Está ambientada en un pueblo de Indiana en 1983, donde un grupo de chavales de unos 12-13 años se reúnen a jugar a ‘Dragones y mazmorras’ y a montar en bici sin más supervisión paterna que quedarse a cenar los unos en casa de los otros.
A las afueras hay un ominoso centro de investigaciones gubernamental, y en efecto, algo pasa ahí dentro. Un día, alguien desaparece del pueblo, alguien extraño aparece en su lugar, pasan cosas raras en las luces y las paredes, y serán estos guajes, reduciendo a los adultos a secundarios de estorbo o ayuda, los que intentarán desfacer el entuerto entre múltiples frikirreferencias a cómics, Tolkien o ‘Star Wars’.
La serie está rodada sin ningún tipo de ironía, deconstruccionismo o coñas "meta" al respecto de la época que retrata: es un intento de hacer algo que parezca de verdad rodado en 1983, y lo mejor que se puede decir de ella es que, de no ser porque el sonido y los efectos son mejores que los de tres décadas antes, lo consigue plenamente.
Obviamente, siempre se sonríe uno ante los teléfonos de pared con cable que no llega hasta donde quieres, las microfichas de las bibliotecas y el tener que preguntar a tu profe de ciencias las cosas que hoy se encuentran en internet, pero en ningún momento se hace todo esto con tonillo de postmodernismo hipster.
Los episodios duran entre 40 y 54 minutos, y cada uno empieza en el mismo momento en que acaba el anterior, así que al final queda todo como un largometraje de seis horas y media, una duración justa (Netflix va aprendiendo en esto), que podría ser incluso más corta en algún sitio, pero que se justifica plenamente por el espacio que da a los personajes que lo necesitan.
Los actores menores de edad están estupendos sin excepción alguna, desde el valiente "Elliott" líder del grupo hasta el chaval de la gorra y el ceceo porque no le han salido los dientes adultos todavía. Para ayudar a la nostalgia ochentera, aparecen entre los adultos Matthew Modine haciendo de temible científico de pelo blanco y una Winona Ryder de 44 años en plan madre angustiada, que en 1983 habría tenido la edad justa para hacer el personaje de Eleven. Llega en el momento y lugar adecuados para hacerse la dueña y señora del verano de 2016 y para ocupar digno lugar entre los VHS de ‘Gremlins’ o ‘Encuentros en la tercera fase’.
La serie se estrenó el pasado 15 de julio en Netflix. Esta primera temporada consta de 8 episodios.