Si bien los juegos de golf, dejando a un lado los arcade y los minigolfs, han tenido siempre su hueco en el catálogo de juegos de deportes, nunca sobra un nuevo candidato, ya que no es un género con mucha competencia. Lo que The Golf Club nos proponía hace tres años era un simulador que giraba alrededor de la creación de comunidades de jugadores y de un configurador de campos que tuvo un éxito bastante importante, con miles de hoyos creados para disfrute de todo el mundo. HB Studios y Maximum Games han sabido recoger el guante de los usuarios en este sentido y, para su segundo título, exprimen aún más sus puntos diferenciadores.
El realismo a la hora de golpear la bola es sin duda uno de los pilares del título y como mayor novedad respecto a la entrega anterior tenemos un sistema de swing mucho más enfocado en los tiempos de respuesta. Una vez decidido el equipo, dirección, compensación del viento y todos los cálculos que queramos, o no, hacer, la forma de lanzar es sencilla: utilizando el stick para simular os movimientos del golfista. Para dar un buen golpe no necesitamos aporrear el mando con excesiva fuerza, ya que la distancia dependerá más de las opciones escogidas, sino de una cadencia de movimientos adecuada. No podemos subir el brazo lentamente y lanzar demasiado rápido ni al revés, ni podemos estar con el brazo en alto varios segundos, porque el resultado suele ser nefasto. Se trata de ser fluido al golpear la bola.
Se le pilla el truco rápido pero siempre depende de nuestra paciencia, ya que después de cien golpes tenemos que seguir siendo siempre “fluidos”. Como buen simulador, está pensado para jugar a un ritmo pausado, entendiendo el terreno, nuestros palos, el ángulo que le queremos dar, el viento, etc. El control es sencillo, al menos después de haber completado un tutorial de inicio demasiado lento. La bola reacciona bastante bien, al menos cuando estamos en zonas no demasiado complicadas del campo. Cuando nos toca salir de la arena o cerca de arbustos, es una tómbola.
De todos modos no se requieren demasiadas horas de juego para pillarle el truco y realizar casi siempre lanzamientos más que decentes que nos permitan ir subiendo posiciones en la tabla. Lo complicado viene cuando ya estamos apostados en el green. Aquí el lanzamiento no dispone de muchas opciones, como es lógico: fuerza y dirección. Veremos en tiempo real, aunque no muy bien, los desniveles del terreno y tendremos opción de ver los alrededores de diversas formas para poder calcular con mayor o menor acierto cual va a ser el recorrido real de nuestra bola. El comportamiento es bueno, pero la dificultad es alta, no hay atajos ni medias tintas; pásate un poco de fuerza y verás como la bola rebota en el hoyo y pasa de largo. Como el sistema de lanzamiento sigue siendo el stick, no tenemos forma de saber exactamente la fuerza que le estamos dando a la bola. Es muy realista, pero frustrante si no sois de los que tienen mucha paciencia o si sois más de arcade.
Resumiendo, el control es bueno, con más que suficientes opciones para tener la sensación de que somos nosotros los que controlamos la bola, pero es exigente con el jugador. Tenedlo en cuenta, porque costará muchas horas ir a por el hándicap cero en un circuito completo.
Hablando de circuitos, en Golf Club 2 vuelve a faltar cualquier tipo de licencia real, así que todos los campos y golfistas son ficticios. No es problema, ya que la primera parte ya utilizó esto muy a su favor. Para empezar tenemos una selección bastante amplia de circuitos completos inventados por el propio estudio de desarrollo, algunos con mayor acierto que otros, pero en general con buena variedad. Pero sin duda su mayor punto fuerte es que no sólo podremos crear nuestros propios campos y jugar con los de la comunidad, sino que podremos importar los que hayamos creado en el primer juego, lo que puede hacer la oferta inmensa.
Este creador, si bien con novedades respecto a la primera entrega, no es fácil de utilizar: no tanto por el sistema, que es sencillo, sino por lo intrínsecamente difícil que es diseñar un campo de golf atractivo. Las herramientas de modificación de terreno, las más importantes, son un poco bruscas para lo que se espera de ellas. Una vez más, la idea es dedicarle el mayor tiempo posible para testear los campos y luego ir añadiendo la decoración si nos gusta, aunque es difícil resistirse a empezar por lo fácil.
Las comunidades son el otro pilar de TGC2. Una vez más las opciones son bastante amplias, aunque al principio no las tendremos todas disponibles y solo a través de hacer crecer nuestra casa virtual podremos exprimir todo lo que se nos ofrece. A través del modo Carrera podremos crecer como jugadores de golf ampliando nuestro equipamiento según participemos en torneos que, además, podemos crear nosotros mismos seleccionando los campos en los que queremos jugar. Como veis, el juego en general es bastante libre y abierto: creación de campos, personalización de comunidades, elegir nuestros torneos y forma de jugar, etc. Esto unido al hecho de poder jugar en hoyos creados por la comunidad hace que las opciones disponibles sean tan amplias que, si nos gusta, lo podremos disfrutar durante muchísimas horas.
Ahora bien, toda esta cantidad de contenido no está muy bien integrada, de forma que no da la sensación de ir progresando por el juego, sino que simplemente nos lo tira a la cara en plan: “mira, ahí tienes todo lo que puedes hacer, ponte con ello”. No tiene un sistema de crecimiento claro, ningún incentivo para ir jugando en circuitos cada vez más complicados ni un sistema de juego avanzado, nada. Al principio tenemos un tutorial un poco farragoso y muy lento de cargar que nos explica como jugar, pero ya está. El esquema clásico de torneos prestablecidos no existe y básicamente requiere de tu propio interés en mejorar para que le dediques ese gran número de horas posibles. Para los que vengáis con las ideas claras porque os guste el golf y tengáis decidido de antemano que le vais a dedicar tiempo y paciencia, no veo problema alguno, así como para los que vengan de la primera entrega. Pero para los nuevos y para los que sólo pasen por aquí a echar unos golpes, no es una buena opción, ya que a las primeras de cambio da una sensación de “abandono”.
Aunque el golf es un deporte en el que se puede competir perfectamente contra uno mismo, existen múltiples opciones multijugador, más allá de las leaderboard donde veremos la puntuación de muchos otros jugadores en los hoyos en los que estamos jugando. Podemos añadir un “jugador fantasma” a nuestra partida, esto es, elegir alguien que haya jugado ya nuestro campo y jugar contra su partida pregrabada. Además, tenemos multijugador local (por turnos, como siempre) y online. Cabe destacar que no sólo podemos crear nuestra propia sociedad, sino también unirnos a una ya creada por otro jugador, que probablemente haya añadido algún requisito para entrar, como tener un nivel mínimo o similares.
Pasando a terreno gráfico, si bien hay mejoras evidentes respecto al primero, como es obvio, no está al nivel que nos gustaría. No es que esté limitado per se: cuando estamos preparándonos para golpear la bola el aspecto es agradable y con un gran detalle visual. Pero luego, al lanzar, vemos la trampa. Popping exagerado al planear sobre el campo, vegetación con poco detalle, arena que parece pintada. Es un juego que funciona muy bien a media distancia, pero el problema es que cada vez que lanzamos nos toca verlo de cerca. Además, el realismo con el que han querido mostrar los campos, que no es algo negativo, hace que el aspecto visual tenga poca personalidad, quizá por una excesiva desaturación de los colores o por no arriesgar en su contenido audiovisual. Está todo realizado de un modo muy neutro.
Los tiempos de carga, eso sí, son excesivamente largos. En el tutorial, obligatorio al iniciar el juego por primera vez, es bastante desesperante, ya que tarda en cargar un buen rato cada vez que damos un solo golpe. Luego ya se vuelve algo más razonable, pero aún así, para ser un juego de golf y no un shooter con mil marcianos en pantalla, los tiempos de carga son inexplicablemente altos.
En mi versión de PS4, por cierto, no he llegado conseguir ni a través del menú de opciones, que el juego se adapte a la pantalla de mi televisor, los bordes de los títulos se cortan. Supongo que será algo fácilmente corregido con alguna actualización o a lo mejor se me escapa la opción dentro del menú, pero es desagradable. Sobre todo porque la interfaz es limpia y funciona bastante bien. Por la parte sonora, destaca el comentarista, con un gran trabajo narrativo en inglés, buena variedad de frases y que encaja a la perfección con el aspecto serio del juego. Incluso cuando a veces hace uso del humor, lo trata de forma adecuada. Los textos de todo el juego están correctamente traducidos al castellano.
Poco más que añadir. The Golf Club 2 es un juego que continúa de manera muy clara el trabajo desarrollado en la primera entrega y básicamente se centra en mejorar todos sus aspectos sin arriesgar a darnos nada novedoso ni que se salga de un simulador muy serio. Exige que se le dedique tiempo y trabajo para exprimirlo, aunque su gran cantidad de contenido nos permite jugarlo durante mucho tiempo si nos engancha. Esperemos que la comunidad responda como lo hizo con el primer The Golf Club y alague la vida del juego, principalmente gracias un diseñador de campos bastante completo. Su principal problema es la escasa motivación que nos ofrece para explorarlo al completo, algo que vamos a notar sobre todo si somos jugadores más casuales. Especialmente recomendado para veteranos en simuladores de golf.