En episodios anteriores de Solo asesinatos en el edificio nos hemos visto ante la trepidante persecución de un asesino capaz de esquivar todas las miradas para salirse con la suya. El octavo capítulo regresa la historia de los márgenes y notas a pie de página para afanarse a vivir a todo correr. Busca dar voz a lo que el equipo lleva buscando tanto tiempo. La serie original de Star y emitida en Hulu está disponible en Disney+.
Para los recién llegados, Solo asesinatos en el edificio nos cuenta la historia de Charles-Haden Savage, interpretado por Steve Martin; Oliver Putnam, interpretado por Martin Short; y Mabel Mora, interpretada por Selena Gómez; tres personajes que tienen tanto en común como como un bisturí a una aguja de tejer. Solo les une una cosa en común, el interés por los misterios sin resolver. Seguidores del mismo podcast, ven su oportunidad de dar brillo a sus habilidades cuando un vecino del edificio fallece en extrañas circunstancias. Antes de seguir, les recomiendo leer la crítica al primer capítulo.
Una de las mayores virtudes de la producción es que interpela al espectador de formas muy diversas, pero siempre, siempre, siempre, da igual la manera en que nos cuente las cosas, consigue reírse de sí misma. Y eso le da un curioso poder. Al reírse con tanta franqueza de sí misma y sin tapujos, nos brinda la oportunidad de una comedia muy abierta. Pero también consiguen el poder de reírse a costa del público sin vergüenza ni arrepentimiento. Y es que por esos derroteros es por los que se mueve el octavo capítulo: Fanfiction.
Un fanfiction es como se conoce a las obras escritas por los fans a partir de un título creado por otra persona. Pueden ser microrrelatos, sagas o novelas. La extensión no es un valor determinante, como sí lo es que son publicaciones gratuitas, hechas sin ánimo de lucro y a partir y como fundamento de una comunidad de fans. Elegir este término como título ya nos encamina acerca de las elecciones narrativas que contiene el capítulo.
La serie se actualiza constantemente, aprovechando el cambio de foco argumental; de perspectiva del personaje del momento, que en este caso son los fans; o simplemente retrocediendo el reloj en un baile particular. Pero aquí fanfiction encierra más sombras de lo que parece, aunque aparentemente sea esclarecedor. La presencia de los fans del podcast en la historia se convierte en un elemento narrativo de interés, también de humor y, como comentaba previamente, de cambio de foco. Pero va un paso más allá.
Durante el episodio nos encontramos a Mabel y a Oliver, firmes defensores de su obra original, su búsqueda y objetivos que deben permanecer ajenas a las interpretaciones de extraños. Tenemos a Charles en un difuso limbo y a Jan, siendo la observadora ajena que apunta ideas que se alejan por completo de las líneas narrativas de Mabel y Oliver. A sus ojos, no es la fan que aprecia su trabajo y les hace preguntas de curiosidad. No, es la Mary Sue, un término insidioso del que ya he hablado en otras ocasiones, que invade su terreno y lo distorsiona, tratando de cambiar e incluso destruir su visión del asesinato de Tim Kono.
Este capítulo de Solo asesinatos en el edificio abre nuevos interrogantes, se extiende hasta lo alto del edificio como la enredadera capaz de colarse por cualquier resquicio e imposible de romper. Y, tal vez, de pie a que alguien tome el micro e inaugure un nuevo podcast.
