Una sonda espacial china comenzó el miércoles pasado a perforar la superficie de la Luna horas después de su aterrizaje, en un ambicioso intento de traer de regreso las primeras muestras lunares en cuatro décadas. Beijing ha invertido miles de millones en su programa espacial dirigido por militares, con la esperanza de tener una estación espacial tripulada para el 2022 y eventualmente enviar humanos a la Luna.
La nave espacial Chang’e-5, llamada así por la mítica diosa china de la luna, aterrizó en el lado cercano de la Luna el martes y ahora está recolectando muestras de la superficie, según informa la Administración Nacional del Espacio de China. El objetivo de Chang’e-5 es recolectar rocas lunares y suelo para ayudar a los científicos a aprender más sobre los orígenes, la formación y la actividad volcánica de la Luna.
Si el viaje de regreso tiene éxito, China será el tercer país en haber recuperado muestras de la Luna, después de Estados Unidos y la Unión Soviética, que lo hicieron en las décadas de 1960 y 1970. Este es el primer intento de este tipo desde la misión Luna 24 de la Unión Soviética en 1976.
Los medios estatales chinos describieron el miércoles la misión como «una de las misiones espaciales más complicadas y desafiantes de China hasta ahora«. La sonda había terminado de perforar en busca de muestras el miércoles por la mañana y ahora está «recolectando muestras de superficie según lo planeado«, comentan desde la CNSA.
La nave espacial fue lanzada desde la provincia de Hainan, en el sur de China, la semana pasada y entró en órbita lunar el sábado después de un viaje de 112 horas. La emisora estatal CCTV mostró filas de científicos en el control de la misión, con chaquetas azules adornadas con banderas chinas, monitoreando la sonda y luego aplaudiendo después de que aterrizara con éxito. Una gran pantalla en la parte delantera de la habitación mostraba imágenes enviadas por la sonda de la superficie lunar gris. Otro video de los medios estatales publicado más tarde mostró que la sonda perforaba la superficie de la luna.
La nave planea recolectar dos kilogramos de material en un área previamente inexplorada conocida como Oceanus Procellarum, u «Océano de tormentas», una vasta llanura de lava, según la revista científica Nature. La sonda fue diseñada tanto para obtener muestras de la superficie de la Luna, como para perforar un agujero de dos metros de profundidad y recoger muestras de allí, para asegurar una colección diversa.
Los medios estatales dijeron que la nave se estaba preparando para «alrededor de 48 horas» de tareas en la superficie lunar. Las muestras luego serán devueltas a la Tierra en una cápsula programada para aterrizar en la región de Mongolia Interior del norte de China en diciembre, según la agencia espacial estadounidense NASA.
De vuelta en la Tierra, los científicos chinos usarán imágenes de Chang’e-5 para reconstruir trozos de la superficie de la luna en un laboratorio para guiar mejor los movimientos de la sonda, según CCTV. Las imágenes de la emisora mostraron al personal del laboratorio de la Academia de Tecnología Espacial de China con gafas de realidad aumentada y palas para dar forma a un pozo de arena de acuerdo con los contornos de la superficie de la luna.
La recogida de muestras lunares son parte del «sueño espacial» de Xi Jinping
La misión es técnicamente desafiante e involucra varias innovaciones que no se habían visto durante los intentos anteriores de recolectar rocas lunares, según declaraciones a la AFP del investigador del Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica, Jonathan McDowell, del mes pasado.
Thomas Zurbuchen, un alto funcionario de la dirección de misión científica de la NASA, felicitó a China por el aterrizaje. «Esta no es una tarea fácil«, tuiteó. «Cuando las muestras lunares recolectadas lleguen a la Tierra, esperamos que todos se beneficien de poder estudiar esta preciosa carga que podría hacer avanzar a la comunidad científica internacional«.
Bajo el presidente Xi Jinping, los planes para el «sueño espacial» de China, como él lo llama, se han acelerado. Beijing busca finalmente ponerse emparejarse en logros con Estados Unidos y Rusia después de años de igualar tardíamente los hitos espaciales de estas dos potencias. China lanzó su primer satélite en 1970, mientras que los vuelos espaciales tripulados tardaron décadas más, y Yang Liwei se convirtió en el primer «taikonauta» de China en 2003.
Un rover lunar chino aterrizó en el lado opuesto de la Luna en enero de 2019 en una primicia mundial que impulsó las aspiraciones de Beijing de convertirse en una superpotencia espacial.
La última sonda se encuentra entre una serie de objetivos ambiciosos, que incluyen la creación de un poderoso cohete capaz de entregar cargas útiles más pesadas que las que la NASA y la empresa privada de cohetes SpaceX pueden manejar, una base lunar y una estación espacial con tripulación permanente.
Los taikonautas y científicos de China también han hablado de misiones tripuladas a Marte.
Fuente: Nature.