De nuevo esta miniserie viene coescrita por Amanda Conner y Jimmy Palmiotti. Justin Gray no es precisamente un extraño a la hora de trabajar con este dúo y, a resultas de ello, este tomo parece una extensión natural y bien llevada de la serie principal, pero con un rasgo distintivo: hay poco conflicto emocional, a diferencia de la línea argumental base de la serie.
En este spin-off, Harley no se preocupa sobre la montaña de compromisos y responsabilidades propias de su mundo, sino que tanto ella como Kara simplemente rebotan de una situación pintoresca a otra. A lo largo de ese camino, los creadores de la historia encuentran un montón de exóticas referencias para incluir en la trama: desde el funky más descarado de los años setenta del siglo pasado hasta Star Wars. ¡Todo es bueno para incluir en la parodia! Es un tomo repleto de humor dirigido hacia las protagonistas, así como al tipo de gente que juzgaría a alguien como Power Girl exclusivamente en base a su peculiar atuendo.
Más adelante, dentro de esta absurda trama de “Exploitation galáctico”, entran en juego unos curiosos diseños de soldados estelares enviados por el villano de turno, Ereth Odeox, que parecen una especie de cruce entre Johnnie 5 y los bichos de Starship Troopers, y vemos aparecer el inicio de una delirante historia de amor. ¡Con la mala leche que llega a gastarse Kara! Pero lo reseñable en este punto de la evolución de la historia es el aporte que dan a la historia el recién llegado a esta serie Elliot Fernández, que hace un buen equipo con el veterano Alex Sinclair. La vista del trabajo de Fernández es muy agradable: línea limpia, buena composición y concordancia en lo relativo a las ya planteadas expresiones faciales. Por cierto, ese diseño de traje a lo “Leia esclava” de Vartox que pretende –de forma deliberada y escandalosamente fallida, por cierto- ser un homenaje a la testosterona es fabulosamente enfermizo. Y no nos dejemos el desempeño de la “payasa extrañamente atractiva” en la galería de arte. ¡Brutal!
No obstante hay un punto que no ha sido mucho de mi agrado, que es la aparición de un equipo de superhéroes de apoyo formado por los seis ex-amantes de Vartox. No me parece que aporten algo sustancioso a la historia, aunque aportan un punto extra de enredo a la mezcla.
Obviamente, dará todo lo que tiene dentro por destruir a sus potenciales rescatadoras. Por cierto: ¿A alguien se le ha ocurrido que algo tan sencillo y cotidiano como buscar los aseos podría convertirse en una experiencia lisérgica? ¡Todo es posible en el disparatado universo de Harley Quinn!
Y toda esta trama sólo podía desembocar en una boda. Una boda que la pobre Kara sufre en silencio cual ataque de hemorroides en pos de lograr dar con el dichoso anillo de teleportación para volver a casa. El final de esta serie plantea sólo dos hilos argumentales para cerrar: la determinación de Vartox para casarse con Power Girl y el regreso del peculiar “dúo sacapuntas” a su tiempo y lugar. Un completo elenco de artistas contribuyen a este desenlace, incluyendo a Moritat y Flaviano a los ya mencionados anteriormente. La fusión del estilo de los nuevos es casi impecable, y no se nota apenas salvo en algunas escenas iniciales en las que da la impresión de que los protagonistas tienen cara de muñeca de porcelana. Mola el horrendo traje morado que Vartox lleva para el día de su boda, y los momentos de meta-historia protagonizados por Harley son brillantes (sí, amigos míos, llega a fantasear con el novio el mismo día de su boda). Además, están llenos de frescura y detalle. Lo leerás y releerás sólo para intentar localizarlos todos.
Un producto entretenido, un viaje memorable. No esperes una trama profunda, pero sí un planteamiento muy divertido y blanquito con algunos puntillos gamberros. ¿Y el final? Un final esperado e inspirado por el puro y mero amor. ¡Y no os perdáis las metáforas floridas de Harley!
Diversión disparatada sin más. Y un ejercicio de narrativa notable, visto cómo han mantenido la dinámica de esta fórmula a lo largo de seis números. 152 páginas en tapa blanda con dos artículos de Enrique Ríos sobre Joe Kubert y el Batman del futuro además de todas las portadas generadas, tanto las oficiales como las alternativas.
¿Te gusta la ciencia-ficción y la capacidad de reírte de tu propia afición? ¡Este es tu cómic!