Las reacciones a la publicación de "Tres veces tú" (Planeta) fueron de diversa índole. Por una parte, aquellas personas que esperaron con ansa e ilusión saber que había sido de la vida de nuestros protagonistas y, por otra parte, la incredulidad y sorpresa de aquellos que creían el círculo de la historia cerrado. Moccia decidió contentar a aquella parte de los lectores que le pedían a gritos más historias sobre este. Y a esta que escribe, le decepcionó.
En esta tercera parte de la ahora trilogía, han pasado seis años desde los acontecimientos que tuvieron lugar en las vida de Step y Gin en "Tengo ganas de ti". Siguen juntos como pareja y están a punto de consolidar su relación más allá de una pareja. Step es el fundador de una nueva productora que está teniendo mucho éxito y Gin está a punto de entrar a trabajar en un bufete de abogados.
Pero aunque en apariencia, las cosas van bien, Step sigue perdido en recuerdos del pasado: su amigo Pollo, a quien echa muchísimo de menos, la filosofía y su forma de ver las cosas cuando era más joven así como por Babi, su gran amor adolescente y que le dejo una gran impronta. El pasado dejará de ser solo un recuerdo nostálgico cuando la vida tan encauzada que tiene se vuelve a ver interrumpida por Babi que entra en escena en el momento oportuno. Poco a poco, gracias al desarrollo de los personajes a lo largo del libro, irán apareciendo el resto de personajes que conformaron los libros anteriores: Daniela, Pallina así como la cuadrilla de Step, entre otros.
Como es de esperar, todos los personajes han sufrido una evolución en los seis años que han transcurrido desde el último libro. El cambio más destacado lo ha sufrido Step quien es quien, al fin y al cabo, narra la historia y alcanza todo el protagonista. Si se comparan las historias y trayectorias de unos y otros personajes, se ve que el desarrollo de los personajes es el esperado, excepto en el caso de nuestro protagonista masculino, que parece haberse convertido en aquello que más temía: un capullo sin vida.
Así, esas vidas tan puestas contra la pared que hemos visto en las historias de Moccia acaban encerrando a Step en un trabajo de oficina en el que su única preocupación son las mujeres: Babi y Gin. Decepción al ver el poco protagonismo que obtiene Gin en esta historia. Esa chica llena de energía y vitalidad que le daba mil vueltas a Step queda relegada al papel de novia y esposa solícita que nunca había pensado que podría encajar en ella.
Babi hace un último intento de conquistar a Step, a quien sigue amando después de seis años de silencio. Como no podía ser de otra forma y casando con el carácter de Babi, a quien parece importarle bien poco interrumpir en la vida de una pareja y destrozar todo para conseguir su amor. Que, entiéndase, la idea de hacerlo todo por la persona que amas es una excelente causa, pero me parece increíble que ninguno de los personajes, Step o Babi, se preocupen por el daño que pueden causar. Sobre todo, reitero, increíble que la vida tan criticada por Step le haya atrapado, llegando a tener una doble vida.
Si algo merece la pena destacar de esta novela son las tramas secundarias de Daniela y Babi, que han sido poco destacadas, pero de lo más interesante. Como el yugo de su madre ha ido moldeándolas o no, es sin duda uno de los aspectos más interesantes de la historia. Pallina sigue siendo un personaje cuyo carácter no cambia por el tiempo y esa última escena de reconciliación metida con calzador no le pega ni a ella.
Se nota que el autor ha intentado dejar todos los cabos sueltos bien a todos y contentar al lector, pero lo que ha conseguido es una historia de amor, en la que sí, el amor vence gracias a la idea de pisar a amigos y personas queridas por el camino. Sin duda, un amor que triunfa gracias al fracaso y la tristeza de otros es la enseñanza que le ha quedado de esta historia a la persona que firma esta reseña.
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