El pasado mes de febrero se publicó “Última ronda” de Tim Powers, uno de los grandes escritores de la fantasía actual. Publicada originalmente en 1992 con el título “Last call” (que hace referencia a la última jugada de las partidas de póker, en la que se muestran las cartas) llegó a España en el 94 de mano de Martínez Roca. Veinticuatro años después Gigamesh recupera esta novela ganadora de los premios World Fantasy y Locus a mejor novela de fantasía en el 1933, en una nueva edición con traducción de Cristina Macía y portada de Enrique Corominas. Sus más de 500 páginas nos trasladan a la caótica Las Vegas de 1989, donde está a punto de empezar una partida de cartas que pondrá en jaque el destino de la ciudad.

Con una trama en la que se reinventa el mito del Rey Pescador, “Última ronda” sigue a Scott Crane, un ex jugador de póker profesional viudo y alcohólico que lleva veinte alejado de las cartas, desde aquella extraña partida en el lago Mead en la que, sin saberlo, apostó (y perdió) algo más que dinero. Ahora es el momento de que el ganador de la partida se cobre su trofeo, iniciando de esta forma la cuenta atrás hasta el día de Pascua, en el que Scott lo perderá todo. Pero no será esto, sino el inminente peligro que corre su hermanastra Diana, lo que haga que el protagonista se reúna con Ozzie, su supersticioso padrastro, y Archimedes Mavranos, amigo y vecino de Scott, para salvarla. De esta forma entran en un juego peligroso que decidirá quién es el próximo Rey Pescador, soberano de Las Vegas, y quién se alza como su reina. Y es que solo puede quedar uno.

Como buen crupier, Tim Powers reparte y explica ya de entrada un buen puñado de personajes y elementos, por lo que la novela tarda un poco en arrancar. Mas en cuanto lo hace la partida acelera su ritmo ciñéndose a unas reglas que ya conocemos, pero sin dejar de sorprender con los giros de un azar que será, junto a la identidad propia, uno de los temas centrales de la obra.

Obra que consta de grandes personajes. Powers le da un toque fresco al manido recurso de los elegidos transformando a sus dos protagonistas, Scott y Diana, en personas comunes y corrientes, que entran en el juego solo después de que los otros actores amenacen su vida imperfecta. Supervivientes que deben luchar contra el destino, el azar y el caos para encontrarse a sí mismos y recuperar su futuro.

No obstante, en esta partida hay más de dos jugadores. Representados cada uno por su propia carta o figura simbólica, los personajes de la novela están muy bien desarrollados. Es curioso como cada uno de ellos tiene una fijación extraña que los identifica y marca su personalidad y sus objetivos. Mismos que los llevarán a cruzar caminos con los protagonistas en una maraña de subtramas azarosas pero muy bien resueltas.

Aquellos que conozcáis la obra de Tim Powers sabréis de su habilidad para fundir la mitología y la realidad de nuestro mundo con su propio imaginario para construir un universo muy sólido y rico en matices. El sistema mágico de “Última ronda” está basado en el azar y en las cartas del tarot, representadas en la baraja de póker. Powers introduce también conceptos matemáticos y físicos complejos que explica de forma clara y sencilla y que contribuyen a dar cuerpo a este Las Vegas oculto. Toda la historia está impregnada de simbolismo, y salpicada de fragmentos de “La tierra baldía” de T.S. Eliot.

Así, en “Última ronda” nos encontramos ante una obra de fantasía que rezuma calidad y buen hacer. De tono oscuro, crudo y realista, su narrativa es ágil y rítmica. Y su estilo, aunque no especialmente denso, exige la atención del lector.

Con una trama central y múltiples subtramas interesantes y bien llevadas, su universo excelsamente construido y unos personajes tan particulares, “Última ronda” se alza como una jugada maestra por parte de Powers, imprescindible para los amantes de la buena fantasía en general y del realismo mágico propio del autor en particular.

Solo queda mencionar que esta novela forma parte de una trilogía compuesta por “Expiration Date” y “Earthquake Weather” (no tienen relación directa con su primera parte), que aún permanecen inéditas en castellano, junto a otras cuantas obras de Powers que esperemos tener por aquí en los próximos años.

Cris Carou
Profundamente enamorada de las historias y de cualquier formato que sirva para contarlas (especialmente el papel). Cuando no estoy creando mis propios mundos de fantasía, analizo y reseño los de los demás. Admito dragón como animal de compañía.

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