Un roguelike a medio camino
Muchos son los jugadores que disfrutan del género roguelike, sobre todo aquellos que aman las grandes dificultades a la hora de jugar algo desafiante y que ponga a prueba las capacidades del usuario. El catálogo de las consolas, si miramos su vertiente independiente, se encuentra plagado de muchos de este género pero no todos de la misma calidad. Vagante, del estudio Nuke Nine, fusiona lo visto en el roguelike, plataformas y elementos de rol y RPG.
Como buen tándem del género se cuenta con un título cuya disposición de niveles es totalmente procedimental, creándose de forma completamente aleatoria y que aguardan dentro de ellos todo tipo de sorpresas. Si bien esto sobre el papel parece algo muy complicado de conseguir no lo es tanto, ya que Nuke Nine ha conseguido que siempre se caiga en combate o se empiece otra partida siempre juguemos algo completamente distinto. Al mismo tiempo, si hablamos en términos de diseño, se obtienen estructuras muy lógicas, con multitud de caminos y otorgando un satisfactorio desafío.
En busca de un tesoro en una cueva
Pero, ¿de qué trata Vagante? Su historia destaca por la sencillez, tomando el papel de un aventurero que se sumergirá en una misteriosa cueva donde a priori aguardan todo tipo de tesoros. Aparentemente todo parece ir por su curso, encontrándonos en cuevas plagadas de peligros, aunque todo se irá tornando mucha más extraño conforme se vaya descendiendo.
Algo habitual en el género roguelike y muy típico es la elección de una clase a la hora de comenzar la partida. Puedes elegir entre un mago, el caballero y el pícaro. Cada una de estas tiene sus propias peculiaridades a la hora de moverse, saltar por las plataformas o defenderse. En cuanto a armamento a encontrar o que pueda equiparse es totalmente idéntico, por lo que no habrá ningún tipo de problema para convertirte en héroe. Teniendo en cuenta los objetos posibles de recoger, hemos de destacar que se tiene la posibilidad de hallar monedas para adquirir más armas, pociones para curarse y otros equipamientos de interés.
Durante la odisea en la búsqueda del tesoro hay una gran cantidad de enemigos a los que hacer frente, cada uno con diferentes patrones de ataque y que no pondrán las cosas nada sencillas a aquellos que osen enfrentarse a ellos. Aparte de estos y los jefes, también hallamos una gran cantidad de trampas en las que caer fácilmente, por lo que las fases de plataformas no serán un auténtico paseo. Pero, ¿y el objetivo en Vagante? Muy sencillo, encontrar la puerta de salida y avanzar hacia el siguiente nivel.
Multitud de trampas y plataformas
Las trampas son uno de los elementos más variopintos, divertidos e incluso frustrantes. Estas obligan a permanecer constantemente alerta y evitarlas, además de poder usarlas a tu favor en momentos en los que te veas rodeado de enemigos.
En materia técnica, Vagante opta por un estilo sencillo y simplista, optando por una experiencia algo más minimalista y pixel art. Si bien las animaciones no son uno de sus fuertes, y tampoco lo busca, luce de manera correcta y cumpliendo su cometido. Comprobamos que sus escenarios se tornan excesivamente repetitivos, excusándose en que se trata de una cueva que recorreremos, pero esto no implica que las estancias pequen de poca variedad. Por otro lado, el juego es demasiado oscuro en todo momento, algo que puede ser corregido desde las opciones. Su banda sonora incorpora ritmos que se limitan a acompañar pero que pasan sin pena ni gloria.
Vagante es un roguelike que se queda corto en algunos aspectos pero que cumple, al menos en todos sus puntos de forma justa. Una experiencia de juego entretenida y que con mecánicas como la aleatoriedad de sus escenarios y generación de trampas dan un soplo de aire fresco pero que se limita a ser conservador en sus aspectos.
