En el número 46 de ECC nos encontramos con el número 43 tanto de Superman como de Action Comics. Empezando por Superman, tenemos el tercer capítulo de “Ante la verdad”, la deconstrucción que del kriptoniano hace el escritor Gene Luen Yang junto con los lápices del incombustible John Romita Jr. Tras el fallido ataque contra HORDR, Clark ve mermando sus poderes y su posibilidad de escapatoria, pese a contar con el apoyo de Lois y Jimmy, HORDR_RAÍZ es capaz de llegar por sitios que ni Kal-El puede esperar (espero que Olsen a partir de ahora aprenda que los cafés gratis en las bases enemigas salen muy caros a largo plazo).
Romita calla la boca de muchos de sus críticos con casi 10 páginas de un delicioso costumbrismo en el que los primeros planos de los personajes, sus miradas y gestos, lo dicen todo. Parece que el hijo aprendió del padre a como narrar sentimientos y emociones (para los que no lo sepan una gran parte de la carrera de Romita padre fue haciendo cómics románticos). Pero tranquilos, a todos los que os gusten los diseños angulosos y mecánicos de Romita Jr. Estad tranquilos pues HORDR, tiene disponibles un buen conjunto de horrores para pena de nuestro héroe y divertimento nuestro.
Lois va a tener que tomar la decisión más difícil de toda su vida, pues una vez han caído en la red del tecnovillano se ve entre la espada y la pared. Yang completa así, con una versión mucho más dulce de lo que nos esperábamos, la historia de por qué Lois lanza al mundo la historia de la identidad secreta de Superman. Pecaré de ingenuo o de no lograr entender la lógica de Yang, pero de verás que la resolución de esto es como “y porqué no lo haces desde el principio”.
Puede que el drama y el motivo estén cogidos un poco por los pelos, y se abuse del recurso narrativo que creó Johns, pero sin duda la serie ha ganado en emotividad, diálogos y construcción de personajes. La tensión entre Lois y Clark al fin está patente, la lucha interna entre los dos mundos del héroe y al fin parece que Romita está cómodo, bastaba con quitar capas y armaduras y meter tecnología extraña al parecer.
La identidad del héroe más poderoso del mundo ya no es un secreto. ¿Cómo afectará eso a la vida de Clark Kent/ Superman y a la de sus seres queridos? Lo sabremos en el próximo número.
Es tiempo de irnos ahora a la consolidada Action Comics de Kuder y Pak. Si recordáis es en esta colección dónde sabemos cómo pierde Clark sus poderes y cómo cambia su vida ahora que todos saben su identidad secreta. Tras pasar un tiempo buscándose así mismo Kent volvió a la ciudad que lo acogió, sólo para descubrir que es el defensor de los parías y oprimidos y que por alguna oscura razón, ni la policía ni el ayuntamiento lo quieren en la ciudad. Retomamos la acción, justo cuando Clark pierde los nervios y agrede a un violento agente de la Unidad Especial Anti Superman.
El mejor Kuder nos va a dejar cinco páginas en las que Superman va a tener que apelar a la unidad popular, él solo ya no basta para hacer frente a las amenazas que antaño despachaba. Atentos a los juegos visuales con viñetas superpuestas y con fractura de página con las que el autor logra dar una gran brutalidad y visceralidad a la obra. Además dado que tenemos a un super menos super que nunca, nos encontramos con imágenes como Superman con el labio partido y un ojo hinchado, que sorprendentemente Kuder logra aguantar en racor la mar de bien.
El intento de Clark de volver a casa se topa con los prejuicios y miedos de la ciudadanía que se sabe diferente. De nuevo una genial viñeta a página completa donde Clark y los suyos son muy pequeñitos frente al gran desorden y los mensajes de rechazo. Las cosas importantes son las que merecen espacios importantes y por eso, la splash de este número no va dedicada a una explosión, una entrada o un puñetazo. Sino a Clark pidiendo ayuda y extendiendo el concepto de Superman a todos los que quieran ayudarle.
El gusto por los apellidos raros de Pak, nos va a llevar a conocer a Petruzzelli, una honrada agente con un honrado rechazo hacia Superman. Son sus ojos los que nos revelan al gran mal en esta historia, la mujer conocida como “Cólera” que aparentemente domina a esos seres oscuros que tan ocupado mantienen a Superman. Cuando nos tememos lo mejor por la pobre mujer, llega la caballería en forma de Superman.
Mucho hay que decir sobre la esta historia, para mí de las mejores que he leído en todo new 52, yo creo que la mejor etiqueta que le puedo poner es “humanidad”, es una profunda reflexión sobre el ser humano y lo que implica serlo, con un Superman casi mesianico que está dispuesto a gastar uno de los pocos pedazos que le quedan de su capa para vendar una herida. Un genial cóctel que además tiene horrores informes y acción a raudales, ¡combinación perfecta!
Pero tranquilos, eso sólo era el aperitivo, realmente el gran rediseño de Romita lo tenemos con la “Livewire punk”, que demuestra que quizás los recursos estilísticos de este autor son limitados, porque la influencia de la “Tormenta punk” de la maravillosa competencia es más que evidente. Livewire se ha traído a unos viejos y casi olvidados villanos de Superman como compañeros, así podemos ver a Onda de Choque, Killer Frost, Calavera Nuclear y a Killer Croc (este último porque supongo que habría excedente de villanos en Gotham ese mes o algo).
Romita vuelve a caer en los errores de narrativa de siempre, va muy bien expresando emociones y conversaciones, como el reencuentro de Lois con su padre tras revelar la identidad de Clark, pero la batalla contra Livewire y compañía es estática a más no poder, tienen la misma dinámica que un playmobil. Algo mejora en el momento en que se pasa a lo físico y dejamos atrás las ráfagas de energía. Creo que Yang se apresura en su guión y no saca partido a una buena idea como la de Dylan, una víctima más de los horrores que persigue Superman. Tras ello la vida de Clark Kent desparece, pierde empleo y aliados y tras una preciosa conversación en un tejado Lois pierde a su amigo quizás para siempre. Es tiempo de cambios, de cortarse el pelo y darse a la fuga. Mientras vemos que HORDR, oculta tenebrosos secretos que nos recuerdan a lo visto en Action Comics. Parecen dispuestos a cambiar el mundo y Superman les va a ayudar lo quieran o no.
Una despedida agridulce de un Romita que ha intentado dar más de lo que tiene, pero que aún así sigue maravillando con composiciones y narrativa, esperemos que disfrute y nos haga disfrutar en su nuevo destino.
Uno de los personajes que más fuerza va ganando a lo largo que avanza la serie es el de Lee, la joven afroamericana dispuesta a vencer en un pulso a Superman o de controlar tanto su oscuridad interior como la de “Cólera”.
Tras una titánica batalla en la que literalmente Superman usa cada cosa que encuentra como arma contra las hordas sombrías, llega una aparente calma. Pero antes de cerrar tenemos un pequeño epílogo a manos de Howard Porter, el sustituto de Romita al frente de Superman, barroco y orgánico, parece el ideal para narrar la batalla final contra “Cólera”.
Historias que si bien quizás no sean del agrado de los fans incondicionales de Superman, sin duda han mejorado y mucho lo que previamente pasó por estas páginas. Veremos si Clark vuelve a ser Superman en algún momento, para verlo ya no hay que mirar al cielo si no al pie de calle y aquí os lo contaremos.