En los primeros segundos de esta producción británica de la BBC de cinco episodios, Chris Carson (Martin Freeman), policía de Liverpool especializado en responder a las emergencias en el turno de noche, mira frontalmente a la cámara y, en uno de esos primeros planos que demuestra a qué raza de actores perteneces, declara: “Solo quiero ser un buen poli”.
Lo dice porque, en su situación, conseguirlo no es nada sencillo: se enfrenta todas las noches a borrachos que le escupen, a vándalos que le insultan, a ciudadanos indignados que lo desprecian, a mafiosillos que intentan manipularlo y usarlo para sus fines, a compañeros a veces menos deseables de lo que serían imaginables y, claro, a una situación familiar complicada por la incomprensión de los suyos hacia a su trabajo.
En ‘The responder’ asistimos a una escalada emocional de tensión acelerada, casi frenética
Las calles de Liverpool son un escenario con vida propia porque lo que allí pasa, influye, y de qué manera, en Chris y en los demás personajes con los que se relaciona. Tan intensa ha sido la relación de Chris con estas calles que está, ahora mismo, devastado, quemado, roto… y los hechos que narra la serie ‘The responder’ (Movistar +) son, quizás, las últimas gotas de su vaso, un vaso que está, además, a punto de desbordarse.
La intensidad real vivida por el expolicía, creador y escritor de la serie, Tony Schumaher, se traslada en ‘The responder’ con fidelidad gracias a un Martin Freeman que, interpretativamente, aparece aquí descomunal. Sin duda, éste es uno de sus mejores papeles recientes. En el primer episodio que tenemos ya disponible, un mafioso lo obliga a buscar y detener a una yonqui, Casey (Emily Fairn), por algún motivo desconocido. Esta búsqueda iniciará una escalada emocional de tensión acelerada, casi frenética, que viviremos hasta el final del capítulo y que nos dará la oportunidad de conocer el lado oscuro, para bien y para mal, de Chris.
Las mejores expectativas
Cada lunes tendremos a nuestra disposición otro capítulo de una serie que, trascendiendo los clichés típicos del procedimental policial, se asienta sobre los hombros de un Martin Freeman protagonista capaz de construir un personaje memorable y de altura. A la espera de ver cómo evoluciona, nos quedamos con las mejores expectativas y con ganas de más.
A esto se le llama acabar enero con muy buen pie.
