Científicos del Sloan Kettering Institute han descubierto que la habilidad de los cánceres de metastatizarse a otros órganos depende de su facilidad para cooptar las vías naturales de la curación de heridas. En sentido literal, la metástasis del cáncer es una curación de heridas mal dirigida. Estos hallazgos proporcionan un nuevo marco de la metástasis y cómo tratarla.
La metástasis es la responsable del 90% de muertes por cáncer, aunque no se sabe demasiado sobre cómo el cáncer puede llegar a formarla. Estudios previos del laboratorio de Joan Massagué en el SKI han demostrado que una molécula llamada L1CAM es necesaria para que las células de numerosos tipos de cáncer logren metastatizarse a otros órganos. Los tejidos sanos normales no suelen fabricar L1CAM, pero los cánceres en estado avanzado lo hacen a menudo. Qué desencadena la expresión de esta proteína ha sido un misterio hasta ahora.
Al observar tejidos tumorales humanos bajo un microscopio, los investigadores apreciaron que la división de las células con L1CAM fue más común en áreas donde se rompió una capa epitelial, es decir, había una herida. Usando un modelo de colitis en ratones, los investigadores confirmaron que se requiere L1CAM para la reparación normal de una herida. Así que trataron de saber exactamente qué hace que una herida desencadene la producción de L1CAM por parte de las células. Para averiguarlo, recurrieron a una tecnología desarrollada recientemente llamada organoides tisulares. Usando estos organoides, los investigadores pudieron demostrar que simplemente separar las células de sus vecinas era suficiente para desencadenar la producción de L1CAM.
Las heridas son básicamente una brecha en la integridad de una capa epitelial, o nuestra piel. Las células que normalmente están unidas para formar una barrera protectora son separadas de repente. De forma similar, en la metástasis del cáncer las células son separadas de sus vecinas y adoptan un comportamiento migratorio para alcanzar nuevas localizaciones en el cuerpo. Los investigadores sospechan que el programa de reparación de heridas equipa a ambos tipos de células para sobrevivir a este estado sin ancla. En el primer caso, permite que las células se muevan hacia la brecha y produzcan nuevos tejidos; en el segundo, permite que las células metastásicas se separen y colonicen nuevos destinos.
Los investigadores anteriores habían relacionado el crecimiento del cáncer con la cicatrización de heridas, así que los científicos del Sloan Kettering Institute capitaneados por Massagué -y con la doctora en medicina Karuna Ganesh como parte importante del estudio- preguntaron si las células que producen L1CAM son necesarias para iniciar el crecimiento de un tumor primario. Usando un modelo de ratón, descubrieron de manera algo sorprendente, que no lo eran: los tumores se formaron adecuadamente sin esta proteína. Sin embargo, estas células productoras de L1CAM eran necesarias para que los tumores hicieran metástasis. Esto llevó a los investigadores a concluir que las células madre que forman tumores primarios son diferentes de las que forman metástasis.
Este importante estudio concluye que las células iniciadoras de metástasis cooptan las capacidades naturales de curación de heridas del cuerpo para propagarse. Además, estos hallazgos muestran que las células madre que generan tumores primarios son fundamentalmente diferentes de las que generan metástasis del cáncer, lo que sugiere que L1CAM es un objetivo terapéutico prometedor para el tratamiento del cáncer metastásico.
“Ahora entendemos la metástasis como la regeneración del tejido equivocado -el tumor- en el lugar equivocado, los órganos vitales distantes«, concluye Joan Massagué. “Esto no es solo una metáfora. Es literalmente cierto en términos moleculares y fisiológicos«.
Fuente: Nature.