No sé ni por dónde empezar. ‘The bite’ es tan terrible que ni me explico como tal cosa pudo haber llegado alguna vez a mi pantalla. La culpa la tienen Movistar+, por emitirla, y CBS, por producirla. Mi cabreo es especialmente intenso con Movistar+ que, sabiendo quizás el horror que tenía entre las manos, y para desprenderse de ella de golpe y sin dolor cuan tirita jodona, decidieron poner toda su primera (y espero que última) temporada disponible de golpe. Tal hecho tenía que haberme servido de advertencia pero, inocente de mí, decidí darle al “play”. Pésima decisión.
Me dejé convencer por su dúo protagonista: Audra McDonald (‘Sin cita previa’ o ‘The good fight’) y Taylor Schilling (‘Orange is the new black’). Ambas, estupendas actrices, con experiencia en televisión y que participaron en estupendos proyectos, se reunían en una serie creada y coescrita por el siempre solvente matrimonio King (Michelle y Robert King). La cosa pintaba bien… en teoría.
‘The bite’ es un bodrio infecto por el que no deberíais dejaros morder. Avisados quedáis
El argumento también tiene su miga: McDonald interpreta a Rachel, una doctora que durante el confinamiento de 2020 se dedica a atender a sus pacientes mediante videoconferencia. Schilling está detrás de Lily, una profesional del BDSM, la vecina de arriba de Rachel que, como ella, atraviesa el confinamiento e intenta sobrellevar su oficio de la mejor manera también a través de la red. Ambas estrechan su relación cuando se encuentran con una dificultad común: una extraña nueva y virulenta cepa vírica que desarrolla una sintomatología… ¿zombi? afecta de repente a clientes de ambas.
Este argumento principal se abre como un abanico a otros subtemas. Estos son, esencialmente, dos: uno, la crítica a una clase política fosilizada e incapaz de enfrentarse a una urgencia de extremada gravedad (¿podemos llamarla ‘ataque zombi’?); y otro, la crítica a una sociedad tan ensimismada e ignorante que, ante una situación así, además de tardar en darse cuenta de lo que pasa, decide ponerse de perfil antes que enfrentarse al problema de frente y de raíz.
Por tanto, tenemos un tema actual, una perspectiva original y un equipo solvente. Pregunta: ¿qué podría salir mal? Respuesta: todo lo demás.
Una serie sobreactuada, innecesariamente excesiva y ridícula
El desarrollo de la serie es nefasto de principio a fin. El tono cambia de la comedia bufa, al humor negro, a la sátira social, al drama humano… a salto de mata y sin criterio alguno. Los gags son, en su mayor parte, un fracaso tras otro. Los detalles que deberían dar verosimilitud a lo que nos cuentan están tan poco cuidados que somos incapaces de conectar con nada de lo que pasa. Y el desarrollo de la trama principal es tan irregular, tan increíblemente improvisado, que tenemos la impresión constante de estar ante una serie sobreactuada, innecesariamente excesiva y ridícula. En este sentido, el piloto de ‘The bite’ (Movistar+, 2021) ha conseguido superar y sustituir a otros que consideraba en la cima como “el peor del año 2021”.
Además, el matrimonio King agota tan pronto el fondo moral crítico de esta serie que podemos considerar como “todo dicho” ya en su segundo capítulo. Agotada la fuerza del guion, entran en juego los fuegos de artificio. Para convencernos de que hay algo más tras este despropósito (no, no lo hay), se echa mano del sentido escénico de la comedia clásica: los gags se vuelven más surrealistas a medida que pasan los minutos, los diálogos se tornan menos inspirados (algunos, incluso, parecen una copia de otros bastante reconocibles), los secundarios aumentan su protagonismo en busca de socorrer a una trama principal atascada e improductiva…
Errores de patio de colegio, con una trama simplona
Tras varias horas de visionado, las risas fueron contadas (se supone que es una comedia de terror) y creo que en mi cabeza hay menos pelo y alguna cana más de la que había antes de empezar a ver ‘The bite’ (Movistar +). Y es que escénicamente tienen errores de patio de colegio, sus intentos de hacer gracia son un fracaso, sus actores no encuentran el tono, la trama es simple como un botijo y la sátira sociopolítica acaba resultando repetitiva hasta la náusea.
Seis capítulos de más de cuarenta minutos cada uno es, sin duda, un formato excesivo. Si hubiesen sido valientes habrían reducido el metraje, aún a costa de deslucir a los numerosísimos secundarios con los que cuenta, o la habrían guardado en el cajón. Tal como está, es un bodrio infecto por el que no deberíais dejaros morder. Avisados quedáis.
No opino lo mismo que tú. Vi la serie de 6 capítulos sin el rótulo «serie de terror, sino como lo que es una SATIRA de nuestra forma de reaccionar en varios niveles. Para qué decir las similitudes con los poderes políticos-sanitarios, en mi país pasó lo mismo -aunque sin mordiscos ni pseudos zombies.
Me hizo reír, me identifiqué con cosas que pasan en la realidad y me entretuve viéndola. Creativa, rápida, diferente,
(Quizás, tu problema en el análisis es que la tomaste por serie de terror…y no lo es).
Chau.
Javiera.
Opino lo mismo que el anterior yo veo dentro del sub realismo la sátira, aunque reconozco que entre mis amistades hay personas que opinan con tú y otros como yo enganchadisimos
A mí me ha gustado muchísimo. Hacía tiempo que no me reía tanto.
Yo la estoy acabando ahora y me está pareciendo una sátira muy divertida.
Estoy de acuerdo -sin entrar en detalles- con el resto de espectadores. Es una «pasada» entre tanta producción seria o pretendidamente comica, es lo que en mi pueblo llamarian un «sin dios» de serie y creo que en estos tiempos no viene mal. Atrevida, pues trata un tema dramatico para la humanidad, pero con sus guiños a la estupidez política, a la «lejía» de la formula Trump, al servicio puerta a puerta de paquetería inasequible a la catástrofe, y a la amistad se gana que nos tomemos una copa con los actores, estupendos todos ellos.
Un desproposito … de critica. Magnifica serie, que se rie (a lo bestia) de todo.