Acostumbrados a recibir de las islas británicas sólidos thrillers, esta vez nos llega otro con la misma contundencia, pero desde un punto de vista bastante inusual. ‘Trigger point’, subtitulado en España sin demasiado motivo como “fuera de control”, es la historia de un grupo técnico policial experto en desactivar explosivos, el equivalente a nuestro patrio Tedax, que se enfrenta a un desconocido, violentísimo, armadísimo y despiadado enemigo invisible que está llenando de artefactos toda la ciudad de Londres.
Su modus operandi cambia, su enemigo parece no ser claro y, aunque inicialmente parece ser de naturaleza islamista, el transcurso de sus acciones parece ir sembrando todo de dudas.
‘Trigger point’ es una serie entretenidamente excesiva que, sin ambiciones de calidad, consigue mantenernos pegados al sofá en las cálidas noches de verano
A la cabeza de este grupo se encuentra una exmilitar con problemas de carácter y algo inestable, Lana Washington (Vicky McClure) que, casi desde el comienzo, empieza a pensar que tras todo esto hay algo más cercano a ellos que un grupo islamista. Incapaz de demostrarlo, indaga por su cuenta mientras la investigación policial ordinaria sigue su curso.
En esta serie hay constantes elementos y momentos de tensión: la desactivación de los explosivos, la investigación del caso y sus distintos giros, o el desarrollo de la investigación de Lana mientras vive su vida cotidiana, son los tres ejes sobre los que avanza la trama. La perspectiva de la cámara nos va llevando de una a otra para captar nuestra atención y mantenernos pegados a la pantalla y lo consigue… mientras no escarbemos demasiado.
Serie con buenas dosis de adrenalina
A un nivel superficial, la serie es disfrutona, emocionante, con picos de tensión muy bien llevados y de factura más que decente.
Pero cuando nos adentramos un poco más, encontramos varios problemas que nos hacen torcer el gesto. Para empezar, guion y dirección no saben llevar las dos investigaciones (la oficial policial y la de Lana) de forma paralela: una adelanta a la otra, desvelando certezas e, incluso, haciéndonos intuir cosas que reducen un tanto el interés del conjunto.
Cumple, sin sorprender
Tampoco, haciendo como hace la serie para mantener nuestro interés por manejar la verosimilitud de los hechos y los personajes, se esfuerza igual en todo y con todos. Ya el simple hecho de que Lana, claramente desequilibrada, pueda llegar a liderar una unidad como ésta habla mucho, y mal, de la credibilidad de la serie… Eso sí, ya se sabe, ¡show must go on!
De forma que ‘Trigger point’ (Movistar +) es una serie entretenidamente excesiva que, sin ambiciones de calidad, consigue mantenernos pegados al sofá en las cálidas noches de verano dónde nuestro cerebro, lejos de exigirnos profundidades y coherencias, se conforma, simplemente, con unas buenas dosis de adrenalina.
Cumple, sin sorprender, con lo que promete (que no es poco). Nada más y nada menos. Son seis capítulos perfectos para maratonear.
