Se acabó. Por fin tenemos los nueve capítulos de ‘What if…?’ (Disney +) publicados y el balance no puede ser más irregular. Al prometedor primer episodio, le siguieron otros menos brillantes, para acabar por todo lo alto con el hype en las nubes. Todo se debe a que los tres últimos episodios. Su historia unitaria, con el protagonismo desmesurado de la Capitana Carter y del Dr. Strange, huele, muy fuertemente además, a que podría ser la base sobre la que continuase la cuarta fase del Universo Marvel (UM) que está por venir. También podría no serlo, pero solo la duda ya tiene a los fans con el alma en vilo.
El problema es que, para llegar hasta aquí, hay que atravesar otros capítulos bastante menos brillantes y/o ilusionantes que estos últimos. Especialmente decepcionantes son el segundo y el sexto, ambos con una intensa presencia de Wakanda y que, desde mi punto de vista, pierde mucho del brillo que el cine le ha proferido hasta el momento.
‘What if…?’ recibe una cualificación digna y crea hype en el fandom, pero que también deja el sabor amargo de pensar en lo fantástico que habría sido si le hubiesen dado otro enfoque
De hecho, el personaje de Black Panther (interpretado por Chadwick Boseman) parece ceder a Killmonger (Michael B. Jordan), injustificadamente según lo visto aquí, su protagonismo. Éste último no tiene ni la personalidad ni el carisma ni la profundidad de su primo; por mucha referencia a los Diez Anillos que haga. Además, parece pasarle el testigo en unos capítulos precipitadísimos en su ritmo (especialmente, el sexto), con una construcción de personaje basiquísima y un dibujo tan forzado para parecerse al original que, la verdad, huele un poquito mal. Un hedor intensificado por los rumores de la vuelta de Killmonger a la gran pantalla, aún después de haberlo visto muerto y bien muerto.
Es cierto que ‘What if…?’ es especulación, que no existe una promesa explícita de que este material sea conexión o tenga continuación con cualquier otra cosa. Pero tampoco parece de recibo que se juegue así con el fandom si estos capítulos finales y su escena postcréditos no significan nada. Si todo lo intensamente insinuado no lleva, por ninguno de estos caminos, a destino alguno.
Tanto parece que se nos insinúan ciertas cosas que, casi sin pensarlo mucho, podríamos distinguir aquellos capítulos que sí guardan una relación de coherencia interna entre sí (primero, cuarto, séptimo, octavo y noveno), de aquellos que suponen solamente un fragmentario relleno o una cortina de humo (segundo, tercero, quinto y sexto). Incluso, estos grupos podrían distinguir no solo una cierta línea argumental unitaria, sino que también separarían aquellos con mejor factura (el primer grupo) de aquellos otros regulares o bastante mejorables (el segundo grupo).
Un conjunto confuso que alienta a un visionado independiente de capítulos
El conjunto nos resulta ciertamente confuso. La mezcla de historias independientes con otras relacionados entre sí, de capítulos con un trabajo de guion flojo o flojísimo con otros más pensados, de personajes accidentales con otros importantes en el momento actual, y que tienen tramas que conectan con guiños o referencias intencionadas a la actual fase del universo Marvel (Killmonger y Dr. Strange, sobre todo), no funciona. Así es que tenemos que hacer artículos como este para distinguir grupos de capítulos y aconsejaros su visionado independiente.
La pena es que, como siempre, queriendo contentar a todos, ofrecer pizcas de esto y aquello, aquí y allá, Disney haya creado una serie tan prometedora pero, en el global, tan decepcionante. Solo cinco capítulos -la mitad- justifican su existencia. Suficientes para recibir una cualificación digna y crear hype en el fandom, pero que también dejan el sabor amargo de pensar en lo fantástico que habría sido si le hubiesen dado otro enfoque.
¿Qué pasaría si… Disney hubiese hecho una serie coherente entre sí y arriesgadamente independiente del universo de la gran pantalla? Por desgracia, no lo sabremos en este universo.
