Segundo capítulo de ‘The white lotus’ (HBO España), segunda joya audiovisual. Vimos colmadas nuestras expectativas de unas líneas dramáticas más claras e intensas, pero no esperábamos que esa tensión se materializase “así”, de forma tan pasivo-agresiva, tan sibilina. De esta forma, es verdad, se mantiene la coherencia con el tono general vacacional, permitiendo que no descarrile la serie por incoherente, al tiempo que se mantiene el tono narrativo general. Y es este pulso el que nos confirma que estamos ante un producto no solo muy meditado sino también cuidadosamente realizado y mimado.
Esto se ve, además, en el desarrollo del arco de los distintos personajes. Cada uno aporta ahora una personalidad más precisa, por cuanto cada uno también va definiendo con mayor concreción su participación en el giro dramático de la serie. De hecho, esta es una de las principales virtudes de ‘The white lotus’: el hacer de este matiz dramático la base realista que contraponga esta serie al típico, e hiperbólico, tono vacacional de la mayoría de los productos audiovisuales estivales. Así los personajes van ganando perfil, entidad y personalidad a medida que se van sucediendo los acontecimientos.
Este segundo capítulo de ‘The white lotus’ ha servido, entonces, no solo para que confirmemos nuestras elevadas expectativas sino también para ver aumentado el potencial de la serie
Los temas que se nos insinuaban aparecen también ahora confirmados y ampliados. En este capítulo seguimos estando ante la crisis de la madurez, ante los cambios epocales en la vida de los personajes y los retos que estas transformaciones les supone a cada uno. Pero también se nos habla de la vida profesional: de los retos que esto supone para la mujer, tanto para aquella que ha alcanzado la cumbre (Connie Britton promete grandes momentos) como para aquella que aspira a alcanzarla (Alexandra Daddario); o del estrés y ansiedad que su trabajo supone para el coordinador del resort (Murray Bartlett). E, incluso, parece asomar la pata una crítica de fondo a las terapias alternativas y el discurso “de autoayuda” (brillantemente soportado por Jennifer Coolidge).
Este segundo capítulo ha servido, entonces, no solo para que confirmemos nuestras elevadas expectativas sino también para ver aumentado el potencial de la serie. La apertura discreta de los personajes a nuevos temas, así como el incremento de la vis dramática de todo el elenco, suma valor a ‘The white lotus’ (HBO) como uno de los mejores dramedias actualmente en emisión.
El próximo lunes tendremos la oportunidad de seguir avanzando en el descubrir los misterios que nos desvela este paradisíaco resort hawaiano.