La sociedad tiene una deuda de gratitud con quienes trabajan cara al público, particularmente en estos tiempos de pandemia. Fuera del ámbito sanitario, los dependientes de comercio en general, y los camareros en particular, forman quizá el colectivo más precarizado y peor considerado por parte de la clientela. En estos tiempos de COVID-19, además, no pocos profesionales del sector han perdido sus trabajos por causa de las necesarias medidas de prevención, o han visto reducidas sus jornadas de trabajo y por consiguiente, sus sueldos. Pero virus al margen, los camareros siempre han visto su estresante y exigente trabajo poco valorado, por decirlo de un modo suave.
El valenciano Jesús Soriano Soto (Alzira, 1987), camarero desde los 16 años, compagina su trabajo habitual con su actividad en las redes sociales como “Soy camarero”, en las que trata con humor las vicisitudes diarias de su profesión. Hace unas semanas publicó un cómic con Grijalbo, ilustrado por Xarly Rodríguez (Lucreativo), que narra unas semanas de la vida de Jorge, camarero vocacional que trabaja en período de prueba en el Bar Manolo, una tasca “de las de toda la vida”.
El bar sobrevive a duras penas con una clientela cada vez más menguada, formada sobre todo por los más ancianos del lugar, de costumbres fijas, en el buen y en el mal sentido. Para empeorar las cosas, el gastrobar de enfrente pasa por un buen momento, y está siempre a rebosar, lo que merma aún más las posibilidades que tiene el bar de remontar. Manolo apenas llega a fin de mes y la plantilla está deprimida ante la amenaza de un cierre.
Jorge, que hace poco que trabaja en el bar, propone a su dueño varias ideas que podrían ayudar a atraer clientela fija, pero tendrá que vencer las reticencias y la resignación de Manolo, que empieza a ver el cierre como una posibilidad real. Jorge se convertirá en un revulsivo, pero deberá lidiar junto a sus compañeros con los clientes, algunos amables y educados, pero otros a quienes mandaría al infierno sin pensarlo.
“Soy camarero. El cliente NO siempre tiene la razón” (Grijalbo, 2020) es una historia sencilla que busca transmitir la realidad diaria de una profesión poco valorada y del entorno general del sector de la restauración de pequeño y mediano tamaño. El humor ácido, las dificultades económicas y la paciencia infinita son las claves de una trama breve y de rápida lectura que incluye una pequeña historia de amor. Jorge y sus compañeros dan una visión con matices diversos de la profesión de camarero y sus problemáticas, mientras que Manolo representa al hostelero afable y comprometido, en un retrato no muy diverso de la profesión, pero eficaz para el devenir de la trama.
Cafés con más requisitos que las condiciones de uso de una app, carajillos que podrían derretir el Anillo Único de Sauron, lavavajillas llenos a rebosar, cuentas separadas al límite de la locura, mucha psicología de barra de bar, pero sobre todo paciencia infinita para aguantar borderías o a niños desatados, forman el día a día de las personas que ejercen la profesión de camarero, quienes con un solo día libre a la semana, sirven el tiempo libre de los demás como mejor pueden.
“Soy camarero” es un pequeño homenaje ilustrado a la profesión de 100 páginas, que incluye un “Diccionario camareril”, con lo que el camarero dice Vs. lo que piensa, y un breve glosario visual de la Fauna de bar, una divertida clasificación de los clientes más representativos, según sus propios hábitos de consumo.
Este cómic ayuda a empatizar con los camareros y en general con los negocios pequeños
El dibujo de Lucreativo, de colores suaves y poco juego de sombras, es bastante somero y minimalista, en ocasiones casi caricaturesco, con una adecuada representación de las emociones y la acción, lo que agiliza mucho la lectura del cómic y enfatiza el humor del guion.
En fin, estamos ante un pequeño cómic cuyo principal atractivo es el humor ácido, pero que sabe introducir la crítica social de forma hábil y sin despertar susceptibilidades. No sabemos si su lectura modificará la actitud de algunos clientes, pero desde luego este cómic ayuda a empatizar con los camareros y en general con los negocios pequeños, que sostienen en realidad nuestro tejido productivo y dan de comer a muchas familias en nuestro país.
Lucreativo es el pseudónimo artístico del ilustrador Xarly Rodríguez. Nacido en Valencia en 1984 y criado en Mallorca, en 2009 terminó la licenciatura en Diseño Gráfico por el IED en Madrid. Detrás de sus viñetas se esconde siempre el humor con un toque ácido. En 2014 autoeditó su primer libro, “El ilustre diario de lucreativo”, gracias a una campaña de crowdfunding. Dos años más tarde, Lunwerg publicó “Almanaque ilustrado de un freelance & padre full-time” y ahora acompaña a Soy camarero en esta divertida novela gráfica editada por Grijalbo.