Swordship es un juego de naves atípico. Podríamos decir que más que un juego de naves, es un juego con naves. No esperes un planteamiento similar a los típicos juegos shoot ‘em up como Gradius, R-Type o similares. En esta ocasión no podremos disparar, ya que nuestro cometido es esquivar los ataques enemigos mientras recuperamos contenedores.
En vez de shoot ‘em up… ¿Dodge ‘em up?
En efecto; en lugar de disparar, ahora nos toca esquivar. Esto no quiere decir que estemos indefensos, ni mucho menos. Además de causar estragos entre los enemigos con sus propios ataques, también podremos defendernos de otras formas.
En medio de un mundo post-apocalíptico devorado por el mar a causa del calentamiento global, la superficie terrestre es casi inexistente. Tres enormes ciudades subacuáticas aglutinan a la mayoría de los supervivientes. Aquellos que son expulsados apenas sobreviven en una ardiente superficie. Nuestra misión es la de interceptar los contenedores con suministros que las ciudades se envían entre sí, para poder entregárselos a los expulsados.
Un planteamiento roguelike de acción rápida
Con una vista aérea frontal, la cámara de Swordship no dejará de mostrarnos la acción en primer plano. Este cambio de cámara choca con lo establecido, siendo de desplazamiento lateral, vertical o detrás de nuestra nave. La sensación de velocidad es bastante buena, y el frenetismo conforme avanzamos se hace notar. El entorno es cambiante, desde el escenario y enemigos hasta la propia climatología.
Nuestro bote, lancha o nave (según queramos llamarla) podrá ir mejorando durante nuestras partidas. Gracias a nuestra puntuación más alta, podremos desbloquear naves con mejoras y eventos para cada una de nuestras partidas. Conseguir puntos no es tan sencillo como parece, pero capturar contenedores y donarlos a los expulsados nos otorgará una buena cantidad de ellos. Eliminar enemigos y correr riesgos aumentarán poco a poco nuestra puntuación.
Que los enemigos se destruyan entre sí no es nada sencillo, debiendo asumir riesgos excesivos en algunos casos. La finalidad no es exterminarlos a todos, ya que tras un cierto rango de tiempo, estos desaparecen. Sin embargo, con ellos también se irá la oportunidad de puntuar y conseguir puntos de habilidad, para utilizarlos con las habilidades específicas de nuestra nave.
Desbloquear objetivos lo hace cada vez más interesante
La finalidad de conseguir puntos hace que se desbloqueen ciertos aspectos que evolucionan nuestra manera de jugar. Nuevas mejoras para nuestra nave, habilidades especiales o la posibilidad de duplicar nuestras vidas con la captura de cada contenedor. También se desbloquean otros elementos, como enemigos más potentes en las primeras fases del juego.
Durante nuestros recorridos podemos capturar los contenedores. Primero tendremos que atraparlos, cuando veamos una silueta amarilla que precede al contenedor. Tras ello, al rato de capturarlo, aparecerá una plataforma para depositarlo donde debemos permanecer cierto tiempo. Los niveles terminan cuando hayan aparecido todos los contenedores, sean capturados o no.
Nuestra nave es muy versátil, pudiendo mejorarla
Una de las cosas más llamativas de Swordship es la rejugabilidad arcade que nos ofrece. Una vez desbloqueemos los aspectos nuevos de la nave, con sus propias habilidades pasivas de inicio, podemos seguir mejorando nuestras opciones. Esto es gracias a quedarnos con los contenedores, aunque solo podamos mantener una mejora por cada nivel.
La repartición de los contenedores hará que aumente nuestra puntuación, pero si decidimos quedarnos varios, podremos elegir la mejora que más nos convenga. Algunos aspectos impiden que mejoremos nuestra nave, pero quedarnos los contenedores nos otorgará el doble de vidas por cada uno.
La elección de nave tiene un papel muy importante en nuestra forma de jugar
Podemos afrontar Swordship de varias maneras. Acabar con todos los enemigos, simplemente esquivar sus ataques, recoger todos los contenedores o pasar de ellos para que los niveles duren menos. Según nuestra forma de jugar, las habilidades jugarán un papel importante a la hora de facilitarnos las partidas.
Tenemos disponible la opción de sumergir nuestra nave durante un breve periodo de tiempo. Gracias a esto, podremos esquivar los ataques superficiales, pero no los más potentes. También podemos eliminar el fuego en nuestra nave antes de que la consuma por completo. Chocar con los enemigos también nos destruirá, por lo que debemos jugárnosla cada vez que iniciemos un acercamiento.
Además, contamos con el cambio de escenarios y mecánicas enemigas. Conforme avancemos a través de los tres escenarios diferentes, el entorno cambiará y será más agresivo. Paredes que nos cercan, enemigos con ataques de área o proyectiles que nos persiguen de manera inteligente serán los más comunes. También, según desbloqueemos los diferentes niveles de dificultad, entrará en juego la climatología para complicarnos las cosas.
Tras todas las etapas de los tres escenarios, el jefe final
Llegar al final de Swordship te puede costar más o menos, y no depende solo de tu habilidad. Aunque puedas memorizar los patrones de ataque enemigos, el entorno se genera de forma aleatoria. Cada partida será, en cierto modo, diferente.
Llegando al jefe final, sus patrones de ataque son mucho más agresivos, rápidos y con un área de alcance mayor. Aconsejo llegar con el mayor número de vidas posible para poder aclimatarnos a sus ataques, porque son tan rápidos que necesitarás varias oportunidades para acostumbrarte. Nuestra última decisión será la de esperar a que aparezcan los puntos de habilidad para dañarla, o escapar de su enfrentamiento.
Ciertos aspectos a destacar
Empezando con las cosas buenas, me encanta el aspecto gráfico que tiene Swordship. Esa sensación de velocidad, las explosiones y la fluidez de movimiento son dignas de elogiar. El movimiento de nuestra nave es muy preciso, además de incluir aspectos visuales geniales a la hora de girar. Los distintos tipos de enemigos (con un total de 16) son interesantes, ya que sus diferentes patrones aumentan la sensación de peligro. La adversidad de la climatología también es un punto extra, pudiendo llegar a complicar nuestra partida ya sea mediante rayos o rachas de viento.
Entre las cosas que siento como indiferente, los menús se ven demasiado genéricos, con pocas opciones entre las que navegar. Si más bien se asemejan a un juego de móviles, cumplen con su función. La banda sonora está ahí, y aunque puede ser algo pegadiza, tampoco me transmite demasiado. El diseño de las naves apenas se diferencia, teniendo que fijarnos bien en las ventajas de cada una, pudiendo ser más fácil diferenciar las naves.
Sintiéndolo mucho, en la parte negativa, veo que un gran número de veces que perdemos una vida se debe a jugadas injustas. Las colisiones no están demasiado bien medidas, tanto en lo físico como en los ataques, dañando nuestra nave más veces de lo normal. Otra de las cosas que se siente mal es la profundidad, ya que debido al ángulo al alejarnos es difícil medir los movimientos más justos. Esto ocurre, sobre todo, cuando utilizamos la opción de sumergirnos, a lo que aparte de lo anterior, tenemos que sumar que no somos lo suficientemente visibles sumergidos si existe mucha acción.
El modo de desbloquear nuevas funcionalidades también me parece que no es el más correcto. Desbloquearemos objetivos con nuestra máxima puntuación en lugar de hacerlo sumando la puntuación de cada una de las partidas. Esto hace que sea más tedioso y frustrante, y sintamos que no avanzamos lo suficiente aunque terminemos nuestra partida. Finalmente, el precio me parece algo elevado (19,99€), ya que a pesar de ser un título muy rejugable, pienso que una horquilla de precio inferior le beneficiaría en las ventas.
Conclusión
Sabiendo que el equipo solo consta de 4 miembros, el trabajo que hay tras Swordship es abismal. La curva de aprendizaje es muy exigente, y nos costará desbloquear las 6 diferentes naves debido a la manera de puntuar. Además de nuestra pericia conduciendo, tenemos que tener en cuenta un sistema de colisiones mejorable. El apartado artístico es muy ilusionante, y nos posiciona en la velocidad sin discusión, aunque las capturas no transmiten tanto como cuando jugamos. El cambio de perspectiva lo hace muy interesante, aunque el ángulo no es el mejor cuando nos alejamos. Sin duda una gran apuesta si esperamos alguna rebaja temporal.