ECC nos ofrece el siguiente arco argumental de la saga “Una nación indivisible” que ocupa los números 8 a 12 de la colección. En el apartado artístico tendremos durante los números 8 a 10 al tandem que creó este mundo, los incombustibles Jorge Jiménez y Alejandro Sánchez (¿Alguien más necesita tener ya “Supersons”?) que serán sustituidos por Federico Dallocchio (“Green Arrow) e Iban Coello (“Masacre y los mercernarios”).
Abnnet hace una gran labor de documentación e intenta armonizar todas las historias que se han ido dando con respecto a Jay, Alan, Dick, Kendra y compañía desde el inicio de Tierra-2 con James Robinson, sin perder la influencia más que evidente que tenía Wilson de la serie “Battlestar Galactica”. Tras los sucesos del tomo anterior, y enfocar cuántas naves y qué ciudades se crearon a partir de ellas, el guionista abre varios frentes.
Ante las necesidades de este mundo cada maravilla actúa en conciencia, Dick por ejemplo ha montado una lucha clandestina junto a Red Arrow y su mentor, Ted Grant (atentos a la continuas bromas que hace Abnett sobre ponerle un traje y casi decir su antiguo nombre de guerra) contra Nimbus, un especulador de la energía que explota la desesperación de la gente y resulta ser una esquiva niebla tóxica.
Gracias a él, tenemos de vuelta a Rex Tyler, la única maravilla creada por Wilson y que es la versión de Hourman de este Nuevo Universo. Quizás algo aceleradamente para mi gusto, pero Abnett logra jugar bien una redención de este en principio villano para unirlo a la plantilla del equipo. Kara por su parte, sólo sabe canalizar su rabia combatiendo a todo lo que se le ponga por delante. Por su parte parece que el velocista Jay Garrick es un personaje al que no le coge el punto el guionista, salvo unas geniales viñetas de Jiménez demostrando que sabe plasmar la supervelocidad, la presencia del que antaño fuera el personaje principal de esta serie ahora se antoja anecdótica.
Abnnet sabe aprovechar muy bien los puntos fuertes de los granadinos y por ello equilibra las reuniones de la Sociedad de la Justicia, los debates sobre elecciones libres o la inminente guerra que habrá entre las ciudades de Erebus y Ark Home, o la belicosa actitud de los Sandmen, el Capitán Acero y Sato, como representantes del Ejercito Mundial. Las propuestas de que sea Lois la que haga una nueva constitución para la nueva Tierra-2 pues siendo un androide es más humana que cualquiera de los que allí ahora viven, son aderezadas con divertidos combates contra enormes monstruos creados genéticamente, sesiones de entrenamiento en Amazonia o asaltos nocturnos a Nimbus.
A Dallocchio, con un estilo mucho más realista y alejado del trabajo de Jiménez le toca el número más “serio”. Green Lantern quiere poner fin a las hostilidades, pero nada sabe del juego de la diplomacia, la mentira y la ambición humana, su verdad, que cree unirá a los pueblos no hace si no recrudecer la guerra. Por su parte Abnett creo que llega demasiado lejos poniendo a Ma Kent en contra de las maravillas sólo para motivar que Val-Zod abandone su emblema de Superman y se retire. Un número en que si bien las conversaciones y diálogos de Abnett son brillantes la composición es muy plana y el ritmo muy pausado y poco espectacular.
El tomo concluye con la intervención de Iban Coello, otro genial artista español que en este caso tira más su estilo también de claras influencias mangaanime como el de Jorge hacia el cartoon. La primera de las secuencias de este número pide a gritos que le asignen ya una obra de corte space opera, que bien diseña naves y “momentos cabina”. Un gran trabajo en rostros, con las ya más que reconocibles “sonrisas socarronas de medio lado” de Coello. Un número luminoso en que de nuevo quizás los personajes parezcan un pelín excesivamente jóvenes, pero donde a Coello le toca ilustrar el momento clave de la resolución de toda la oscuridad con la que empezó esta serie.
Un nuevo y verde amanecer ha acabado con la hora más oscura de la nueva Tierra-2, dos maravillas han optado por dejar de serlo y vivir como mortales, pero en las sombras un terror venido de los remotos tiempos de la JSA acecha, ¿podrá una tierra casi sin maravillas enfrentarse al terror del Ultrahumanita? Lo sabremos en la próxima reseña de Sociedad de Tierra-2,