Los amantes de la ciencia ficción recordarán perfectamente la película de 1968, 2001: Una odisea del espacio. En ella, un grupo de astronautas debían descubrir el misterio que rodeaba a unos extraños monolitos negros y en su aventura hacían frente a una Inteligencia Artificial, HAL 9000, que había cobrado consciencia y tenía otros planes muy diferentes. A pesar de que la cinta de Stanley Kubrick narrase una sensacional odisea —valga la redundancia—, dejemos eso a un lado para prestar atención a una secuencia en particular: el momento en el que David cruza la puerta espacial y se adentra en un extraño y colorido pasillo de luces.
¿Por qué importa recordar esta escena? Fácil. Thumper es un videojuego con un endiablado componente adictivo que nos hará sentir como el protagonista de 2001 a medida que cruza ese pasillo. Sus responsables, el estudio independiente Drool, compuesto de solo dos personas, han dado vida a un producto psicodélico y que logra coronarse como una de las propuestas más interesantes de los últimos años en el género de juegos de ritmo.
Escarabajo cósmico
Eres un escarabajo que recorre un espacio repleto de música, colores y formas extrañas. De esa sencilla pero extraña premisa parte el concepto de Thumper, un videojuego de ritmo que retará nuestros reflejos para que nuestra odisea por un raíl infinito llegue a buen puerto.
Las mecánicas jugables son idénticas a las vistas en otros juegos del mismo género. Lo más importante será acertar a dar al botón en el momento exacto para dar inicio a una serie de combos rítmicos con los que lograr avanzar. Habrá que girar por peligrosas curvas, saltar obstáculos en el momento preciso, romper barreras o consumar un disparo para acabar con el jefe de turno. ¿Con un punto de partida tan sencillo, dónde se encuentra la diversión? En el endiablado reto que supone para el jugador.
Los escenarios de Thumper se despliegan y retuercen a nuestro paso al ritmo de una banda sonora electrónica que deberemos seguir con atención para saber cuándo y cómo actuar. Cada nuevo nivel irá sumando acciones extra, por lo que será de suma importancia recordar qué supone cada uno. Por suerte, el juego nos da un par de niveles para que nos hagamos a las nuevas mecánicas antes de soltarnos frente a frente con un jefe final. Estos niveles supondrán el mayor reto de la obra y combinarán todo lo visto previamente para que nuestros reflejos echen humo.
En este punto es importante destacar que el juego hace un buen trabajo indicándonos qué nos espera más adelante. Resulta esencial que independientemente del desafío que nos quiera imponer, las mecánicas estén bien llevadas. Por eso mismo, hay que señalar que en ciertas ocasiones los avisos no son del todo claros y nos harán fallar un combo que deberemos empezar desde cero, o nos costarán una de las dos vidas con las que cuenta nuestro escarabajo. De ahí que en ciertas situaciones debamos dejar a un lado el ritmo que emana de la música para recurrir de forma única a nuestra memoria.
Siendo completamente honestos, Thumper no ofrece más opciones que la de recorrer un pasillo repleto de luces mientras esquivamos obstáculos y solo cuenta con un modo. Sin embargo, su componente adictivo es muy elevado y nos invitará a que repitamos una y otra vez su propuesta hasta ser capaces de dominar el escarabajo a la perfección.
Conclusión
Thumper es un pasillo psicodélico donde nuestros reflejos serán puestos a prueba. Las luces y la música se funden en una esencia que se retuerce en el camino para exprimir nuestros reflejos y provocarnos a que lo intentemos una vez más cuando fracasemos. Tiene pequeños errores de ritmo y solo cuenta con un modo de juego, pero se trata de una experiencia muy satisfactoria y que desde luego hará las delicias de los seguidores al juego. Además, es un producto compatible con la realidad virtual, donde su agresiva propuesta toma un nuevo y frenético cariz.