En este tomo cierran la historia que empezaron en el número anterior, si no lo leíste da igual, porque en este número te recuerdan todo lo importante que sucedió, confirmando mi teoría de que fue un número de relleno. Incluso me atrevería a decir que todo tiene más sentido si no lees el número anterior.
Todo empieza exactamente donde termina el número anterior, en la base de la Liga de la Justicia. Después de curar a Superman y de que éste discuta con Wonder Woman sobre su relación se ponen manos a la obra para buscar el rastro de energía de los hombres-agujero negro que raptaron a Firestorm. Como no son capaces de encontrarla a Superman se le ocurre alguien que si podría rastrearla: Parásito. Superman y Wonder Woman cogen a Parásito y le “convencen” para que les ayude a encontrar el rastro de energía.
Con Parásito como perro guía, los héroes encuentran la base secreta del hijo de Vandal Savage y la asaltan al estilo de la gente superpoderosa: reventando todo a su paso. Allí caen, evidentemente, en una trampa. Se enfrentan a un puñado de supervillanos que están siendo controlados y los despachan a gusto con la ayuda de Parásito, el cual se da un atracón después con los seres agujero negro y se queda KO él solo.
El hijo de Vandal no se da por vencido y atrapa a Wonder Woman dejando fuera de combate a Superman para absorber toda su energía y la de Firestorm para cumplir su malévolo plan: Matar a su padre. Yo creo que si se lo pide amablemente a la JLA, le ayudan a cazar a su padre y luego matarlo sin que los otros se den cuenta, tendría mucho más sentido porque Vandal Savage es un villano y los héroes quieren atraparlo pero decidió que era mejor traicionar a su padre y enfadar a los superhéroes, es un genio incomprendido.
Como no podía ser de otro modo, Superman despierta, se libera de lo que lo tiene agarrado y vence al villano con un poco de ingenio, sobrecargándolo con toda la energía que ha absorbido Parásito, que acaba siendo el verdadero héroe de esta historia provocando una explosión hollywoodiense en la que no muere nadie, pero queda espectacular.
Con su hijo entre rejas, Vandal Savage aparece furioso y le da su merecido por traidor y por tonto.
La historia de este número ha sido bastante entretenida, pero me parece muy simple, bastante predecible y llena de clichés, aunque me han gustado muchos de sus chistes. Peter Tomasi, el guionista, ha decepcionado un poco con esta serie que no es, ni de lejos, una de sus mejores obras. Esperemos que en el futuro levante cabeza y nos traiga algún otro cómic como “Black Adam: The Dark Age”.
Con respecto al dibujo he de decir que me ha encantado, cumple perfectamente con lo que esperas de Superman y Wonder Woman. Muy centrado todo en la acción en primer plano sin descuidar del todo los fondos, mostrando a unos héroes superheroicos y a unos villanos furiosos. Destaca sobretodo Parásito muy bien representado, estando famélico cuando no tiene apenas energía y luego muy fuerte y grande cuando está lleno sin descuidar nunca su aspecto monstruoso. Buen trabajo de Doug Mahnke aunque el último capítulo también fue dibujado por Ardian Syaf (Brightest Day) y Tom Derenick (Injustice: Gods Among Us).
Con este número da por terminada esta serie que empezó genial y luego se ha convertido en un suplemento de la serie de Superman. Toda la etapa con Peter Tomasi como guionista ha sido nefasta, me esperaba algo más pensado y entretenido. Como dice el título del tomo, una injusticia es en lo que se ha convertido esta serie.
