ti da la impresión de que el país esté parado. ¿Ayuda? Por supuesto que sí, pero serás tú de nuevo quien imponga la lógica. Una vez que establezcas el camino por el que quieras llegar a destino, te orientará sobre la dirección escogida. No es un piloto automático, tenlo en cuenta.
Algo que te gustará será la conducción de diferentes vehículos. No solo en cuanto al aspecto, sino en todos los sentidos como todo lo demás. Las marchas no son iguales, ni la tracción. Tampoco lo son los componentes que usa cada vehículo ni las condiciones sobre las que es conveniente su uso. Por ejemplo, no será lo mismo atravesar un rio bajo con una camioneta que hacerlo con un camión, al igual que no será igual atravesar un valle nevado con uno u otro. Notarás mucho la carga en estas circunstancias, de forma gráfica y mecánica, sintiendo incluso el peso en la conducción.
Por ponerle una pega a todo esto, no hay ni atisbo de interacción de NPCs. Al centrarse en el paisaje y sus físicas, no nos cruzaremos con algo de vida en todo el juego. No hay animales por más que estemos cruzando bosques, ni encontraremos oposición a usurpar cualquier vehículo que encontremos, ni tampoco habrá nadie repostando en las estaciones de servicio. Esto nos saca un poco de la historia, algo que no ha cambiado de la anterior versión para las otras plataformas.
Un garaje de ensueño
La variedad de vehículos es buena y necesaria. No siempre conduciremos un camión. Habrá
lugares en los que será más fácil llevar un Chevrolet o una camioneta. Y no solo eso, sino que tendremos oportunidad de personalizar todo tipo de detalles, incluyendo incluso el
ambientador de pino.
Es aquí donde realmente ha desarrollado Saber Interactive su labor gráfica. Todos los
vehículos, sin excepción, se presentan con exquisito detalle. Dan la sensación de haber estado manejados una y mil veces, por un millón de senderos, en las condiciones más extremas. Cada uno de los rasguños, abollones y desconchados nos lleva aún más a ese sentimiento de sumergirte en una conducción real.
La personalización se embarca incluso en ese espíritu aventurero, rebelde y libre del
camionero estadounidense. El de la gorra y los chuletones en los asadores de carretera. Es tan magnífica su escenificación, que los movimientos del conductor no parecen fruto de la programación, y si cambiamos la cámara a la vista en primera persona podremos ver cómo se mueven las agujas, tocar el claxon e incluso darnos cuenta de que estamos casados.
El casette a la radio, una pequeña rama de espiga a la boca y la ruta será nuestra
La banda sonora te hará compañía en tu solitario viaje (sin entrar en el modo cooperativo) con una mezcla de blues y country para trasladarte a un viaje que bien podrías estar realizando por la Ruta 66.
En los gráficos no hemos avanzado mucho desde la versión de PS4, Xbox One y PC. Saber Interactive se ha centrado en las mecánicas, la física del paisaje y los vehículos, pero el ambiente no llega a la calidad que se espera para un videojuego actual.
No obstante, tiene cosas muy buenas. Los paisajes son detallados con rigurosidad, incluso a la hora de moverse, a pesar de estar carentes de vida animal o humana. Igual que ocurre con los edificios. Aunque sí que hay algo que escapa al downgrade que sufre la ambientación: agua y humo. Hay otros elementos como el barro salpicando, las huellas en la nieve o incluso las chispas al roce del metal. Sin embargo, la sensación que otorgan tanto el agua como el humo es sublime. Sacar la mano por la ventanilla y mojarte en el riachuelo o respirar humo negro que sale de dos enormes tubos de escape jamás te llegaron tan directas en un videojuego como en Snowrunner. Y si quisiéramos sacarle punta, sólo podríamos quejarnos del choque del agua con las rocas, poco definido, o que la lluvia dificulta la conducción, pero no empapa la pantalla.
Convoy
No competirás en el cooperativo. Como una auténtica compañía de transporte, en Snowrunner recorrerás la carretera para realizar tu trabajo acompañado de otros tres compañeros, cual convoy.
Eso sí, quizás debas echarle alguna que otra hora al juego antes de entrar en el cooperativo porque necesitarás desbloquear ciertos vehículos que te harán falta en algunas partes del mapa.
Switch frente al resto
En general, el cambio más significativo entre Switch y el resto obedece más a la propia consola que al juego. Es decir, ahora podemos ir jugando a Snowrunner mientras viajamos en tren o bus, por ejemplo, pero en cuanto a mecánicas, física y modo de juego, la nueva versión viene prácticamente calcada.
Lo que sí cabe destacar es que dentro de las formas que ofrece Nintendo Switch está el cambio de calidad del televisor al portátil. Es mucho más nítida la gráfica en el portátil a pesar de que el fondo se aprecie mucho menos por su tamaño. Aun así, es una pasada juguemos donde juguemos.
En cuanto a los DLC, el único que no es de pago desbloquea dos vehículos simplemente, pero cabe mencionar que tanto los DLC de pago como la gran variedad de Season Pass ofrecen posibilidades muy atractivas, entre ellas la de completar de forma grata la oferta de mapas, que resulta escasa en la base del juego.
Snowrruner, conducir como modo de vida
Para concluir, podemos decir que Snowrunner no es el juego más emocionante del siglo, pero sin duda sí que es uno de los mejores simuladores hasta la fecha.
Es imposible achacarle fallos por no cuidar el ambiente si los vehículos vienen repletos de
detalles, las mecánicas y físicas nos meten en el camión, y los movimientos del conductor nos ayudan tanto a empatizar con él que parecerá que se trate de nosotros mismos. Esa era la misión del juego, ¿no? No has venido ni a ver paisajes ni a hacer amigos. Has venido a trabajar, a conducir y disfrutar de la carretera.
Y eso será precisamente lo que parezca. Se apoderará de ti la tensión para hacerte vivir la
conducción de tal forma que, cuando sueltes el mando, tendrás la sensación de estar bajando los tres escalones del camión tras una dura jornada, agotado y satisfecho con tu trabajo.