Unearth es una obra un tanto especial. Escrita por Cullen Bunn y Kyle Strahm, y dibujada por Baldemar Rivas, es una serie de 10 números que trae a España Norma Editorial en dos tomos.
El primero de ellos ha sido publicado en un formato rústica. En sus 152 páginas recoge los primeros cinco números de esta obra.
Cullen Bunn es ya un autor de primera fila en Norma Editorial. Ha publicado dos de sus trabajos más reconocidos (Harrow Country y Manor Black). Pero en esta ocasión viene acompañado por otro «escritor». Se trata de Kyle Strahm, y lo sorprendente reside en que su función principal es la de dibujante. De esta forma, se une un referente en el guión como Bunn con un novato que se estrena como guionista.
De esta unión sale Unearth: una extraña enfermedad está asolando un pueblo de México. Los seres vivos que habitan el lugar comienzan a sufrir deformaciones terribles. Para buscar una explicación a este extraño fenómeno, mandan a un par de científicas junto a un grupo de militares. Esta investigación les conduce a una extraña cueva que esconde criaturas y situaciones que no están preparados para soportar.
Esta es la premisa principal de Unearth. A partir de ahí, distintos géneros van aportando su trocito de personalidad para dar forma a algo escalofriante.
La pareja guionista
Cullen Bunn tiene un estilo propio, tanto narrativo como temático. Y si bien es verdad que aquí consigue mantenerlo, contrasta sobremanera con su coguionista, Kyle Strahm. Esto no es en si algo malo. Incluso lo contrario. Las características de un autor se combinan con el otro, para dar lugar a algo «diferente». Esto es importante para aquel lector que vaya buscando en Unearth al puro Bunn. Porque no lo va a encontrar.
Sin embargo, puede encontrar una historia que combina multitud de clásicos, y todos con cierta originalidad. El grupo de protagonistas, junto con la enfermedad, da al lector la falsa idea de que puede encontrarse ante una historia muy similar a los clásicos zombies. Sin embargo, gran parte de la narración sucede en una exraña cueva, lo que transmite sensación de claustrofobia que, junto con los desconocido de allí dentro, dan lugar a algo similar a una Space Opera. Pero va más allá. Y es que lo que espera a los protagonistas dentro de la cueva puede conducir a las clásicas locuras propias de Lovecraft
Todo esto tiene lugar en Unearth mezclado con coherencia y buen ritmo. Pero hay que añadir un último elemento que, en mi opinión, es propio de Bunn. Y es una de las protagonistas (la doctora Reyes) esconde algo de su pasado que le acompaña hasta lo más profundo de la cueva.
El desarrollo de personajes está bastante logrado para lo breve del primer tomo, dando lugar a sorpresas. Pero se echa en falta algo más de profundidad en relación con los hechos que descubre el lector en este primer tomo.
Dibujo y color a cargo de Baldemar Rivas.
En el apartado artística se encuentra Baldemar Rivas, quien se encarga tanto del dibujo como del color.
Empezando por el dibujo, Rivas hace una buena labor, sobre todo en lo referente al interior de la cueva. Gracias al color, consigue elaborar un aurea de claustrofobia que acompaña a los personajes y al lector hasta el final.
Además, consigue otorgar a los personajes de expresiones reconocibles y convincentes, aspecto importante en este tipo de historias donde la tensión y el miedo están a flor de piel.
La paleta de colores escogida no es quizá la mejor elección para el tipo de historia, pero ayudan mucho a transmitir diferentes sensaciones cuando la acción ocurre dentro de la cueva o fuera.
Conclusión
Unearth es una historia que se caracteriza por combinar múltiples géneros y características de los mismos. Tal situación suele generar problemas más que virtudes, pero Unearth no es solo una excepción, sino que es su punto fuerte. Cullen Bunn y Kyle Strahm consiguen mezclar de forma coherente e interesante dispares características de algunos de los géneros más conocidos, y elaboran un gran trabajo.
La pega que se le puede poner a esta labor es que sea del gusto del lector. En mi caso, no ha terminado de emocionarme la resolución de uno de los misterios. Y es que han combinado temas muy interesantes con otros que personalmente no terminan de gustarme en esta mezcla. Pero reconozco que también me ha influido el hecho de tener unas expectativas sobre el tipo de trabajo que iba a ser Unearth. Tiene lo bueno de todos los géneros, pero la mezcla resultante se me ha quedado fría.
Quiero hacer hincapié en que esto es algo puramente subjetivo, y se valorar el gran trabajo que hacen los autores en esta combinación que da lugar a Unearth. Pero también ha influido el hecho de que creo que publicarlo en dos tomos sea un error. Dado que son 10 números nada más, quizá la historia se hubiera disfrutado más sacándola en un tomo único, y consumiéndola del tirón. A pesar de desconocer por completo que depara el segundo volumen, tengo la sensación de que con la visión completa, podría haberme gustado más el conjunto.
En cuanto al dibujo, creo que cumple con su función. En conjunto hace una gran labor, sobre todo teniendo en cuenta lo complicado que es transmitir sensaciones a través del dibujo y el color. Se podría hablar de algunas escenas a las que falta detalle, pero creo que está buscado a propósito para que el lector no pierda el foco de lo importante, consiguiendo así que vea lo que el dibujante quiere que vea.
En general creo que es una buena historia. Se aleja en cierto punto de lo que una persona puede esperar de Cullen Bunn, pero es un trabajo muy digno. Está bien que los autores colaboren y se alejen de su zona de confort y sepan sacar obras que rompan con los esquemas del lector.
En cuanto a si recomendaría esta obra para nuevos lectores, es difícil de dar una respuesta. En un principio diría que no. Por un lado, por la combinación de géneros que puede disfrutar mucho alguien acostumbrado, pero puede echar para atrás a alguien nuevo que no sabe que esperar de una obra así. Y por otra parte, hay un último misterio recurrente en la historia que se basa principalmente en el dibujo, y que puede pasarse por alto si se lee con prisa o no se está acostumbrado a este tipo de herramientas que utiliza el cómic para narrar ciertos hechos.
