El pasado mes de julio llegó a librerías de mano de Norma Editorial el octavo tomo de The ancient magus bride, un seinen de fantasía que desde sus primeros volúmenes ha deslumbrado por una trama sólida, unos protagonistas muy potentes y un universo único cargado de magia.
Magia que, debido a la maldición que la cría de dragón le impuso a Chise mientras ella intentaba salvarla, ha cubierto el mundo de la joven aprendiz y de su maestro de oscuridad y miedo. Y es que la vida de Chise se acorta a pasos agigantados…
Con todos a su alrededor preocupados por ella, la chica y Elias deciden caminar el uno al lado del otro y buscar una solución juntos. Pero cuando todo lo demás falla, Elias se ve obligado a tomar una decisión desesperada.
En este octavo tomo vemos cómo la trama se oscurece, adquiriendo un cariz urgente, desesperado, tenso. El tiempo se les acaba, pero también gracias a ello los dos protagonistas son capaces de reflexionar sobre quiénes son, lo que significan el uno para el otro y lo que podrían llegar a hacer para salvarse.
Así, vemos a una Chise que, justo cuando su vida peligra más, por fin parece decidida a continuar viviendo. Y a un Elias más siniestro, capaz de cruzar todas las líneas con tal de conservar a la chica a su lado. Y es que Koré Yamazaki no duda en explorar nuevas facetas de sus personajes, profundizando aún más en una psicología muy bien desarrollada. Cuando la pareja está al borde del precipicio, el lector solo puede abrazar la intriga y esperar que su relación sobreviva a la caída.
Pero The ancient magus bride también tiene un buen puñado de secundarios bien construidos, con objetivos y miedos propios. En este tomo hace su aparición Mariel, una bruja muy interesada en la maldición de Chise, junto con todo su aquelarre. Unos personajes que probablemente se dejarán caer nuevamente en la historia. Así mismo también conoceremos más sobre los hechiceros de la Academia y sobre las hasta ahora difusas intenciones de Cartaphilus, que sigue siendo el individuo más misterioso de la serie. Un individuo que, poco a poco, empieza a parecer menos monstruo y más humano.
Debo destacar el trabajo de Yamazaki con el guion, que en este volumen adquiere una fuerza descomunal y una belleza surgida de la tristeza y de ese sentimiento de pérdida inminente. Si lo unes al excepcional apartado artístico al que esta serie nos tiene acostumbrados, nos queda un conjunto desgarrador, donde se respira tristeza, pesadez, desesperación. Y es que el mangaka vuelve a demostrar su maestría con un excelente dominio del tono: las expresiones vacías y resignadas de los personajes, los paisajes vastos y prácticamente desiertos, y esas pinceladas de esperanza luminosa en medio de la oscuridad dejan una impronta profunda en el lector.
Estamos, sin duda, ante el tomo más emocionalmente intenso de The ancient magus bride. Los acontecimientos se precipitan y, por más que los protagonistas intenten detenerlos, solo consiguen ser arrastrados por ellos. La historia empieza a oler a final, aunque por el momento sigue abierta con sus diez tomos publicados en Japón.
Para los que no puedan esperar, esta serie ha sido adaptada maravillosamente al anime (cuya reseña puedes leer aquí), conservando la esencia del manga y añadiendo colorido al vasto mundo de fantasía creado por Yamazaki.
A los que, como yo, ya lo hayamos visto, solo nos queda esperar a que salga el próximo tomo, para descubrir en él el destino del mago antiguo y su joven aprendiz.