two point museum

Hemos jugado a Two Point Museum, el último lanzamiento de Two Point Studios, desarrolladores conocidos por su exitosa saga Two Point Hospital. En esta ocasión, cambiamos los quirófanos por salas de exposiciones, manteniendo la esencia de la fórmula: gestión divertida, humor absurdo y un estilo visual caricaturesco. Pero, ¿logra capturar la misma magia? Vamos a desgranar un poco sus aspectos clave.

Construyendo nuestro propio museo

Al igual que en Two Point Hospital, el juego se centra en la gestión de un espacio —esta vez, un museo— donde debemos diseñar salas, contratar personal, satisfacer a los visitantes y mantener las finanzas a flote. Sin embargo, Two Point Museum añade un giro: en lugar de curar enfermedades estrafalarias, el objetivo no es otro que el de exhibir artefactos absurdos y atraer a la multitud con exposiciones cada vez más extravagantes.

El sistema de gestión es muy sencillo, pero eso no lo priva de tener una buena profundidad como para no aburrirnos al cabo de un rato:

  • Diseño de salas: Desde galerías de arte clásico hasta exhibiciones de alienígenas o dinosaurios bailarines.
  • Gestión de personal: Curadores, limpiadores, guardias de seguridad y hasta «animadores» para entretener a las masas.
  • Investigación y expansión: Desbloqueo de nuevas áreas y objetos mediante la inversión en tecnología.
  • Eventos especiales: Exposiciones temporales que generan ingresos extra pero requieren ajustes rápidos.

El juego evita ser abrumador para jugadores casuales, pero aquellos que busquen un desafío más profundo pueden encontrarlo algo limitado en comparación con títulos como Planet Zoo o RollerCoaster Tycoon.

Una narrativa cargada de humor y situaciones absurdas

El humor es uno de los pilares de Two Point Museum. Los nombres de las exhibiciones y los artefactos son deliberadamente ridículos: desde «La Mona Lisa con bigote» hasta «El esqueleto de un yeti en bikini». Los diálogos del personal y los visitantes están llenos de chistes absurdos y referencias culturales, aunque algunas bromas pueden resultar repetitivas.

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A diferencia de juegos más narrativos, aquí la historia es casi inexistente. El objetivo es simplemente expandir el museo y desbloquear nuevas locuras, lo que puede decepcionar a quienes busquen una trama más elaborada.

El juego nos ofrece una campaña principal con diferentes museos temáticos (arte, historia natural, ciencia ficción, etc.), cada uno con sus propios desafíos. Una vez completados, podremos seguir expandiendo los museos o probar modos de desafío con condiciones especiales.

Sin embargo, la rejugabilidad depende en gran medida de cuánto disfrutemos del bucle de gestión, pues el juego no ofrece nada más. No hay un modo sandbox puro, y aunque la creatividad en el diseño de salas es divertida, la falta de objetivos a largo plazo puede hacer que pierda fuelle tras unas 15 o 20 horitas de juego.

Gráficos coloridos y caricaturescos

El apartado artístico sigue la línea de Two Point Hospital: un diseño cartoon con personajes exagerados y escenarios llenos de detalles humorísticos. Los visitantes reaccionan de manera cómica ante las exposiciones (desde bostezos hasta éxtasis ante un cuadro de «El Grito» versionado con salchichas).

El estilo visual es sencillo y bonito pese a que no innova con respecto a entregas anteriores. Los museos pueden personalizarse con diferentes estilos arquitectónicos, eso sí, la paleta de colores y los diseños tienden a ser repetitivos después de varias horas.

¿Os recomendamos Two Point Museum?

Si disfrutaste de Two Point Hospital o eres fan de los juegos de gestión caricaturesco (cuanto echamos de menos Pizza Syndicate…), Two Point Museum es una apuesta segura. Ofrece la misma fórmula que funcionó antes, pero con un cambio de escenario que, aunque no revoluciona el género, mantiene la diversión intacta. Es un juego perfecto para relajarse, reírse con sus ocurrencias y perder horas diseñando exposiciones cada vez más ridículas.

Two Point Museum no reinventa la rueda, pero la decora con tanto estilo que da igual. Es divertido, fresco y perfecto para una experiencia ligera. Recomendado para fans del humor y la gestión casual, pero no para aquellos sibaritas que esperan un simulador ultra profundo.

✔️ PROS:

  • La diversión de gestionar tu propio museo.
  • Su apartado visual.
  • Otra alternativa más que aceptable para un género con pocas novedades de lanzamientos.

CONTRAS:

  • Para los más expertos, puede que la dificultad sea un chiste.
  • Poca novedad en cuanto a rejugabilidad se refiere.

🎮 PLATAFORMAS: PS5, Xbox Series y PC.

Antonio Cabilla
Redactor, editor y director de la sección de videojuegos. También garabateo en la sección de cómic/manga.

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