True Detective

Aunque reseñas como esta tienen su público y su utilidad, la mayor fuente de recomendaciones a las que el televidente medio hace verdadero caso es el boca a oreja. Comentarios de amigos, familiares, gente curtida en el medio… Tras la conclusión de la épica “Breaking Bad”, los ojos de los amantes de las series televisivas se han posado como lobos hambrientos en “True detective”, la nueva sensación –para colmo producida por la memorable HBO-, cuya primera y autoconclusiva temporada acaba de finalizar. Pero aún muchos no han siquiera comenzado a verla, en una especie de actitud preventiva que últimamente se ha propagado como la pólvora, que consiste en esperar a que la temporada finalice y a oír o leer opiniones ajenas, para comprobar que la inversión de tiempo merece la pena.

¿Es así en este caso? La primera temporada de “True detective” cuenta con ocho intensos capítulos, en los que se desgrana y concluye, de forma lenta pero segura, como en las buenas novelas, una truculenta historia, con personajes bien definidos y a menudo atormentados, que intentan por todos los medios lidiar con sus fantasmas personales al tiempo que ponen en orden sus vidas y algunas ajenas. Si estamos hablando de rentabilidad argumental y temporal, sin duda esta serie es una apuesta segura.

«True Detective» no es una serie para estómagos sensibles

La apuesta aúna de forma magistral elementos del género policíaco, la novela negra y el terror elemental, y a ellos recurre en diferentes proporciones durante toda la temporada. Los saltos temporales son continuos, pero siempre con el nexo común de la investigación y las vidas paralelas de sus principales protagonistas. La serie no muestra todas sus cartas de forma inmediata, sino que el espectador asiste a un juego de manos argumental que terminará por atraparle sin remedio. No busca el impacto inmediato, como otras, para luego decaer poco a poco, incapaz de sostener las expectativas. “True detective” se cocina a fuego lento, pero seduce de principio a fin.

En esta crítica contaremos muy poco del argumento, a fin de que nadie se sienta agredido por revelaciones que sin duda aniquilarían el clímax del que vive el éxito de esta serie, pero sí debemos establecer sus bases…

True DetectiveEn el año 1995, los detectives Martin Hart (Woody Harrelson) y Rustin «Rust» Cohle (Matthew McConaughey), de la División de Investigaciones Criminales de la Policía Estatal de Luisiana, son asignados a un peculiar caso de asesinato ritual; una mujer es hallada en una plantación de caña de azúcar, atada a un árbol de pies y manos, con una cornamenta de venado en su cabeza.

Lo que parece ser un simple asesinato devendrá en toda una odisea protagonizada por Martin y Rust, en la que deberán enfrentarse a las tradiciones más arraigadas y oscuras de Luisiana, y los poderes fácticos que sostienen su entramado político y religioso.

Ocho capítulos memorables y duros de asimilar, como el buen whisky, que nos endurecen el ojo y la mente, preparados para disfrutar como nunca de una historia contada con el pulso firme de Nic Pizzolatto -y equipo-, novelista, guionista y productor, precisamente nacido en el escenario de esta serie, Luisiana.

True DetectiveEn ocasiones lisérgica, como las coloridas alucinaciones de Rust, “True detective” viaja en el tiempo pero también a través de todo un universo cultural, propio del entorno rural de la zona, donde las tradiciones cristiana, pagana y animista africana se fusionan, en una mezcla en ocasiones consoladora, pero la mayoría de las veces aterradora y aparentemente transcendente. Las referencias literarias, emparentadas con H.P. Lovecraft, Ambrose Bierce y Robert W. Chambers, entre otros, logran una atmósfera opresiva y decadente, más cercana a la fatalidad recurrente que al puro terror, que embarga a los personajes y condiciona tanto sus vidas personales como su investigación.

Tanto Martin como Rust sobrellevan profundas heridas en su interior, que a menudo les conducen por una vía autodestructiva, en una permanente dislocación de su lugar en el mundo. Deambulan como apátridas, sin ser capaces de adherirse a moral o credo alguno, en un oficio peligroso en el que son testigos diarios de la miseria y la maldad humanas, que contemplan como espectadores, pero que también les proporciona mejor opinión de sí mismos. Hay un mundo ahí afuera peor que el interior que habitan, y eso les proporciona cierto consuelo… hasta que el Rey Amarillo y Carcosa entran en sus vidas…

True DetectiveUna vez el auténtico horror entra en sus almas, el consuelo desaparece, y ambos se ven impulsados a la resolución de un crimen cuyas ramificaciones pueden costarles, como mínimo, la vida. Y quizá perder todo lo que aman antes de eso.

“True detective” es una historia impactante en lo visual, con una fotografía impresionante, mimetizada con los parajes naturales y humanos de una zona de los EEUU que casi podría denominarse como “virgen”, pero que el ser humano ha modelado a golpe de culata, machete, maldad e intolerancia. El propio escenario provoca inquietud en el espectador, que ve confirmada sus sospechas a cada paso que dan los protagonistas.

No es una serie para estómagos sensibles, aunque visualmente no es tan dura como “Hannibal” u otras en las que la víscera es importante argumentalmente hablando. Aquí el horror se insinúa, aunque sí podamos ver escenas impactantes. La pederastia amenudo despierta sensaciones viscerales en la mayoría de nosotros; puedes ser madre, padre, tío, tía, abuelo, abuela… instintivamente amamos a los niños, aunque sea mientras estamos de visita en casa de sus padres; les deseamos el bien, que crezcan sanos, saludables y felices. No que un monstruo con forma de ser humano los secuestre, los torture o los viole. “True detective” juega con nuestra mente sin mostrarnos demasiado, narra desde la náusea que nos provoca la mera insinuación de nuestros miedos más atávicos. En eso es magistral. Y cómo no hablar del tema que abre cada capítulo, “Far from any road”, que entronca perfectamente con el argumento, y que esperaréis con ansia cada semana.

True Detective¿Merece la pena ver esta serie? Mi opinión no debería tener más peso que la de cualquier otra persona, pero sí, la recomiendo encarecidamente. Una temporada autoconclusiva contada como reclamamos los amantes de las buenas historias: sin que nos tomen el pelo, de forma lógica, con un clímax convincente, con personajes dignos de ser recordados (así como el trabajo de los actores que los interpretan), diálogos memorables e hirientes como cuchillos, una banda sonora gigantesca y, sobre todo, con un guionista competente. Todo eso y más es “True detective”. La locura os espera… y está en vosotros.

Si una vez vista la serie, queréis conocer más sobre las referencias literarias que han utilizado como gancho, os recomiendo leer la obra de los tres autores que menciono, y quedaréis satisfechos. Recordad que el televisivo es un formato limitado, incapaz de explotar en profundidad cada referencia, por muy buena factura que tenga una serie…

«El mundo necesita hombres malos. Mantenemos a los otros hombres malos a raya«.

Según parece, la segunda temporada contará con personajes distintos, y la historia también será diferente, pero podemos esperar que la calidad se mantenga… aunque eso sólo podremos comprobarlo una vez que comience. Crucemos los dedos, porque podemos estar ante una serie redonda…

Frases memorables:

«El mundo necesita hombres malos. Mantenemos a los otros hombres malos a raya«.

«Creo que la conciencia humana es un trágico paso en falso en la evolución«.

En la eternidad, donde no existe el tiempo, nada puede crecer, nada puede llegar a ser, ni nada cambia. Por eso la muerte creó el tiempo, para cultivar las cosas que matará«.

Alejandro Serrano
Cofundador de Fantasymundo, director de las secciones de Libros y Ciencia. Lector incansable de ficción y ensayo, escribo con afán divulgador sobre temáticas relacionadas con el entretenimiento y la cultura cercanas a mis intereses.

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