Las segundas oportunidades tienen su miga porque, aunque quieras, no puedes tratarlas como si la experiencia te viniera de nuevas. Hay esperanzas, hay traumas, hay errores y hay éxitos; y todos ellos pesan sobre tu mente al presentarse esta nueva oportunidad. El nuevo capítulo de Solo asesinatos en el edificio se centra en el azar, en el valor que tiene tratar el presente con la compañía del pasado, pero no su yugo. El cuarto capítulo de la serie original de Star y emitida en Hulu está disponible en Disney+.
Para los recién llegados, Solo asesinatos en el edificio nos cuenta la historia de Charles-Haden Savage, interpretado por Steve Martin; Oliver Putnam, interpretado por Martin Short; y Mabel Mora, interpretada por Selena Gómez; tres personajes que tienen tanto en común como como un bisturí a una aguja de tejer. Solo les une una cosa en común, el interés por los misterios sin resolver. Seguidores del mismo podcast y espectadores de un capítulo por una razón meramente fortuita, ven su oportunidad de dar brillo a sus habilidades cuando un vecino del edificio fallece en circunstancias sospechosas. Antes de seguir, les recomiendo leer la crítica al primer capítulo.
Regresa el humor negro, fresco y reluciente que no duda en dar punta a todo lo que tranca
Volvemos a las intros de impacto y nos alejamos completamente de la narrativa del episodio anterior, cosa que agradezco muchísimo. Vuelven las incógnitas, las dudas y las nuevas teorías. Vienen todas juntas con el mismo frenetismo y nerviosismo con el que Oliver clama ayuda. Mabel se pregunta: ¿puede ser tan simple?, nosotros como espectadores sabemos que nada lo es, pero es realmente divertido ver cómo se las apañan con las nuevas teorías y qué son capaces de hacer para obtener respuestas. Y sí, si esperabas que la trama en torno a Sting era la gran sorpresa, espera a descubrir qué pintan en este percal Bugs Bunny y el Puerco Porky.
Toda la narrativa en torno a Charles es divertida, torpe, mentirosa y sincera
Pero no nos vamos a centrar solo en Tim Kono y su terrible muerte. Anteriormente pudimos conocer un poquito más a Oliver y sus pesquisas. Ahora es el turno de Charles y, tengo que decir, que durante todo el episodio me gobernó una pregunta: ¿qué le pasa a Charles?
Toda la narrativa en torno a Charles y los personajes que le rodean para que podamos conocerle un poco mejor es divertida, torpe, mentirosa y sincera. Sí, ese combo se puede dar si manejas bien lo que tienes entre manos. El coqueteo musical se ha convertido en uno de mis flirteo favoritos del panorama audiovisual.
Regresa el humor negro, fresco y reluciente, que no duda en dar punta a todo lo que tranca. ¡Qué encuentros! ¡Que intensidad! ¡Qué caos! Solo cuando Charles asume y acepta el desastre que reina a su alrededor es capaz de tomar impulso para arreglarlo en la medida que puede. Y qué buena forma de ver germinar las semillas que han ido plantando desde el minuto uno sobre Charles y verlas florecer, explicando las incógnitas de Charles de forma abrupta, desastrosa y humanamente cercana. Conocer un poco más sobre él me ha llevado por un camino inesperado y me ha roto un poco más, en el buen sentido.
Mabel sigue siendo la gran incógnita de la serie y aunque se muestre más cercana a Charles y Oliver eso no hace desaparecer las murallas y mentiras que hay a su alrededor. Las respuestas no llegarán hasta el próximo martes, lo que incluye ese giro final.
