Pero vamos a centrarnos: ¿Quiénes son Valerian y Laureline, agentes espacio-temporales? Bueno, son agentes de un núcleo galáctico en el que se concentran lo más avanzado de los mundos que conforman el “Imperio Galaxity”. El cometido de Valerian y Laury es comprobar que todos sus mundos funcionan según los patrones del Imperio. Estamos en el siglo XXVIII de nuestra era, y a esas alturas se han desarrollado los medios y la tecnología para para viajar a través del espacio y el tiempo, y su misión consiste, precisamente, en viajar a través del espacio y el tiempo para neutralizar las posibles amenazas contra la Tierra y el Imperio y evitar posibles paradojas temporales.
En esta aventura, Valerian y Laureline habrán de ejercer su labor de supervisión y control en el Imperio de Sirta, “El imperio de los mil planetas”, un imperio en el que la Tierra no ha tenido la más mínima influencia, al menos sobre el papel. Pero se llevan la desagradable sorpresa de que se encuentran con un gobierno manipulado cuyo líder lleva una vida opulenta y desordenada. Descubren que ese pelele opulento y enriquecido gobierna bajo el manto de una raza de sabios de una raza superior llamados “Los entendidos”, que se acultan bajo amplios ropajes y ocultan sus cabezas bajo grandes yelmos.
Nuestros protagonistas se dan cuenta de que no se puede mantener esa tiranía en el imperio y, con la ayuda de Elmir, el astuto comerciante, se unirán a la facción opositora al gobierno del príncipe Ramal en el planeta Sirta. Con la ayuda de los agentes espacio-temporales lograrán vencerlos, y descubrirán la identidad, procedencia y filiación de “Los entendidos”, que son los auténticos tiranos, así como también aclararán que se mantienen vivos por todos esos siglos gracias a un brebaje obtenido de unas plantas que crecen en el planeta Slomp, que recolectan con mano de obra esclava.
Pero no acaba ahí la cosa: en la página 9, penúltima viñeta, veremos cómola nave de Valerian se sumerge en un desplazamiento espacio-temporal en una viñeta que recuerda poderosamente al momento en el que Dave Bowman entra en la versión mayor de TMA-1 que encuentra en las cercanías de Europa en “2001: una odisea en el espacio, 1968” (que conste que la primera publicación de esta aventura se publicó en la revista Pilote en 1967). El colorido y variopinto elenco de extraterrestres humanoides del que hace gala esta aventura galáctica no pudo menos que recordarme a los diseños de Ralph McQuarrie.
Pasaremos al siguiente álbum: “El embajador de las sombras”. Otro de los álbumes más significativos de la serie, en la que aparecerán varios personajes y lugares que saldrán en futuros tomos, como la estación espacial “Punto central”, un punto neutral de reunión en el espacio donde coinciden múltiples razas del espacio que sólo se comunican a través de canales de videoconferencia, sin contacto físico. No importa mucho, ya que es un sitio donde se hacen chanchullos de todo tipo. Conoceremos también al Transmutador Gruñón de Bluxte, un simpático animalejo que es capaz de producir cualquier moneda o material que previamente haya tragado. Veremos también una “Stargate” (Roland Emmerich, 1994), llamada “Puerta a las estrellas” (pág.93). Pero vamos a lo que es el cómic:
Al llegar a su destino, el embajador es secuestrado. Valerian consigue introducirse en la nave en la que va prisionero, pero Laureline queda atrás, anulada por los secuestradores. Así y todo, con la ayuda, módico precio mediante, de los Shinguz (alienígenas con hocico de oso hormiguero), y de la explotación del pobre animalillo transmutador –acaba agotado, el pobre-, va consiguiendo retazos de información hasta que da con una raza suprema: “Los sombra”, que les revelan los planes secretos del embajador y cómo evitarlo. ¿Y qué intenta? ¿Cómo podrán cambiarlo? ¡A leerse el volumen, tocan!
Además de las dos historietas, este volumen incluye algo que nos permitirá sumergirnos todavía más en todo lo que Valerian supone: doce páginas de una completa entrevista tanto a los autores del cómic, Pierre Christin, Jean-Claude Mezieres y el mismo Luc Besson junto con varias muestras de diseños, fotos y estudios para la película. Una sustanciosa entrevista en la que aprenderemos muchísimas cosas, como que Valerian tiene un aire a un determinado cantante francés, o qué actrices pensaban que podrían haber sido Laureline, las experiencias acumuladas de Mezieres tras haber trabajado junto a Besson en “El quinto elemento”…
Por lo que a mí respecta, un tomo fantástico que supondrá una oportunidad estupenda para que los que no conozcan a Valerian, así como para ponerse al día antes de ver la película… ¡O para disfrutarlo igualmente después! Tramas pioneras de antes para el público de hoy día.
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