¡Prepárate para matar a La Liga de la Justicia con Suicide Squad: Kill the Justice League!
El equipo de Rocksteady ha estado en el punto de mira de los jugadores durante casi una década. Desde el lanzamiento de Arkham Knight y el cierre de la saga Batman Arkham, el estudio ha permanecido en un silencio absoluto durante años mientras figuras relevantes de la empresa iban marchándose de forma constante y, por si fuera poco, el anuncio de Suicide Squad: Kill the Justice Leagueno mejoró las cosas.
La presentación del proyecto del estudio llegó en un momento en el que Marvel y Crystal Dynamics estaban enterrando su Marvel Avengers y en el que gran parte de los jugadores comenzaron a rechazar por defecto cualquier videojuego que llevase la etiqueta de ‘juego como servicio’ en su ADN. Con esa situación, Suicide Squad: Kill the Justice League fue apaleado por la opinión pública desde el día de su presentación, lo que provocó varios retrasos en su lanzamiento para reducir parte de la importancia que se le dio a su modo multijugador e intentar dar prioridad a su historia y mecánicas de juego.
Ahora, tras más de 30 horas de juego, lo primero que queremos aclarar es que Suicide Squad: Kill the Justice League no es ese proyecto totalmente fallido que muchos auguraban. Sin llegar, ni de lejos, al nivel de calidad de la saga Batman Arkham, el título de Rocksteady cuenta con ideas, mecánicas y situaciones interesantes que nos mantendrán pegados al mando durante un buen puñado de horas. Eso sí, eso no evita que su capa de juego multijugador estropee parte de la experiencia con decisiones que no nos han gustado en absoluto. ¿Será suficiente para ganarse el favor de los jugadores?
Mata a la Liga de la Justicia
La historia de Suicide Squad: Kill the Justice League arranca cinco años después del final de Batman: Arkham Knight. Tras los sucesos ocurridos en Gotham, el grupo de metahumanos compuesto por Batman, Superman, Wonder Woman, Flash y Green Lantern decidieron dar forma a la Liga de la Justicia para combatir y neutralizar las grandes amenazas que ponen en peligro a los habitantes de la Tierra; al menos durante un tiempo. Al parecer, la Liga de la Justicia no fue capaz de combatir a Brainiac tras su llegada a Metrópolis, un ser extraterrestre capaz de controlar y subyugar la mente de sus enemigos y, en cuestión de días, puso bajo sus órdenes a Batman, Superman, Flash y Green Lantern, siendo Wonder Woman la única metahumana que aún lucha contra la invasión alienígena.
Con ese panorama, Amanda Waller decide sacar del psiquiátrico de Arkham a Harley Quinn, Deadshot, Capitán Boomerang y al Rey Tiburón para obligarlos a enfrentarse a los miembros de la Liga o morir en el intento. Por lo tanto, sí, nuestro objetivo es matar a nuestros héroes favoritos, incluyendo al Batman que controlamos a lo largo de cuatro videojuegos hace una década. Por el camino, la historia nos llevará a cruzarnos con multitud de personajes que ya conocimos anteriormente en otros juegos o conocer a otros completamente nuevos que llegan para sumarse a un conflicto ante el que no parece que haya victoria posible.
Una historia digna de su lore
A diferencia de lo que pueda parecer, el modo historia de Suicide Squad: Kill the Justice League es bastante interesante y, como decíamos hace unos párrafos, está repleto de diálogos y cinemáticas que nos sirven para conocer a los protagonistas y desarrollar vínculos de camaradería entre ellos a lo largo de las 10 – 12 horas que tardaremos en completarla. Además, a lo largo de las misiones también iremos viendo cómo han cambiado los superhéroes ahora que están bajo el control de Brainiac, sabremos más sobre ciertos personajes que aparecieron en Arkham Knight y viviremos situaciones que gustarán, sobre todo, a los fans de los cómics de DC.
Para terminar con el buen trabajo realizado a nivel argumental, Rocksteady ha conseguido dotar de profundidad y de personalidades muy distintas a cada uno de los miembros del Escuadrón Suicida. A lo largo de la aventura entenderemos mejor porqué actúan como actúan, cuáles son sus motivaciones y cómo ven ellos a los miembros de la Liga de la Justicia. Rey Tiburón, por ejemplo, nos ha parecido un personaje con una complejidad y profundidad mucho mayor de lo que esperábamos y controlar a Harley nos ha permitido entender cómo le marcaron los hechos ocurridos en Arkham.
De azotea en azotea
Suicide Squad: Kill the Justice League está planteado como un shooter en tercera persona de mundo abierto en el que el movimiento y la verticalidad son dos factores clave. El juego guarda muchas similitudes con Crackdown 3 y Agents of Mayhem, lo que significa que controlamos a unos personajes que pasarán mucho más tiempo en el aire que en tierra firme y, se nos invita constantemente a saltar, esquivar y balancearnos mientras disparamos a los enemigos desde las alturas. La facilidad de desplazamiento y la forma de escalar y elevarnos es muy, muy intuitiva, y solo un par de minutos después de empezar a jugar estaremos aprovechando las habilidades de cada miembro del escuadrón para movernos por el aire.
El gran problema de esta mecánica es que la mayor parte de los combates se basan, casi exclusivamente, en saltar y esquivar en el aire constantemente mientras disparamos a enemigos distribuidos por un montón de azoteas – los combates a pie de calle son una auténtica rareza – y, después de unas pocas horas de juego, resultan tremendamente repetitivos. Sí, tenemos enemigos con distintos patrones de movimiento o ataques (francotiradores, tanques, soldados con super velocidad, etc.) pero, en la práctica, nos limitaremos a saltar mientras disparamos o atacamos cuerpo a cuerpo sin pensar.
Combos que no interesan
Intentando mantener el espíritu de los combates de la saga Arkham, Rocksteady ha introducido un sistema de combos que irá creciendo con cada enemigo derrotado y que nos dará una serie de bonificaciones de experiencia, daño y recuperación en función del valor del combo.
Este medidor podría ser una herramienta perfecta para forzarnos a realizar cadenas de combos más largas pero, en la práctica, no prestaremos atención a este medidor casi en ningún momento. Los motivos son claros: no hay un verdadero reto que nos empuje a intentar jugar mejor y, además, no tenemos una sensación de satisfacción real al ir encadenando combos porque, como decimos, muchas veces nos limitamos a disparar y saltar de un lado a otro sin pensar demasiado hasta que eliminamos a todos los grupos de enemigos.
Los problemas del juego como servicio
Esto nos lleva al siguiente problema: el sistema de progresión de los personajes. Como en todo juego del estilo, los miembros del escuadrón irán subiendo de nivel y desbloqueando diversas habilidades que, en teoría, nos ayudarán a definir y pulir nuestro estilo de juego y combate. Por desgracia, en la práctica no le prestaremos mucha atención. La mayor parte de las habilidadesrepartidas entres árboles diferentes se centran en concedernos diferentes bonificaciones asociadas a las cadenas de combo y, como hemos dicho, al no prestar atención al sistema de combos, la mayor parte del tiempo no nos interesarán las habilidades pasivas que acabamos de desbloquear.
Las excepciones a esta norma están en los ataques de viaje, suicida y de escuadrón que desbloquearemos al alcanzar cierto nivel con cada personaje. Estos ataques dan algo más de profundidad y variedad a los combates, y resulta entretenido usarlos para despejar áreas repletas de enemigos en cuestión de segundos.
Algunos puntos a mejorar
Sin duda, el mayor problema de Suicide Squad: Kill the Justice League es todo lo que rodea al sistema de loot y a la mejora y compra de equipo de los personajes. No sabemos si el estudio ha tenido problemas para encontrar un equilibrio a la hora de implementar la aparición de nuevo equipo o han querido reducir este apartado al mínimo después de las críticas recibidas por los usuarios, pero lo cierto es que el resultado final es, como mínimo, decepcionante.
Al empezar el juego conseguimos unas armas de rareza alta y, durante las más de 12 horas que tardamos en completar la campaña, todas las armas que encontramos eran claramente inferiores a las que teníamos equipadas. Así, después de un par de horas de juego, dejamos de entrar en el menú de equipamiento y completamos todo el juego con las armas iniciales. Esto no sería un problema si no fuese porque la recompensa obtenida después de superar cada misión es una caja de loot que nos desbloquea equipamiento que, por supuesto, es peor que el que recibimos al empezar el juego.
Es cierto que, una vez superada la campaña y que nos adentramos en el endgame, – del que no diremos nada – las cosas se empiezan a complicar y superar ciertos desafíos nos ofrece equipo de mayor calidad que necesitaremos para combatir y salir con vida en los nuevos niveles de dificultad, pero muchos jugadores se limitarán a completar la aventura sin entrar en el endgame y, para ellos, no tiene sentido que exista un sistema de loot que no solo no van a usar sino que les obliga a abrir cajas sorpresa después de cada misión.
Técnicamente sorprendente
Teniendo en cuenta que nos encontramos ante un shooter de mundo abierto multijugador, lo cierto es que Suicide Squad: Kill the Justice League sorprende a nivel técnico. Para empezar, y como hemos destacado varias veces a lo largo de este análisis, el juego cuenta con una enorme cantidad de cinemáticas de primer nivel que no tienen nada que envidiar a las de cualquier otro AAA: combates espectaculares, escenas bien dirigidas, personajes que sorprenden por su diseño… No podemos hacer otra cosa que aplaudir el trabajo de Rocksteady con los vídeos que acompañan al juego.
Dejando a un lado eso, el movimiento y desplazamiento de los protagonistas es muy fluido y resulta sorprendente acordarse de los Spider-Man de Insomniac y no echar de menos el movimiento del lanzaredes en este juego. Cada personaje cuenta con un set de movimientos de desplazamiento únicos pero en todos los casos funciona a la perfección y se adapta a una Metrópolis muy vertical que siempre tiene un edificio o una torre a mano para trepar o seguir balanceándonos.
Lo que no nos ha gustado tanto es el diseño de la propia Metrópolis. Al movernos a toda velocidad sobre una ciudad en ruinas, será muy complicado que nos fijemos de verdad en los muchos edificios, plazas y estatuas que llenan las calles. De hecho, en nuestro caso hemos terminado el juego sin saber ir a ningún punto clave de la ciudad sin mirar el mapa.
Una BSO con un toque sentimental
A nivel sonoro, el juego cumple con nota gracias a un doblaje de lujo en el que todas las voces son las que llevamos escuchando años asociadas a esos mismos personajes. La interpretación de todos los actores de doblaje es magnífica y no podemos poner ni un solo pero en ese sentido. Además, la banda sonora sabe jugar muy bien con temas asociados a cada héroe y villano que se cruzará en nuestro camino, dejando, de paso, más de un guiño sonoro a la saga Arkham.
Conclusiones del análisis de Suicide Squad: Kill the Justice League
Pese a sus muchos problemas a nivel de diseño, loot y progresión de personajes, Suicide Squad: Kill the Justice Leagueresulta ser un juego divertido tanto en solitario como en su modo cooperativo. Gran parte de su propuesta se basa en un argumento interesante que nos invita a seguir jugando hasta el final y su contenido endgame puede resultar interesante para los grupos de amigos amantes de los retos que quieran pasar un buen puñado de horas enfrentándose a hordas de enemigos y a retos cada vez más complicados.
El gran desafío que tiene Rocksteady por delante es ser capaces de generar contenido interesante que mantenga el juego con vida durante meses o años. Si solucionan los problemas más graves de su bucle jugable, pueden conseguirlo.
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