¿Hay algo más adictivo que un amor prohibido? Quizás el azúcar, pero Allison Saft hace un despliegue hábil de una pluma dulce y afilada para Un encantamiento frágil. La novela, publicada por Puck, cuenta con la traducción de Javi G. de Hita y el arte de Kelly Chong, Kerri Resnick y Nai Martínez.
Con el peso de la muerte cada vez más cerca, Niamh tiene dos anhelos: ser recordada y marcharse con la consciencia tranquila. ¿Cómo va a morirse dejando desamparadas y sin sustento a su madre y a su abuela?
Gracias a su don de tejedora de emociones, Niamh ha conseguido cierta fama como modista en su amada, pero desolada Machland. En busca de nuevas oportunidades, Niamh recibe un encargo inaudito: ¡ser la costurera del príncipe Christopher antes de su boda! Haciendo oídos sordos a la mala situación política y social entre Machland y Avaland, Niamh coge un barco y se dirige a su nuevo destino sin predecir lo cerca que puede estar de hundirse.
Será porque estamos en Nochebuena y he estado con la cabeza entre novelas y libros de cocina, pero la imagen que me evoca Un encantamiento frágil es la de un mousse de lavanda con interior de chocolate blanco y maracuyá. Una mezcla que combina lo dulce con lo amargo en una envoltura suave. Saft utiliza todos los elementos a su alcance para sumergirse en la fantasía de los pequeños detalles, el romance de la nostalgia y el drama de una lucha imposible.
Y no es difícil caer de lleno en la novela. Saft crea una historia cuyos meros comienzos ya te hacen apurar el paso para pillarle el ritmo. La historia ya empezado sin ti, el barco ya está lejos del puerto y tú tienes que ponerte las pilas para pillar al vuelo lo que está ocurriendo. En tu defensa, Niamh está casi tan perdida como tú, así que la desorientación es bastante normal.
De forma rápida, nos enteramos del currículo de Niamh, los motivos que la han llevado a dejar su casa y la delicada situación socio-política que existe entre Machland y Avaland. Después de que el rey les dejara prácticamente a las puertas de la muerte, los machlandeses se han visto obligados a emigrar a gran escala a Avaland y subsistir a partir de contratos inestables y mal pagados. Por no hablar del peso que los estereotipos y la xenofobia tiene en la población.
El punto más interesante de la novela se encuentra en los entresijos de la magia. No hay grandes hechizos ni versos enrevesados. Es una cuestión de genética y voluntad. Entre los capaces de utilizar la magia, los dones varían: Niamh vuelca emociones y recuerdos en sus diseños, los Carmine controlan la naturaleza y los Castilia los rayos, entre muchas otras.
La más intrigante de todas es la de Niamh. No procede de un estallido de magia elemental, es sutil y emocional. Literalmente, entreteje la magia. Aunque el paralelismo entre las agujas de Niamh y las espinas de Christopher me parece una gran idea para vincular a ambos personajes de forma sutil.
No obstante, no todo van a ser rosas dignas de enamorar a Shakespeare y bordados magistrales. Hay una serie de nudos que complican el ritmo de la historia. Pasa de ser rápido y ágil a quedar atrapado en el barro. ¿Se trata de la delicada situación social, económica y política que tiene a todo el mundo caminando de puntillas? No.
La historia no para de dar vueltas acerca de los problemas familiares de él, los problemas de autoestima de ella, los intentos de auto sabotaje de ambos… Cuestiones interesantes hasta que entran en un bucle casi infinito. Los pensamientos intrusivos y negativos se aglutinan y la novela no tiene espacio para respirar.
Un encantamiento frágil es una novela intrigante en su fantasía, dulce en su romance y agridulce en su nostalgia por aquello que creemos perdido. Una buena opción para quien esté buscando algo con un toque mágico.