El ser humano es veneno para la naturaleza. Seguro que has oído o visto en alguna foto compartida en Facebook por una persona de mediana edad esta consigna, especialmente estos días de encierro en que los jabalíes y demás fauna disfrutan reconquistando lo que solía ser suyo.
Pero es menos común que te llegue de manos de dos árboles antropomórficos.
Sus nombres son Ciego y Sordo y su raza recibe el nombre de Weavelings, habitantes de un bosque de cuento de hadas. Sordo, el pequeño es tratado como un paria entre sus congéneres debido a su condición, nació sin orejas o lo que hace las veces de orejas en el mundo de los Weavelings. Siente tristeza y soledad, hasta que un día se encuentra con Ciego y ve en él a alguien que puede entenderle, y con quien entablar amistad a pesar de la clara diferencia de edad.
Juntos se apoyarán mutuamente y embarcarán en una aventura de puzles cortita y no muy peligrosa para salvar su hogar de la contaminación.
Porque el mundo de los Weavelings está en peligro, unas extrañas estructuras metálicas están succionando la vida del corazón del bosque y dejando a su paso una sustancia letal. Detener este ataque será su objetivo.
Weakless es un juego con una historia pro naturaleza, y lo hace de una forma muy sutil, no como el texto que acabas de leer, me ha gustado mucho como han llevado esta parte y el mensaje que deja. Pero por desgracia también es un juego que quiere tratar la amistad y mostrar desde una perspectiva artística cómo ven el mundo las personas invidentes o sordas, y en mi opinión pincha muy fuerte en estos temas.
Hace poco más de una semana se cumplieron dieciocho años desde el lanzamiento en Europa de Ico, una aventura de Fumito Ueda en que el protagonista debía escapar de un castillo acompañado de una muchacha. Recuerdo que lo alquilé y lo disfruté durante un fin de semana, recuerdo sufrir y agobiarme muchísimo, pero también emocionarme y sentir la relación de amistad que surgía entre dos cuerpos digitales llenos de polígonos a través únicamente de sus animaciones, sin mediar palabra.
No he sentido nada similar en este Weakless, ninguna interacción entre ellos que me invitara a pensar que ahí hay cariño o preocupación, sólo veo dos seres que viajan juntos para cumplimentar sus defectos y superar los obstáculos que encuentren. Cuando controlas a uno de ellos el compañero te sigue, y quizá ya esté siendo generoso, pues en muchas ocasiones se queda atascado en el escenario, y si necesitas que se pose sobre un ascensor o superficie o que te aúpe lo hace, pero hasta ahí llega.
Algo similar ocurre con sus particularidades, Ciego verá el mundo de una peculiar y limitada forma, y con Sordo disfrutaremos de los coloridos y preciosos escenarios que recorremos a cambio de una limitación sonora, escucharemos el ruido ambiente y la música como si estuviéramos taponados (que no sordos). Pero más allá de lo curioso que resulta a nivel audiovisual no tiene una función real en lo jugable. Las habilidades de cada uno nada tienen que ver con ello, Ciego es alto y fuerte, moverá obstáculos sin problemas y golpeará el suelo con su cayado (alerta irónica, un árbol que usa un bastón de madera), Sordo por su parte es pequeño y ágil, usará salientes para llegar a sitios altos y abrirá caminos con la gran pelota de su cabeza. Con esta combinación avanzaremos y superaremos los no muy varios puzles que nos esperan en estas dos horas.
Entonces, ¿por qué son Ciego y Sordo, ciego y sordo?
Para dar un poco más de trasfondo a nuestros personajes descubriremos que cada uno de ellos tiene una pasión artística, Sordo es un dibujante y al encontrar inspiración en el paisaje se parará para realizar una pintura, a Ciego por otra parte le encanta la música y tocará todo instrumento que se tope sin pedir permiso. Esto hará las veces de coleccionables, que en algunos casos nos exigirán rebuscar y salirnos un poco del camino principal para hallarlos en su totalidad y quedarán registrados en el libro de notas que hace las veces de menú.
Si eres tan cabrón como yo notarás que esos hobbies potencian los sentidos que aún poseen, pero también la triste ironía de que dos amigos no puedan disfrutar mutuamente del trabajo y pasión del otro. A su manera es bonito.
Como a su manera lenta, pausada y con defectos es este juego bonito. Quizá si tuviera una duración más larga tendría una opinión diferente, pero a pesar de todo el juego se me ha hecho ameno y disfrutable.