Un nuevo musou que rescata a personajes míticos de multitud de franquicias de Koei Tecmo.
El género musou parece estar viviendo su mejor momento en Occidente. Tras pasar varios años como un género de nicho, los continuos cambios y mejoras que Koei Tecmo ha ido aplicando a sus obras, han conseguido ampliar el número de jugadores que esperan con ganas una nueva entrega. Ahora, la desarrolladora ha decidido aprovechar sus numerosas licencias para dar forma a un crossover muy interesante en el que encontraremos a héroes muy conocidos por el gran público.
A nivel argumental, este título se aleja del corte histórico y realista de la mayor parte de las entregas de la franquicia para trasladarnos a un reino cuyo poder y prosperidad dependen de un manatial que acaba de secarse. Para devolverlo a la vida, Tamaki, la futura regente, realiza una invocación para atraer al reino a los héroes más poderosos. Sin embargo, la invocación termina fracasando y los héroes se dividen por todo el reino, lo que provoca que estos creen alianzas con tres facciones en disputa. En definitiva, estamos ante un spin-off dentro de la serie Samurai Warriors, pero con el sistema de juego que todos conocemos. Hack’n’slash y un poquito de estrategia para conseguir los objetivos y vencer a todos los oficiales que nos salgan al paso. No es un título en el que haya que pensar mucho, los musou son más destrozamandos que otra cosa, pero también es cierto que, si vamos eliminando monigotes como pollo sin cabeza, las veces que fracasemos en la misión serán por no hacer caso a lo que nos pedían. O por habernos perdido el mensaje de «cambio de condiciones» que nos salió en pantalla justo cuando estábamos en plena sinfonía de fuegos artificiales debido a un ataque especial.
Como los héroes se dividen entre las tres facciones en conflicto, el juego nos da la oportunidad de completar tres campañas diferentes, cada una desde el punto de vista de una facción y controlando a un puñado de héroes clásicos. Esto cambia bastante nuestro acercamiento a los acontecimientos respecto a entregas anteriores. Ya no vamos a ver las diversas relaciones entre personajes de forma somera y los conflictos a gran escala, como piezas en un tablero, lo que nos daba una visión general de la evolución del argumento, pero sin que lográramos simpatizar demasiado con ninguno de los personajes. Ahora conoceremos las vicisitudes de las tres facciones sin perder de vista el contexto, que se nos va contando tanto en las batallas, como en otras fases «secundarias» o en nuestras conversaciones con otros miembros del clan.
Para profundizar más en esta nueva historia, nos pasaremos parte del tiempo entre batalla y batalla pululando por el Santuario, un pequeño lugar de descanso donde podremos hablar con el resto de personajes aliados. Además de hablar, en este escenario central podemos mejorar nuestras armas, comprar materiales y realizar medicinas con ellos, cultivar verduras, tomarnos un té, pescar, etc.
Entre las batallas programadas y los paseos por nuestro pueblo, tenemos algunas misiones secundarias, algunas opcionales y otras obligadas, que nos llevarán a escenarios principalmente de exploración, donde aparte de realizar algún objetivo del tipo «encuentra al oso» o «lleva sano y salvo a tu compañero hasta la zona norte» principalmente, recogeremos materiales que nos permitirán luego ir al herrero o al tendero a mejorar las armas o comprar diversos tipos de pócimas.
Una vez en faena, contamos con treinta personajes diferentes controlables, aunque durante los primeros compases del juego solo estarán disponible doce. Todos los personajes son perfectamente reconocibles por venir de franquicias clásicas de Koei Tecmo, lo que garantiza que nos encontremos con nombres de la talla de Ryu Hayabusa, Sophie o Kasumi de Ninja Gaiden o Atelier.
Las mayores novedades en el terreno jugable durante las batallas son las estratagemas y las misiones multifase que hemos visto recientemente en Spirit of Sanada. Algunos de los acontecimientos se dividen en varias fases y, durante cada una de ellas, tendremos a nuestra disposición algunas estratagemas que podremos, o no, utilizar durante la batalla para poner las tornas a nuestro favor: animar a nuestras tropas, asustar a un oficial para que huya, contar rumores para confundir a los enemigos y cosas así. Aparecerán en un momento concreto y nosotros decidiremos si la usamos o no. Obviamente, no son gratis. Para poder usarlas, hay que conseguir ciertos objetivos en fases anteriores, lo que nos permite desbloquear estas estrategias. Por ejemplo, si en una pantalla derrotamos a un oficial concreto con un ataque musou, en la siguiente fase, cuando vuelva a aparecer el mismo oficial, lo podremos asustar o debilitar con nuestra presencia. Lo segundo es conseguir llenar una barra de energía consiguiendo estos mismos objetivos o hablando con la gente del pueblo para conseguir cierta información relevante para la batalla.
El resultado, aunque es un aspecto secundario de las batallas, consigue una inmersión interesante que espero aumente y se mejore para futuros juegos de la saga. Por poner uno de los primeros ejemplos de estratagemas que aparecen en el juego: si en el campamento hablamos con un aliado que conoce el terreno en el que se va a disputar la próxima batalla, nos contará que al amanecer las partes bajas de la montaña se llenan de neblina. Esto llena un poco la barra que podemos usar luego en batalla para las estratagemas. Una vez en combate, en el momento en que la noche pasa al día, se activará la opción de dar la orden a nuestros aliados de esconderse en la neblina para conseguir un ataque sorpresa sobre unos enemigos concretos. Tenemos unos 10 segundos para decidir si la llevamos a cabo o no. Si vamos bien en la batalla, quizá queramos dejarlo pasar, ir de frente contra el enemigo sabiendo que lo vamos a vencer igual y ahorrar lo que llevamos acumulado para futuras estratagemas. O si vemos que la cosa pinta mal o dudosa, mejor usarla y nos curamos en salud.
El sistema de combate incluye algunas novedades interesantes entre las que destaca Cadena de Héroes. Este sistema nos permite controlar durante un breve periodo de tiempo a algunos de los camaradas del grupo aprovechando la cruceta del mando. Al controlarlos podremos realizar ataques especiales o crear emboscadas en zonas específicas del mapa. También se ha añadido un sistema de Confianza que premiará que ciertos héroes luchen juntos durante varias misiones. El rango de confianza tiene cinco misiones y, aparte de desbloquear ciertas bonificaciones, nos dará acceso a conversaciones especiales en la zona del Santuario.
Por lo demás, sigue siendo idéntico a los juegos anteriores. Cada uno de nuestros personajes tiene un arma dispar que podremos utilizar para realizar combos de cientos o incluso miles de golpes contra hordas de enemigos idénticos, que normalmente suponen un riesgo mínimo, y una serie de oficiales que son peligrosos cuando se unen en grupo. Tendremos ataques normales y fuertes, especiales musou, ataques de furia, habilidades especiales y ataques en pareja cuando los dos personajes a los que podremos controlar en una misma batalla se encuentran juntos. Es importante, sin embargo, mantenerlos a cada uno en diversos puntos del campo de batalla, ya que las condiciones y objetivos para ir avanzando en cada fase cambian con rapidez y a veces nos pillan desprotegidos.
La jugabilidad es correcta y directa, como en todos los musou. Lo único que debería mejorarse a estas alturas es la cámara, que a veces no termina de ubicarse correctamente en las batallas con oficiales. También lo molesto que resulta que un golpe te pare en seco, dejándote indefenso ante otro ataque y así hasta que alguno te lance lejos. Por lo demás, es fluido y divertido de jugar, aunque como siempre, tiende a hacerse repetitivo y cansado si no somos fans del sistema de juego.
Gráficamente estamos ante el mismo motor visto en entregas similares, y se nota. Aunque los gráficos han mejorado, sigue con sus mismos vicios y mientras que en algunos temas luce a una gran calidad, en otras parece que estamos ante un juego de hace cinco años. Sobre todo, en lo anacrónicos que son los movimientos del caballo, que parece de cartón y los similares que son todos los enemigos. Por suerte parece que la época en la que poppeaban en primer plano ya pasó. Ahora solo lo hacen a lo lejos.
Los personajes están bien detallados y lucen con calidad. Se nota sobre todo en los efectos de brillo y textiles en la ropa y las expresiones de sus caras. Sin embargo, las animaciones y el pelo son dos puntos a mejorar, no llega a la calidad deseada aún.
La banda sonora es de las mejores de un Warriors, con gran variedad de instrumentos y estilos musicales, pero siempre recordándonos dónde estamos. Los diálogos son otro cantar y aquí está una de las razones por la que a mucha gente le tiran para atrás estas sagas: las voces están en perfecto japonés y los cuadros de diálogo en inglés. Además, como ya he comentado antes, hay más diálogo que en ocasiones anteriores y siguen con esa manía de decirse entre ellos cosas importantes durante la batalla, obligándonos casi a estar mirando con un ojo el campo de batalla y con el otro los subtítulos.
Conclusión
Warriors All Stars es una opción muy interesante para todos aquellos que busquen introducirse en la franquicia Warriors. Al alejarse del conflicto histórico japonés tradicional, la gran cantidad de nombres, épocas y situaciones desaparece casi por completo, dejando un título con menor carga argumental pero con todas las mejoras jugables vistas en las últimas entregas de la saga.