Y qué tiene que contar James Roberts en lo que se podría considerar como el inicio de la segunda temporada de esta serie. Pues la verdad es que mucho, si recordáis, durante Cybetron Oscuro, Megatron asumía que la única manera de redimirse por todos sus pecados pasados era tomar la autoinsignia y unirse al bando de Optimus Prime y los suyos, pero como es lógico los cybertronianos no olvidan las atrocidades del antaño líder decepticon, así que se clama por su ejecución o al menos su juicio. Pero como Roberts es un maestro del engaño y de la narración en dos tiempos, juega con el efectismo que supone que en la época actual, Megatron esté en la Luz Perdida como co-capitán de la nave de nuevo en busca de los Caballetos de Cybertron, junto con algunas nuevas inclusiones a la nave, como la autobot Nautica, o el mítico decepticon Ravage, que se ha colado como polizón de esta nave para la nueva temporada. A Roberts no le importa el hecho de que sepamos desde el principio que Megatron se va a librar de su sentencia a muerte, es más nos hace devorar las páginas de la primera saga de este tomo porque estamos deseosos de saber cómo lo hace.
No todo va a ser felicidad, sabéis que a los chicos de la Luz Perdida les gusta pasarlo mal y nacido de la buena voluntad de First Aid una gran tragedia golpeará a Rodimus y a nosotros que volveremos a llorar la perdida de uno de los primeros tripulantes.
En “Elegante Caos” Roberts hace un trabajo genial aunando cosas que llevamos viendo desde “Transformers Renacimiento”, revistando momentos de hace más de cuatro millones de años y de nuevo jugando al despiste con nosotros, haciéndonos creer que la baja de la saga anterior podría solucionarse, pero tuvo que darse una gran paradoja que casi acaba con el universo para que recuperaramos a un personaje así que de volver aún quedará bastante.
Va siendo hora de hablar del engranaje fundamental de esta obra que no es otro que el genial Alex Milne, como autor completo en casi todos los números, su irrepetible estilo amerimanga que dota de una gran expresividad a personajes que en muchos casos no tienen ni boca como Tailgate, que sabe en todo momento como llevarnos a la carcajada enfatizando las locuras del bueno de Swerve, que hasta tiene a uno de los legisladores de Tyrest como encargado de la puerta de su bar, a las apasionantes escenas de acción, atentos a esa batalla donde Rodimus se gana el reconocimiento del mismísimo Orion Pax,
La ternura entre nuestra parejita feliz, o entre la no declarada que forman Cyclonius y Tailgate, o el desternillante trio de mando que forman el enorme y rigido Ultra Magnus, que debe aguantar las ganas de aplastar al meditabundo Megatron y controlar al hiperactivo de Rodimus, que entre otras genialidades marca de la casa, nos trae de vuelta la “Rodcap”, porque todo capitán tiene que tener una lanzadera cuya forma sea una reproducción gigante de su cabeza, o el sistema de los “rodimus de oro” en los que se premia la buena conducta de la tripulación. También es de reconocer el trabajo de las piezas sustitutas que permiten que se renueve el energon de nuestro artista principal que en este caso han sido los estupendos, José Avilés y Brian Shearee, junto al colorista Josh Burcham.
El desarrollo de decenas de personajes es algo que le encanta realizar a Roberts y por ello otro grupo de personajes cuenta con unos cuantos números en este tomo para su desarrollo, son los crueles villanos de esta historia, la División de Justicia Decepticon con los psicoticos de Tarn y compañía, ante el cambio de Megatron vemos cómo y qué nuevo rumbo toman los caminos de estas máquinas de matar, para mí sin duda el momento de valoración del desempeño de las funciones de Tarn a los suyos es otro de los momentos más tronchantes del tomo. Junto con las referencias a la cultura popular y es que no hay nada mejor que ver a una tripulación de robots cambiaformas gigantes viendo “Regreso al futuro 2”.
No quiero dejar de señalar la estupenda historia del final de este tomo en la que da una nueva vuelta de tuerca a la mitología Transformer y es que Rodimus y compañía van a visitar al “Necrobot”, aquel que recoge la chispa de los transformers caídos, un nuevo espacio para desarrollar a otro de los personajes en este caso Nightbeat que necesita saber cómo volvió tras el Universo muerto, además un enamorado autobot busca respuestas sobre cómo desapareció y cual es el estado de su primer amor, afortunadamente contando con todo el apoyo de su actual pareja. Sobre todo a nivel estético quiero destacar el “homenaje” que hace el Necrobot a las muertes que causan cada uno de los transformers y es que planta una flor delante de cada estatua por cada muerte que hayan causado, atentos a la estatua de Megatron que necesita una splash sólo para abarcar el campo del antiguo dictador.
Y es que el viaje del antihéroe, la búsqueda de la nueva identidad de Megatron es sin duda el engranaje central del motor de este segundo viaje de la Luz Perdida, eso tiene como gran punto fuerte contar con un añorado y carismático personaje como es Megatron pero que eclipsa totalmente a Rodimus y a Magnus, pero yo personalmente estaba deseando saber qué enfoque iba a darle Roberts a uno de los dos pilares de la franquicia en este cambio de rumbo que es todo el universo que él y John Barber han creado.
Hoy por hoy tras este segundo vuelo sólo queda confirmado lo que llevo diciendo desde hace años y es que las actuales colecciones de Transformers son de los mejores cómics de ciencia-ficción que uno puede leer hoy en día. Gracias de nuevo a Planeta por su apuesta en estas series y además elogiar el nuevo formato que nos permite aunque de una forma algo más incomoda pero disfrutar de muchas aventuras de nuestros cambiaformas favoritos y es que el próximo tomo llegaremos ya a los números cincuenta USA de ambas colecciones.
¿Qué nuevas aventuras le deparan al Luz Perdida ahora que cuenta con un co-capitán que sabe que de llegar a encontrar a los Caballeros de Cybertron sólo le espera la muerte? ¿Qué nuevas sorpresas será capaz de tejer Roberts? ¿Qué nuevas maravillas visuales encajara Milne? Todo esto y mucho más en el próximo tomo de los chicos de la Luz Perdida, sin duda nuestros ojos aún no no pueden creer que Megatron sea un autobot así que habrá que leer el siguiente tomo para comprobar que siga siendo así.