Otsuya, la intrigante mujer oriental de cabellos como la alheña y novia de Yoshi, le explica el por qué tiene un tatuaje clavado al que el joven maestro tatuador diseñó para la espalda de Takeshii, el líder del clan Yakuza Nagoya.
Para que pueda descubrir su origen lo lleva a la casa de otro maestro del Tebori: Horioshii. Él le iluminará sobre la figura de Shura, pues así se llama esa criatura alada oscura que suele aparecer cuando se masca una tragedia grave. Pero… ¿Cuál es el vínculo entre el Shura y Otsuya? ¿Por qué este maestro tatuador considera a Yoshi como “la presa”? Parece que el joven maestro está metido en una amenaza más grave de lo que pueda imaginar.
En todo caso, las cosas se le empiezan a poner difíciles: el clan Yakuza de los Nogoya se está preparando para la guerra, una guerra sin cuartel por el control de las islas artificiales de la bahía de Tokio, ya que hay un misterioso asesino que parece sacado de la mitología japonesa que está acabando con varios de los líderes y ejecutores más significativos. La ampliación prevista de estas islas en la bahía de Ise parece el ‘Casus Belli’ perfecto. Y, los clanes Yakuza se preparan para la guerra.
Mientras, la Interpol está preparando una operación para acabar con la ‘mafia japonesa’ y sus peculiares operaciones, y resulta que en este punto Otsuya juega un cierto papel… ¿Hasta qué punto? ¿Quién es? ¿Por qué lo hace? ¿Cuál es su motivación? En todo caso, sabremos por qué quería un tatuaje de cada gran maestro del arte del Tebori en su cuerpo. ¡Ah! Os recuerdo que le faltaba, precisamente Horiseijun, el maestro de Yoshi (Horiseijun II). ¡Y lo consigue! Con una ayudita por parte de Yoshi, pues la artritis hace mella en los dedos del ya anciano maestro.
¿En qué circunstancias exactas aparece el Shura? ¿Por qué vuelve a la palestra ahora? ¿Qué busca la Interpol? ¿Con qué medios? ¿Quién es el misterioso “asesino mitológico”? ¿Detendrán la guerra entre clanes Yakuza? ¿Qué papel juega el pobre Yoshi en todo esto? ¿Por qué es “La presa”? ¡Ah, amigos lectores! ¡Es vuestro turno para averiguarlo!
A través de este original thriller descubriremos toda una cultura… Y las llamativas paradojas que nos presenta entre tradición y modernidad. En la vida real, la Yakuza envenena las altas esferas del poder y no tienen miedo de utilizar métodos expeditivos, pero las antiguas tradiciones tienen mucha importancia en su funcionamiento. ¿Cómo lo sé y a través de qué matiz? Pues porque, dentro de la historia, nos cuenta de manera muy didáctica la Historia de los bajos fondos en Japón: en 1945, al retirarse las tropas de ocupación estadounidenses, el sistema se relajó permitiendo a un puñado de hombres la oportunidad de volver a tomar el poder de manera expeditiva y poco legal. Y la aprovecharon. La tradición aplicada al hampa, señores. Sólo por esta minihistoria merece la pena comprarse el volumen. ¡Os invito a descubrirlo!
Vamos, que se nota que los autores se basan en una documentación sólida para construir esta trama y administrarla para encontrar el equilibrio correcto entre la Didáctica y la acción para mantener el suspense. Desde luego, es muy agradable cómo plantean la inmersión en este particular mundo y el uso de términos especializados (para los que hay un glosario en la página final que se puede consultar en cualquier momento). Capturan y sorprenden al lector como la tela de araña que adorna la portada de este álbum de 48 páginas a todo color encuadernado en cartoné.
Y hablemos ahora de los autores: José Manuel Robledo sigue manteniendo el interés en esta historia bien equilibrada con una efectiva puesta en escena. Ha creado un guión digno de una película de suspense que merece ser disfrutado y saboreado, con gran mimo a la atención de los gestos, los códigos tradicionales del mundo de los artistas del tatuaje y la Yakuza. Aunque avanzamos lentamente en la historia, pero sentimos que todo está enmarcado en un arco de tiempo muy coherente que no podemos dejar de leer y que hila de manera muy inteligente: traición, muerte, manipulación… Todo para que podamos perdernos en una lectura emocionante.
Está en perfecta armonía con el tema, y favorece el equilibrio entre la acción y la didáctica, como hemos indicado antes, mediante su planteamiento en la combinación y concatenación de viñetas y planos, creando escenas de gran dinamismo. ¡Y no nos dejemos el perfecto equilibrio que ha logrado entre el manga y el estilo franco-belga! Un trabajo fantástico. ¡No olvidemos tampoco el exquisito gusto en los diseños de los tatuajes! Se ha empapado de cultura oriental, no cabe duda. ¿Y los detalles? Ojo, por ejemplo, a la difuminada punta del ala del Shura en la ventanilla del vehículo en la quinta viñeta de la página 10.
La historia evoluciona, y lo hace muy bien. Es una tela de araña en la que nos hemos quedado prendidos como un vulgar díptero. Espero con impaciencia el tercer tomo para saber cómo acaba este thriller tan bien pensado y tejido por esta pareja de jóvenes y grandes artistas que seguro que aún nos brindarán grandes y gratas sorpresas.
Un cómic muy recomendable, una pieza que será capaz tanto de satisfacer a los amantes del cómic europeo como a los amantes del manga y la cultura japonesa. Una obra maestra muy bien llevada que merece figurar entre vuestros cómics favoritos. ¡Y se me hace la boca agua de pensar en la cantidad de obras que estos dos fabulosos artistas aún pueden ofrecernos.
¡Hazte con “Tebori”! Sólo queda un número para cerrar la saga. ¡No te arrepentirás!