Nueva publicación del autor de la saga Los Caminantes, alejada de los muertos vivientes, centrada en la supervivencia y el terror sobrenatural
«Vienen cuando hace frío» de Carlos Sisí es la segunda referencia de la joven editorial Insólita, tras «El archivo de las atrocidades» de Charles Stross. Viene apostando fuerte Christian Rodríguez, la mente detrás de Insólita, aunando autores de renombre y ganadores de premios del género que han pasado desapercibidos por las grandes editoriales. Habrá que estar atentos a los libros que tienen previsto publicar porque prometen emociones fuertes.
Pero ahora vamos a centrarnos en «Vienen cuando hace frío» que es la historia que nos ocupa. Comenzamos con el personaje principal de la novela, Joe Harper, un tipo que vive en Baltimore y siendo víctima de la crisis económica se queda sin empleo. Con poco dinero ahorrado y vendiendo todo lo que posee, decide marcharse a Canadá, hasta la región del Yukón. Allí, en el apartado y remoto pueblo de Sulphur Creek, la familia conserva una cabaña que perteneció a su abuelo Cerón Harper. Así que Joe decide cambiar de vida e irse a vivir a Sulphur Creek para seguir con su existencia de forma tranquila y con sus exiguos recursos. Una vez trasladado allí, la vida en el pueblo es justo lo que Joe buscaba: tranquilidad, trabajo duro reparando la casa y vecinos amables y que le echan una mano. Sin embargo, el cruel y duro invierno está a la vuelta de la esquina…
«Vienen cuando hace frío» es una historia en la que es fácil reconocer los referentes de los que bebe, así como los guiños y homenajes a otras obras por parte del autor. Diría que si has leído a Stephen King, o a Lovecraft o a Algernon Blackwood, serás consciente de lo que digo. E incluso a mí me trajo recuerdos del «Butcher’s Crossing» de John Williams. En primer lugar, se trata de una novela con un pulso narrativo y un ritmo que la hacen muy fácil de seguir y continuar leyendo, porque engancha y resulta bastante interesante. Por lo menos hasta la mitad o así, pero de eso hablaré un poco después. Porque para mí la novela cuenta con dos partes muy diferenciadas: la primera, me ha encantado y la he disfrutado un montón, no tenía ganas de dejar de leer. La segunda, no tanto.
Esta mitad es todo un acierto de narrativa, de construcción del personaje, con su trasfondo diseñado a conciencia, sus motivaciones bastante sólidas, soltando píldoras para comprender las circunstancias y la personalidad de Joe. Una construcción excelente, bien cimentada, añadiendo pequeñas dosis de suspense, hasta darle al invierno y a la nieve las características de elementos de terror añadidos, que suman al ambiente general de la densa atmósfera de inquietud en la que consigue envolvernos el autor. Porque el paisaje es casi un personaje más que le da a la historia un aura de lucha contra la naturaleza en medio de lo desconocido, que nos transporta a las novelas de aventuras de Jack London, o a los viajes de aquellos aventureros pioneros en tierras ignotas en siglos pasados. En especial, Sisí es capaz de transmitir que la crudeza y la brutalidad de la naturaleza en estado salvaje no es lo más temible que podría encontrarse un hombre como Joe. Porque esto es una novela de terror sobrenatural. Esa sensación que evoca el terror más primigenio, llega a producir que padezcas hasta el mismo frío que está sufriendo el protagonista. También hay que elogiar el poder del autor de conseguir trasladarte mediante la lectura hasta aquellos paisajes repletos de montañas, con nieves perpetuas la mayor parte del año y que tan lejanos nos quedan.
La novela alcanza su clímax hacia la mitad aproximadamente y, a partir de ese momento, supone un punto de inflexión hasta el final que a mí me interesó bastante menos. No sabría explicar de forma exacta el porqué, solo que me pareció más aburrido lo que se cuenta. Sigue siendo el mismo personaje intentando sobrevivir, en otras condiciones, pero no cambia que sea Joe Harper. Repito que lo que se narra me desenganchó de la historia, no conseguía conectar con la trama, ni con el devenir del personaje, ni con la nueva atmósfera que rodea esta parte. Esa cercanía y esa intimidad conseguida entre autor y lector para mí se perdió en este tramo del libro. Supongo que es cosa mía que no estaba en el momento adecuado para realizar esa conexión.
Por lo demás «Vienen cuando hace frío» es una novela por completo recomendable, aunque a mí no me haya convencido de la segunda parte al final, porque las expectativas que me creó el principio no se vieron satisfechas en la conclusión. A pesar de ello, se nota que Sisí es un autor con una gran experiencia y mucha literatura a sus espaldas que se maneja de forma excelente en el campo del terror.
La edición de Insólita es impecable y me ha resultado un tamaño de novela muy manejable y que se lee muy bien, con una portada estupenda de Yuly Alejo que consigue llamar la atención. Seguiré la pista a esta editorial que promete hacernos pasar unos buenos ratos lectores con los lanzamientos que tiene anunciados.