Hace pocas semanas llegaba a librerías “Un extraño a la orilla del mar”, un manga yaoi de la autora Kanna Kii. Nacido como one shot, su fama llevó a la autora a convertirlo no solo en un tomo único, sino a crear una secuela, “Un extraño en primavera”, que cuenta a su vez con dos volúmenes y que la editorial Milky way distribuirá en España este mes de julio.
“Umibe no etranger”, título en japonés, cuenta la historia de amor entre el aspirante a escritor Shun Hashimoto y Mio Chibana, un estudiante de secundaria. Tras la muerte de su madre, Mio se pasa las tardes mirando el mar sentado en un banco cerca de la casa de Shun. Allí se ven por primera vez y entablan una amistad, tímida al principio, que se va convirtiendo lentamente en algo más. Hasta que Mio decide marcharse de la isla donde viven para continuar sus estudios, pidiéndole a Shun que lo espere.
Tras tres años sin saber nada de él, Mio reaparece y le confiesa su amor a Shun. Pero este no parece estar muy seguro de sus sentimientos…
En “Un extraño a la orilla del mar” nos encontramos con una historia que tira más hacia el slice of life que hacia el yaoi. Donde la convivencia en el día a día entre los dos protagonistas, el cómo se van conociendo y sus dudas respecto a sus sentimientos son tanto o más importantes que el romance en sí. Un romance, por otra parte, que se aparta del cliché yaoi: en este manga no hay ukes ni semes, y la autora no intenta imponernos que el amor entre Shun y Mio es cosa del destino y triunfará sobre todos los obstáculos. Todo lo contrario: la inocente insistencia del uno frente a las dudas del otro serán trabas que, aún al final del tomo, no se disuelven del todo.
Pero el tomo no abusa para nada del drama. De hecho, es un manga bastante amable. El entorno alrededor de los protagonistas es tranquilo y no influye demasiado en la pareja, cuyas preocupaciones mundanas no van más allá de “tengo que terminar un manuscrito y no estoy inspirado”.
Se trata, al final, de una historia sencilla, amena, y tierna. Con dos protagonistas que se hacen querer, aunque Kanna Kii no profundice en exceso en su psique. En ocasiones la trama flojea un poco, pues se nota que la historia estaba pensada como one shot, pero no es algo que repercuta demasiado en la calidad final.
Dos de los detalles que más me han gustado son por un lado la absoluta normalidad con la que se muestra una pareja lésbica (creedme, los “es imposible porque los dos somos hombres” abundan en los yaoi), y por el otro que la relación de Shun y Mio no se fundamente en el sexo, ni se presenta este como el culmen de la misma. Las escenas sexuales son muy naturales, se cuentan con los dedos de una mano y dejan a un lado lo obsceno frente a lo tierno. Una ternura y naturalidad que se agradecen pero que mucho, pues el tratamiento del sexo en los yaoi es uno de los temas más espinosos del género.
En cuanto al apartado artístico, “Un extraño a la orilla del mar” es muy preciosista. Con un estilo bastante aniñado (sus personajes adultos parecen adolescentes) y expresivo, el mundo de Kanna Kii está lleno de pequeños detalles que atrapan la mirada. Los fondos están muy cuidados, sin blancos exagerados, y transmiten a la perfección ese aire rústico y oceánico que invade el manga entero. Junto al buen hacer de Milky Way, el tomo se transforma en un placer para la vista.
En definitiva, una buena apuesta por parte de la editorial, que continúa con su objetivo de acercar el buen yaoi al mundo occidental, un género que no es aceptado por todos los aficionados al manga. Junto a “La respiración de Copérnico”, “Puedo oír el sol” y “En un rincón del cielo nocturno”, Milky Way suma a su catálogo BL los títulos “Un extraño a la orilla del mar” y su secuela, “Un extraño en primavera”, cuyo primer volumen saldrá este mes de julio.
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