Bienvenido al horror de Oakmont

Las obras de H.P. Lovecraft han dejado un amplísimo abanico de videojuegos, películas, juegos de mesa y novelas que se han inspirado en ella para intentar recrear el horror que el autor de Providence plasmó en sus obras hace ya 100 años.

Durante todo este tiempo hemos disfrutado de grandísimas obras que han sabido reflejar con acierto el universo y el ambiente opresivo y aterrador de Lovecraft. Videojuegos como Eternal Darkness o Alone in the Dark y juegos de mesa como Las Mansiones de la Locura son solo algunos ejemplos de cómo se puede aprovechar con maestría este universo. The Sinking City, el título que nos ocupa, busca transmitir no solo el horror y la opresión, si no también esa sensación que han conseguido transmitir tan bien los juegos de mesa en los que la investigación de cada caso recae totalmente en las habilidades del detective en cuestión.

Detrás de The Sinking City está Frogwares, el estudio de desarrollo encargado de sacar adelante los magníficos Sherlock Holmes: Crimes and Punishments y Sherlock Holmes: The Devil´s Daughter, las dos últimas aventuras gráficas sobre el famoso detective que han visto la luz durante la presente generación. Para The Sinking City, el estudio ha bebido de esos dos proyectos previos y ha añadido una gran cantidad de novedades con el objetivo de convertir al juego en una aventura de exploración, deducción y acción que recuerda constantemente a juegos de mesa como Las Mansiones de la Locura.

En la piel de un detective

A nivel argumental, The Sinking City nos traslada a Oakmont, una ciudad que acaba de sufrir una inundación y que, desde entonces, se ha visto atacada por criaturas horrendas que están causando el caos en la ciudad. Además, muchos de lo ciudadanos han empezado a sufrir pesadillas y visiones en las que un gran monstruo aguarda y espera en el fondo del mar para destruir a toda la humanidad. Nosotros nos pondremos en la piel de un detective privado, exmarine, que sufre esas visiones y que, además, ha adquirido ciertos poderes paranormales después pasar por una experiencia que no desvelaremos. Nuestro objetivo será encontrar el origen de las visiones para acabar con ellas, pero por el camino tendremos que resolver decenas de casos que están ocurriendo en la ciudad.

Una vez que empecemos a jugar a The Sinking City descubriremos que nos encontramos ante un juego de acción y exploración en tercera persona en la que tendremos una amplía ciudad que podremos recorrer con total libertad desde el primer momento. La ciudad cuenta con diferentes puntos de interés que tendremos que visitar con asiduidad para obtener información como la comisaría, el hospital, la sede de un periódico y otros tantos sitios que serán fuentes de información de las que tendremos que aprovecharnos para resolver los diversos casos que se cruzarán en nuestro camino.

The Sinking City se aleja por completo del sistema de progresión y sistema de misiones que llevamos viendo en otros juegos estos últimos diez años. Para empezar, a diferencia de cualquier otro juego reciente, este título no nos dará ni una sola indicación sobre donde debemos ir para continuar avanzando. Esto significa que tendremos que ser nosotros acompañados únicamente de nuestra capacidad deductiva los que estudiemos y analicemos la información de la que disponemos para acudir al siguiente punto de la historia. Esto, que puede parecer sencillo, requiere de paciencia y, sobre todo, de una capacidad de pasar grandes periodos de tiempo analizando información que entendemos que no será del gusto de todos los jugadores pero creemos que era fundamental que The Sinking City optara por un sistema así para conseguir meternos de verdad en la piel de un detective privado.

Toca coger papel y lápiz

Pero, ¿en la práctica que supone que no tengamos ninguna indicación sobre qué debemos hacer? Pues, para empezar, seremos nosotros mismos los que añadiremos los iconos al mapa de la ciudad. Cuando empecemos a jugar, tendremos a nuestra disposición un mapa de la amplísima Oakmont en el que solo veremos el nombre de las calles. A partir de ahí depende de nosotros anotar en ese mapa los indicadores que creamos necesarios para guiarnos por la ciudad inundada.

Esto también se aplica a todas las misiones. Habitualmente, cuando en un sandbox nos dicen que vayamos a una zona determinada para completar la misión, directamente vemos la posición exacta en el mapa y en el radar. En este título se limitarán a ofrecernos el nombre de la calle a la que debemos ir o el cruce en el que fue visto por ultima vez un sospechoso. Una vez que conozcamos el nombre de la calle, tendremos que ir a nuestro mapa, buscar manualmente el lugar y marcarlo, o no, en el mapa para llegar hasta ahí.

Esta fascinación por la investigación manual no se detiene aquí. De vez en cuando, tendremos que desvelar la identidad de algún sospechoso para poder ir a buscarlo, pero es posible que solo tengamos ciertos datos sobre él. Por ejemplo, es posible que sepamos que el asesino tiene un pasado violento y que su última detención data de hace 10 años. Pues, para localizarlo, tendremos que acudir al archivo de la policía y buscar entre los documentos usando su pasado cómo único filtro.

Entendemos que algunos jugadores descartarán la propuesta de Frogwares por lo pausado de su mecánica y lo complicado que puede ser deducir la información necesaria para avanzar, pero cada vez que resolvemos un caso, The Sinking City tiene la capacidad de hacernos creer que somos un auténtico detective privado.

Un combate sin carisma

Sin embargo, el juego no se limita a ofrecernos una sucesión constante de puzles y casos a resolver mediante ingenio y lógica. Estamos ante un videojuego ambientado en las obras de H.P. Lovecraft y, por tanto, tendremos que hacer frente a todo tipo de criaturas horribles. Para ello, el juego cuenta con un sistema de combate bastante rudimentario al que se le notan las costuras en el que podemos utilizar un pequeño arsenal de armas de fuego para defendernos de los horrores que han surgido tras la inundación. El problema que encontramos con el sistema de combate se basa, principalmente, en que luchar se convierte siempre en una experiencia muy tosca al no contar con sistemas de cobertura y a que el sistema de apuntado no es especialmente preciso. Además, atacar con armas cuerpo a cuerpo suele convertirse en un problema debido a los movimientos imprecisos de la cámara en esos momentos.

Por suerte, el juego nos da la opción de elegir una dificultad diferente para la exploración y deducción y otra para los combates, por lo que podemos reducir la dificultad de estos últimos para evitar que se conviertan en una barrera para disfrutar del título.

Derrotar monstruos nos dará experiencia con la que podremos ir desbloqueando habilidades de un árbol enorme que nos permitirá ir especializando a nuestro héroe en función de nuestro estilo juego. Así, podremos optar por mejorar el daño y capacidad de nuestras armas, reducir los efectos que la visión de ciertas criaturas tendrán en nuestra mente u obtener ventajas en algunas de nuestras habilidades de deducción.

Luces y sombras en un juego de horror

En lo que respecta al apartado técnico, lo primero que debe quedar claro es que nos encontramos ante una producción de presupuesto ajustado y, por tanto, no puede alcanzar los niveles de detalle de un sandbox AAA. Pese a sus limitaciones, la ciudad es amplia, variada y lo suficientemente interesante como para que nos detengamos a explorarla mientras investigamos cada caso. Es cierto que los NPC que circulan por la ciudad son clónicos y muchas veces los veremos chocarse contra paredes o farolas, pero no es algo que afecte a la experiencia de juego.

El estudio ha sido capaz de crear ambientes opresivos y angustiosos en los que han podido camuflar con mucho acierto las limitaciones técnicas. Por ejemplo, las fases en el fondo del mar cuentan con una ambientación sublime que ya querrían para si otros títulos triple A.

Lo que sí echamos en falta es que el estudio reduzca los tiempos de carga cuando usamos el viaje rápido por la ciudad. En ocasiones da la sensación de que tardaríamos menos viajando andando que esperando a que cargue el juego después de un viaje rápido.

A nivel sonoro, el juego cuenta con voces en inglés y subtítulos en castellano que nos permitirán disfrutar del juego de principio a fin. Además, la banda sonora cuenta con una amplía variedad de temas que se adaptan a la perfección a la temática del juego. Lo único que echamos en falta es una mayor variedad de efectos de sonido para los monstruos, ya que son escasos y repetitivos.

Conclusiones sobre The Sinking City

El nuevo proyecto de Frogwares demuestra que el estudio es capaz de ofrecer novedades en el género de las aventuras gráficas. Han sabido adaptarse al universo de H.P. Lovecraft y, pese a las carencias del proyecto, The Sinking City es lo suficientemente divertido como para convertirse en una opción muy a tener en cuenta para los fans de las aventuras gráficas y la exploración. Además, se convierte en uno de los pocos juegos de la historia que ha sido capaz de representar el horror de las obras de Lovecraft con acierto.

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Luis Collado
Director de la sección de videojuegos. Economista especializado en marketing. Hablo de videojuegos, cine y libros siempre que puedo.

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