Obscura sigue llenando su catálogo de sugerentes novelas, a un ritmo vertiginoso.
«Una bruja con tentáculos» de Daniel P. Espinosa, crea un oscuro mundo lleno de elementos góticos urbanos, magia, caos y control, en un Madrid a oscuras que guarda múltiples secretos.
Encended una vela, la vais a necesitar…
El argumento
La joven bruja Nitocret vive en un mundo postapocalíptico que le va como anillo al dedo. En este gótico y obscuro universo, herencia de una catástrofe a la que sus habitantes se refieren como «la Gran Caída», la distancia emocional es la norma de convivencia por la que se rige la sociedad. Las redes sociales al uso han desaparecido, y la vida avanza a través de un servicio de mensajería no instantáneo llamado desync.
Nitocret tiene algo único: alberga un misterioso poder interno que aprovecha para trabajar haciendo hechizos por encargo. Un día, cuando su alocada amiga Allegra se esfuma sin dejar rastro, decide investigar su desaparición, lo que la llevará a descubrir una verdad más obscura, si cabe, que el propio mundo en que se ha criado; y es que la relación entre Nitocret y Allegra esconde muchos secretos que guardan relación con la Gran Caída.
«Una bruja con tentáculos» tiene un argumento que se va desarrollando según vamos conociendo capas de ese mundo.
Nuestra protagonista, Nitocret, es una joven bruja gótica que alquila sus servicios en desyncNet, una forma de comunicación que…
… si, voy a tener que poner el freno.
«Una bruja con tentáculos», quizás debido a la vocación rolera de su autor, introduce una enorme cantidad de elementos para crear la ambientación.
Worldbuilding, vamos.
Lo hace de manera contenida, poco a poco, mientras la propia Nitocret nos narra su historia. Si, esa historia en la que ella es la mala y que ya nos deja claro desde las primeras páginas.
Mundos oscuros, fantasías urbanas
El mundo de «Una bruja con tentáculos» es oscuro. Un gran cataclismo eliminó a gran parte de la población, dejó un gobierno en la sombra que mantiene a sus ciudadanos y la gente vive de noche (en su mayoría), al amparo de unas extrañas estrellas y calles vacías.
Un rígido orden social se ha impuesto, basado en el glamour y la pertenencia a alguna tribu urbana: Góticos, Ricachos, Heavies, Frikis, etc., cada uno con sus normas, horarios y clubes.
Para ordenar aún más tanta norma social, el autor le da una vuelta a las redes sociales e Internet. DesyncNet es, como casi indica el nombre, una red offline. Imaginaos que los mensajes de WhatsApp no llegasen al momento, si no que obligatoriamente tuviésemos que programar el envío del mensaje. Y a un mes vista, para cumplir las normas de buen comportamiento.
Un mundo hiperdesconectado.
Y todavía hay un tercer ingrediente importante: la magia y demás elementos o(b)scuros. En este mundo la magia existe, aunque haya gente con reticencias. Nitocret alquila sus habilidades mágicas, utilizando para ello conjuros y velas.
El velo es fino y resulta sencillo comunicar con el otro lado, si tienes esa maña.
Pero, ojo, siempre hay extraños seres esperando su turno, entidades ancestrales, primigenias…
«Una bruja con tentáculos» esconde, bajo su apariencia juvenil/adulta, un acercamiento muy interesante a un Madrid oscuro, nocturno, peligroso y dominado por extrañas fuerzas.
Una lectura más que recomendada si os gustan los asuntos brujeriles, los juegos de rol, las narraciones góticas modernas y que os sorprendan con un mundo muy bien construido, con toques de una finísima fantasía oscura con algún que otro asunto tentacular.
Un mundo tan rico necesita de un estilo capaz de saber qué información aportar sin perder potencia narrativa. Daniel P. Espinosa sale victorioso de esa lucha, con la excepción de algunos altibajos en su parte central. La voz principal elegida es la de la propia protagonista y eso aporta frescura, dirección y una manera muy cercana de desentrañar los misterios del Madrid oscuro.
No soy muy de etiquetas pero, para resumir (perdón si me equivoco), la novela se mueve en ambientes góticos modernos. Ese dato influye en la manera de narrar, anclando esa desesperanza vital de Nitocret a sentimientos, a una desesperanza vital y un elogio a la oscuridad y nocturnidad.
Ahí es donde Espinosa se luce, dando rienda suelta a todo un catálogo de formas de sentir y de percibir la realidad, muy bien detalladas.
Y la novela cuenta con una excelente selección musical, de Siouxsie a The Cure. Punto enorme a favor.
Eso no quita que tenga algunos puntos menos favorables. Después de un arranque estupendo, hay algunas partes centrales demasiado repetitivas, donde la acción deja paso a un terreno sentimental que, si bien añade profundidad y complejidad a la trama, resulta algo pesada.
No es ningún escollo insalvable, y después llega el excelente tramo final, pero sí que puede dispersar demasiado a algún tipo de lector pese a que encaja a la perfección con el sentir general de la novela.
En definitiva
«Una bruja con tentáculos» esconde, bajo su apariencia juvenil/adulta, un acercamiento muy interesante a un Madrid oscuro, nocturno, peligroso y dominado por extrañas fuerzas. Casi como un manual de un juego de rol, la novela va enseñando capas según avanza la trama: diferentes clases, sistemas sociales, la red offline, tipos de magia y alguna que otra deidad.
Nitocret, nuestra protagonista, bruja y gótica, es uno de los grandes aciertos de la novela, junto con su manera directa y personal de narrar la historia.
Una historia sensible, sentida pero sin perder el punto de vista oscuro, en el fino hilo entre la narración profunda y un estilo desenfadado.
Ah, y con un tramo final magnífico.
«Una bruja con tentáculos» es una lectura más que recomendada si os gustan los asuntos brujeriles, los juegos de rol, las narraciones góticas modernas y que os sorprendan con un mundo muy bien construido, con toques de una finísima fantasía oscura con algún que otro asunto tentacular.
Y si os gustan los callejones de Madrid llenos de gatos que os siguen a vuestro garito favorito.
