Confieso que conocí a Tom Z Stone por casualidad hace ya 5 años. Pocos meses después de su lanzamiento, allá por mayo del 2011, y gracias a un sorteo organizado por la editorial que lo vio nacer (Dolmen), llegó a mis manos un ejemplar de: “Tom Z Stone”, una novela que era definida como una hábil mezcla de novela negra y novela de género zombi y que suponía el inicio de una peculiar saga . Y digo “saga” y no “trilogía”, porque se trata de novelas autoconclusivas y en las que no es necesario, pero sí recomendable, leer en orden cronológico. Lo que si, deberías hacer casi imperativamente, como buen seguidor de la literatura de género, o de la literatura a secas, es leerlas, conocer al detective más canalla y menos vivo que podrás encontrarte por las calles de Valencia.
Como digo, llegó a mis manos por casualidad y en una época, en las que había en el mercado, más novelas zombilescas que setas y como setas también, si no andabas con cuidado, alguna de estas novelas, podían resultar realmente indigestas. Tanto fue así, que las novelas “Z” que realmente merecían la pena y que resultaban, al menos entretenidas, se llegaron a contar con los dedos de la mano de un manco. Pero ahí estaba él, Joseph Álamo: "Joe" para los amigos, "Joe Alamo" para los lectores, para esconder la paja en un pajar de agujas, para ejercer de Ibuprofeno un domingo de resaca, para alegrarnos el día, la tarde y la noche lectora. Para colar una novela negra como los pulmones de un deshollinador, dentro de un género literario dominado por la última letra del abecedario.
«Tócala otra vez, Tom». Es lo que exclamé tras finalizar el regalo que me calló del cielo en forma de novela, y que ahora ha vuelto a ser editada, con nuevo formato, título, portada y artista en los pinceles –Daniel Expósito– como “Tom Z. Stone I: Imagine”. Posteriormente, allá por diciembre del 2012, llegaría, la que para mí es la novela más… completa de las tres, de nuevo publicada por Dolmen: “Tom Z. Stone: Let It Be” (al igual que la primera ha sido reformada por completo y está accesible a través de Amazon) a la que me lancé de cabeza para su artículo (podéis leer la reseña de ambas novelas, pinchando aquí). Meses despuúes, comenzarían a caer por su propio peso, los premios literarios: “El Tormo Negro 2012” a la mejor novela negra y “Pandemia 2012” a la mejor novela Z por la primera entrega, que reafirmaba la opinión general de que la fusión de ambos géneros (negro y zombi) resultó todo un acierto, y de nuevo el “Pandemia 2013” a la mejor novela Z por la segunda novela. Le siguieron un aluvión, no menos grande, de buenas críticas y aceptación por parte del lector que supo no perder tiempo en el pajar de agujas y tras esto… el más absoluto silencio editorial.
Y se de lo que hablo, ya que personalmente pregunté varias veces sobre la edición de la tercera parte: “Tom Z Stone: All you need is love” (disponible en Amazon), la cual me constaba escrita desde el 2014, pero nunca parecía llegar el momento adecuado para sacarla de su ostracismo. En su lugar, optaron por unas ediciones de bolsillo a través de Dolmen Express que finalmente, y previo acuerdo con el autor, han terminado por publicarse en Amazon. Aun hoy en día, no alcanzo a entender los motivos ni las estrategias: un producto que había funcionado en sus dos primeras publicaciones, obtenido premios y aplausos de público y críticas, e incluso el desarrollo de un guión para su salto al séptimo arte… y la editorial apostó por su no continuidad.
Así que finalmente y unos cuantos años después, su autor, cansado de tanto vaivén, ha optado -previo esfuerzo mayúsculo-, no solo por cerrar el circulo con la tercera entrega, sino con volver a editar las dos primeras, totalmente renovadas, a través de otra plataforma, tanto en formato digital como en papel, y a un precio irrisorio:«Lo he sacado por el afán de hacerlo. De ver la última parte publicada. A partir de aquí, veremos qué hago» Palabra de Joe Álamo, de las cuales se intuye una pequeña rendija de esperanza ¿para quizás una cuarta entrega?
¿Y que nos tiene preparado esta vez el bueno de Joe en “Tom Z Stone: All you need is love”? pues más de lo mismo. Pero no en plan “tanta espera, para más de lo mismo” sino más bien “Joe, que bueno volviste”. En esta ocasión, Tom, se ha sometido al tratamiento de la doctora Godwin conocido como “Suero Godwin”. Este suero, ha puesto en marcha de nuevo su viejo corazón y fluido arterial, el cartel de “reanimado” en fuera de servicio y quizás el contador de la inexorable Ley del Decaimiento que le marca que apenas le queda un año y medio de "vida", en dobles cero. Es al llegar a su Valencia natal, en plenas fiestas navideñas del 2014, cuando es consciente de algún que otro cambio: Mati ya no atiende las llamadas en su despacho, Gato ya no lo espera en casa, la Lázaro ya no es la droga de moda y Paco, “el Piojoso” ya no regenta el “El As de Picas” debido a su desafortunado encuentro con un poco de plomo. En su lugar, el nuevo Rey del querido tugurio de Stone, es Roncesvalles, y su bufón, el “Tronchahuesos”, su amigo más leal.
Pero sin duda, el cambio más problemático para los intereses…vitales de Tom, lo encuentra en que la tasa de "reanimados" ( los zombis pacíficos; los salvajes “Zs” son conocidos como “terminales”) ha caído en picado, borrando de un plumazo esa leyenda urbana que dice que su tasa de VIDA, ronda los cuatro años, asi que si el suero no funciona, Stone empezará a oler a tierra removida, y esta vez será pasto de los gusanos.
Aunque también hay cosas que no cambian, que siempre permanecen: los psicopatas, esos que atrae Tom como abejas a la miel, y esta vez le tocará jugar con uno realmente desquiciado, sanguinario y brutal; con una pulsión enfermiza hacia el fuego, tanto es así, que se hace llamar La Antorcha, y esta es su carta de presentación: «Llevo el fuego impaciente en mi seno. Sonreid o llorad, a mi no me importa nada; solo las llamas, la pureza del fuego… ¡hora de arder!». Un perturbado mental que no hace distinción alguna entre sus presas: ya sean agentes del orden, hampones malencarados u “otro” tipo de víctimas, como el insecticidad Raid: los deja bien muertos, además de chamuscados.
“All you need is… Tom”: Empezar por el final. Así es como ha decidido el autor comenzar la función, de éste el último acto de servicio de Stone. Pero ojo, ávido lector, como en los espectáculos circenses o en los trucos de magia: nada es lo que parece. Y haciendo honor a esta última frase, hay que reconocer que estamos ante la entrega menos negra de la saga, de hecho aunque Tom tiene una notable participación en el caso de La Antorcha, ésta no es relevante ni imprescindible, es decir, el caso igualmente
hubiera seguido su curso sin su participación.
Para aquellos que días despues de haber ecuchado el último acorde de “All you need is love”, sientan cierta nostalgia, Joe ha pensado en todo, y por ello ha puesto a disposición del lector, de forma totalmente gratuita, a través del portal “Revista Fiat Lux”, una serie de relatos sobre los casos de Stone anteriores a estas tres novelas, y a los cuales, podéis acceder pinchando aquí.
Grge_dixit: «Dios me odia tanto como yo a él y así nos va bien a los dos» Thomas Zalacaín Stone, genio y figura. Te echaré de menos, man.
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