Train Valley se lanzó en 2015, y ahora nos llega su versión para consolas. Solo con su nombre ya podemos hacernos a la idea de que gira alrededor de trenes. No obstante, no es el tipo de género al que estamos acostumbrados, ya que no es un Densha de Go! o algún videojuego de conducción.
Entonces, si no conducimos, ¿qué nos toca hacer?
Pues Train Valley trata de gestionar el tráfico y de todo lo relacionado con los trenes. Su popularidad es bastante intensa entre los amantes del género, y las críticas de los usuarios son generalmente buenas. Como añadidos a esta versión para consolas, podemos jugar el contenido adicional de Alemania de forma gratuita.
Entre los capítulos que se incluyen con el juego base podemos encontrar campañas en Europa, América, Japón y la URSS. Para haceros una idea de su jugabilidad os dejamos con el tráiler que se ha publicado para el anuncio de esta nueva versión:
Entre los acontecimientos reales que podemos revivir jugando a Train Valley tenemos la Fiebre del Oro, algunos capítulos de la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Fría o la caída del Muro de Berlín.
Qué es lo que tiene que ofrecernos
Además de los acontecimientos citados anteriormente, dispondremos de una variedad muy surtida de 30 trenes diferentes, según la época a la que correspondan. Podremos manejar antiguas máquinas locomotoras a vapor, hasta llegar a los modernos y rápidos trenes de alta velocidad del presente.
También tendremos a nuestra disposición un número interesante de vagones, concretamente hablamos de una variedad de 18 vagones. Algunos vagones de pasajeros varían con el tiempo, existen vagones cisterna, con fines militares o incluso vagones tolva.
Para continuar con lo que Train Valley tiene que ofrecernos, disponemos de tres modos de juego diferentes. En el modo Historia, cada uno de los escenarios dura alrededor de 10 minutos, mientras que en el modo Aleatorio se duplica este tiempo, además de ser totalmente distinto cada vez que lo probemos. Por último, tenemos a nuestra disposición un modo Sandbox para divertirnos, sin las restricciones del tiempo o el dinero restante a la hora de gestionar nuestras creaciones.
Para salir victoriosos, vigila el dinero
Podríamos decir que la finalidad es gestionar que los trenes salgan y lleguen sin problemas. La verdad es que la finalidad es tener dinero para arreglar cosas, construir y pagar impuestos. Es muy curioso cómo se trata este ámbito, ya que puedes tener retrasos, equivocaciones de paradas o accidentes, y apenas pasa nada, mientras que obtendremos un fin de partida instantáneo si nos quedamos sin dinero.
Es verdad que a más eficiencia, más dinero recaudamos, pero a veces es mejor planificar bien las cosas a tener que estar modificándolas. Cambiar nuestro entorno nos cuesta dinero, por lo que es preferible tardar cuarenta segundos más en sopesar nuestra próxima jugada que lamentarnos al cabo de dos minutos.
Para hacer las partidas más interesantes, Train Valley cuenta con una serie de requisitos que debemos superar. O no, porque la mayoría de las misiones son para los completistas, ya que no son excluyentes a la hora de superar los niveles. Superando uno de los requisitos, podremos avanzar al siguiente escenario sin problemas. Según vayamos avanzando en los niveles, estos requisitos se irán complicando cada vez más, pero la curva de dificultad es bastante buena así que no deberíamos sudar demasiado con ello, a menos que hagamos las cosas a lo loco.
Rumbo a Alemania, «más madera»
Los desafíos que se incluyen en el DLC de Alemania son bastante divertidos, sobre todo por ser tan diferentes del resto. Dirigir un tren varias veces a un emplazamiento diferente al que debería llegar, sabotear alguna de las máquinas para hacerlas explotar, o por ejemplo no pausar el juego durante la partida son algunas de esas nuevas inclusiones.
Como punto fuerte, las amenazas que debemos afrontar en este DLC son muy carismáticas. Una avioneta nos lanzará misiles en pleno vuelo, destruyendo así parte de nuestro entramado de raíles o incluso nuestras propias máquinas. Otro de los inconvenientes viene en forma de tren suicida, que no sabes con certeza si dejará pasar a tus máquinas o las destrozará lanzándose contra ellas.
Sin duda alguna, la inclusión del contenido adicional de Alemania le da mucho juego a la cosa, sobre todo a los más experimentados que busquen nuevos retos.
El apartado artístico está lleno de vida
Puede parecer una pamplina, pero tener en cuenta pequeños detalles hace engrandecer el juego de forma abismal. Damos por supuesto que la diferencia en las campañas es notable, según la zona del mundo en la que nos encontremos. Sin embargo, la diferencia que hay en los trenes es digna de elogiar, ya que no se limitaron a colocar un prototipo estándar y cambiar un poco su estética, sino que cada máquina se diferencia de las demás.
No solo eso, sino que nuestro entorno cobra vida de una manera muy natural. Quizás no prestemos la atención que se necesita al principio, ya que debemos entender el tutorial para no perdernos en cuanto nos lancemos a jugar. Desde el primer momento en el que somos conscientes del esfuerzo que hay detrás de esta obra, valoraremos mejor el duro trabajo para sacar adelante una obra como esta.
Si tuviera que sacarle algún punto negativo, el apartado sonoro se me hace un poco repetitivo después de un rato. Sé que quizás esto sea de quisquilloso, pero estaría bien tener una variedad de música de fondo mayor, aunque sin duda es algo que no empaña para nada la grandeza de su trabajo. Otro punto a tener en cuenta es la división de cuadrículas del terreno, a veces un poco caótica, haciéndonos perder algo de dinero por una mala creación de una pieza.
Conclusión
Train Valley lleva tiempo haciendo las delicias de los jugadores de ordenador. La curva de dificultad está bien medida y su tutorial es justo lo que necesitamos para comprender las mecánicas desde el principio. Si te gustan los puzles deberías darle una oportunidad, y si te van los juegos de gestión, tampoco veo por qué no probarlo. Todos a bordo.