Fantascy ha publicado en España la primera novela de la londinense Katie Khan Wood que ha resultado ser un éxito rotundo traducido a más de veinte idiomas. ¿Las claves de ello? Se trata de un libro que palpita como el corazón de sus protagonistas. Hold Back the Stars (2017) ha sido traducido por la conocida traductora Gemma Rovira Ortega y antes de hablar del libro, permitidme que os amplíe la biografía de la autora.

Katie Khan, tras ser publicada en 24 paises, ve cómo su novela está siendo adaptada al cine de la mano de los productores Dan Cohen y Shawn Levy, responsables de títulos tales como Arrival o Stranger Things. El filme será dirigido por Lee Toland Krieger (The Age of Adaline/Riverdale).

Fanática de las historias de amor con escenarios épicos tanto en el papel como en la pantalla, Katie pasó 10 años trabajando en labores de edición on line, incluyendo 4 años como directora del Departamento Digital de Paramount Pictures, antes de unirse a Warner Bros. en 2017. Actualmente está considerada entre las personas más influyentes en medios de comunicación de su país y su novela fue finalista de los Romantic Novel Awards 2018. Esta autora tiene como representante a la agente literaria Juliet Mushens. Recientemente ha anunciado en redes la conclusión de su segunda novela, The Light Between Us, que será publicada el 9 de Agosto. Confiemos en que no tarde mucho más en ver la luz en nuestro país esta nueva historia que gira en torno a una pareja, a lo que fue y lo que pudo ser, amores no correspondidos, segundas oportunidades y viajes en el tiempo. En Fantasymundo os tendremos cumplidamente informados al respecto de este nuevo estreno.

 

 

Vayamos con el título que nos ocupa; una historia de amor, sí, pero en un contexto utópico que bebe directamente de la ciencia ficción más clásica.

El libro se estructura en tres partes que se vertebran en torno al eje central de la narración: Carys y Max arrancan la primera página flotando en órbita a la Tierra en medio de una situación más que comprometida en el vacío del espacio. Su nave está averiada y ellos no pueden alcanzarla. Disponen tan sólo de noventa minutos de oxígeno para poder alcanzar la Laertes. La IA de a bordo, Osric, intentará ayudarles, pero su peculiar y limitado programa poco puede hacer más allá de atender las instrucciones que la pareja le transmita usando sus flexs. Por cierto, Laertes y Osric son nombres sacados de Hamlet. Es a partir de momento cuando empieza una frenética y agónica carrera contrarreloj. El encabezamiento de cada capítulo nos mostrará el tiempo restante, de tal manera que el suspense y el estrés por encontrar una solución va a ir in crescendo. Poco más os puedo contar sin incurrir en spoilers; estaréis acertados si pensáis que la pareja de astronautas, que también son pareja en lo afectivo, van a pasar por verdaderas angustias, momentos de desesperación y abatimiento. Pero, serán también momentos para el recuerdo, para el típico rebobinado que haces cuando anticipas que todo se acaba.

-Pero en el vacío no crece nada.

-El amor sí.

He aquí la segunda línea argumental que utiliza la autora para construir su novela, los flashbacks que nos permitirán conocer a los personajes; el origen de cada uno de ellos, cómo se conocieron, el principio de su relación y los altibajos que atravesaron. Un relato perfectamente combinado con la situación que anteriormente os describía. De esta manera, la novela crece y vamos sabiendo más poco a poco, como con un cuentagotas sin afectar al ritmo de la lectura que te va atrapando en esta Tierra donde se ubica nuestra historia. Y aquí vino mi sorpresa. Todo lo que había leído previamente que anunciaba la novela giraba en torno a una trama romántica en una situación límite, pero he descubierto una historia ambientada aproximadamente 200 años en el futuro. Estamos, pues, ante un maravillo relato romántico con toques de la más clásica ciencia ficción. Y me refiero a ingredientes intemporales que me han mostrado una sociedad futura utópica, donde los responsables políticos han organizado una reglamentación donde prima el bien común. ¿Y cómo lo hace Katie? Pues pintando con tonos suaves toda una nueva estructura. Pronto descubrimos dos aspectos que condicionan este nuevo mundo: en primer lugar, ha ocurrido un grave enfrentamiento entre EEUU y Oriente Medio con consecuencias irreparables. Eso ha elevado a Europa (Europia) a un protagonismo preponderante durante toda la lectura. En segundo lugar, un cinturón de asteroides rodea la Tierra impidiendo salir de ella y con el riesgo de los continuos meteoritos que caen sobre la superficie.

Nos  encontramos, pues, ante una novela ambiciosa que ha sido construida con una densidad que engaña al principio para mostrarnos su peso página a página. Me atrevería a decir que destaca en medio de los títulos que actualmente se publican con más ruido. Tocar las estrellas me ha recordado por qué me gusta la Ciencia Ficción; porque es una excelente manera de especular con el futuro observando nuestro presente. Y lo hace con un texto sin artificios. La obra es ligera y sencilla, pero yo he entrevisto una calidad que os satisfará.

La autora no se ha achantado; nos traslada a Cataluña, al supermercado del Passeig del Born donde Max Fox trabaja como reponedor. Nos muestra un futuro nuevo, limpio, ecológico, pero donde también hay ruinas que nos hacen presuponer una trágica desgracia reciente a nivel mundial (EEUU desde el espacio se ve como un desierto marrón). Nos presenta una sociedad apoyada en la Rotación. Los habitantes en esta época van mudándose periódicamente a nuevas vaivodas (equivalente a regiones o ciudades) e impera el denominado Individualismo hasta los 35 años de edad. Es decir, según la Ley de Parejas no se puede formar una pareja estable hasta esa edad. También viajaremos hasta Australia para asistir a una especie de Juegos Olímpicos. Y volaremos en el libro hasta Gales. Estos son pasajes que nos permitirán empaparnos de esta utópica sociedad del futuro que se muestra rígida en sus dictados para evitar errores del pasado. Pero estas normas no pueden evitar recordarnos los corsés de épocas pretéritas. Es decir, nuestros protagonistas tendrán que enfrentarse a estas barreras desde dentro ya que ambas familias no piensan igual y eso será quizá un obstáculo en su relación y por tanto un conflicto a resolver.

Me ha llamado la atención cómo la religión está presente en la historia. Recientemente me produjo el mismo efecto Altered Carbon. Parece que la evolución humana sigue manteniendo un cabo atado al sentimiento espiritual de algo superior. Cómo es gestionado por la sociedad del futuro tiene en este libro su sitio y, repito, me ha parecido interesante. Simple y brillante. Posiblemente muchos de nosotros, cuando hemos reflexionado a propósito de cuestiones de fe, hemos llegado a una conclusión similar.

Lo que pasa con el primer amor es que te rompe. Nunca vuelves a ser la misma para la siguiente persona que conoces.

Me quedo con el Mindshare, una suerte de Internet del futuro. He disfrutado con las confesiones íntimas. Me ha interesado la EVSA, la Agencia Espacial del futuro. He sonreído ante el intento de crear un Mundo Perfecto por parte de los dirigentes. Cuán difícil es encontrar la fórmula perfecta y sin embargo cuántos creen tenerla. He saboreado esos aromas a CiFi de la de siempre que me hacen pensar en este libro como uno de esos títulos que dentro de los años serán nombrados junto a otros como ejemplo de propuestas de modelos especulativos. Me consta que alguien me tachará de  exagerado, pero… creedme, no todo es Los Juegos del Hambre. Si la película que se está haciendo basada en Tocar las estrellas no lo estropea, creo que atraerá aficionados al género.

Me he apuntado la figura de los Fundadores y los paneles llamados Ríos Murales que la gente tiene en casa. Me parecen interesantes personajes como Liljana o Liu, esos amigos contados con los desdos de la mano que todos deseamos tener y que están ahí cundo los necesitas respondiendo mejor que tu propia familia. Y me que quedo con la sensación que todos seguimos teniendo cuando posamos nuestros ojos en el objetivo del telescopio de un Observatorio y descubrimos las maravillas que esconden las estrellas.

          Emisión de La Nave de LanarkMcKlaor que incluye el booktráiler original del libro.

Por último, no puedo obviaros que es una novela sobre el primer amor y su fuerza. Este libro intentará emocionarnos y tocaros la fibra con elementos intemporales. Lo hará en mayor o menor medida, porque os arrancará de cada uno los recuerdos y experiencias que guardéis en vuestro interior. En ese momento, conectaréis con los protagonistas y os encontraréis, como ellos, suspendidos en el vacío del espacio a punto de que todo se acabe. El giro argumental, la manera de resolver el libro y la lectura de la última página hacen que sin duda os recomiende la lectura de Tocar las estrellas. Un libro simple y llanamente maravilloso que se ganará un rincón en vuestro corazón.

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Jaime Santamaría
Economista con alma de escritor. Amante de los viajes, tanto de los que requieren maletas como imaginación. Siempre con ganas de aprender.

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