Es usual que el lanzamiento de determinados títulos importantes cause un gran revuelo mediático, Wolfestein II: The New Colossus es una de esas obras que no pasan desapercibidas, y también es una que sirve para ejemplificar perfectamente la evolución que está recibiendo la plataforma en la que se publica, Nintendo Switch, y la de la compañía que la desarrolló, Nintendo. Desde el lanzamiento de Wii, la compañía japonesa decidió desbancarse de la guerra de la potencia gráfica en post de apostar por la innovación en la forma de jugar, algo que les ha servido para atraer a tantos amantes cómo detractores, y que vino de la mano de la inevitable perdida del apoyo de las third parties en cuanto a lanzamientos potentes se refiere. No es este el caso de la consola híbrida de Nintendo, que mes a mes va recibiendo títulos de terceros de gran relevancia, aunque con un poco de retraso.
Mientras que la llegada de obras cómo Dragon Ball Fighter Z o Fortnite no resultan extrañas a los oídos al tratarse de una consola de Nintendo, Wolfestein II, el título que nos ocupada, resulta sorprendente por dos motivos. En primer lugar, por tratarse de un shooter en primera persona donde nuestro principal objetivo es matar nazis, cargado de un fuerte humor negro al estilo más Tarantinesco que recuerda en el mejor de los sentidos a Malditos Bastardos, algo que se aleja bastante de las obras para todos los públicos por las que suele apostar la gran N. En segundo lugar, por tratarse de un juego tan puntero técnicamente que es capaz de sacarle los colores incluso a las versiones mejoradas de las consolas más potentes del mercado con un rendimiento excelente.
Este análisis es la celebración del gran apoyo que Bethesda está dando a la consola híbrida de Nintendo, trasladando a la plataforma las licencias más importantes con las que cuenta ahora mismo, pero, ante todo, es la celebración del esplendido trabajo de Panic Button. Al igual que hizo con Doom, el estudio tejano ha vuelto a demostrar su genial dominio trabajando en Nintendo Switch y dejando de manifiesto una excelente muestra de optimización digna de Machine Games, los creadores del juego original y de id Software, los diseñadores del motor gráfico con el que corre el juego.
Wolfestein II: The New Colossus es un shooter al más puro estilo de la vieja escuela, que al igual que su predecesor, trata de traer lo mejor de los títulos del pasado y de los más actuales, aunando una perfecta mezcla entre un gunplay dinámico, desafiante y adictivo, con un argumento interesante, divertido, pero que saber tomarse sus momentos dramáticos cuándo son necesarios. El título nos traslada directamente al final de The New Order, la primera entrega. Los nazis han tomado América. Tras matar a Calavera, BJ Blazkowicz, alias «Terror Billy», quedó incapacitado y ha estado en coma durante cinco meses en el submarino Martillo de Eva. Nuestro despertar no será sencillo, ya que un grupo de nazis liderados por la sádica comandante Irene Frau Engel, quién busca venganza contra Blazkowicz por haber desfigurado su rostro y haber matado a su amante, trata de darnos caza y acabar con nuestro equipo. Deberemos derrotar a esta comandante y traer de vuelta la gloria de la segunda revolución americana, eso sí, matando a todos los nazis que podamos por el camino.
Dada la situación de que la entrega inmediatamente anterior no está disponible en Nintendo Switch, el juego tiene a bien de introducir la historia con un vídeo recordatorio de los momentos más importantes ocurridos en la entrega anterior, cómo si de una serie de televisión se tratase. Son de agradecer, pero su utilidad es más la de refrescar la memoria a aquellos jugadores más experimentados de la franquicia que la de hacer entender la historia a los que The New Colossus sirva de primer contacto con la saga, por lo que es recomendable buscar algo de información previa antes de empezar a jugar sino queréis sentiros un poco abrumados, ya que el arranque posee una potente carga argumental y emocional. En ciertas ocasiones veremos flashbacks que nos llevarán directamente a momentos de su precuela para volver a tomar decisiones importantes, éstas cambiarán aspectos del juego cómo diálogos, personajes o armas disponibles. Un movimiento interesante por parte de Machine Games, pero que los jugadores nuevos no disfrutarán demasiado, ya que para ellos muchas de estas decisiones tendrán el mismo valor sentimental que lanzar una moneda al aire para ver si sale cara o cruz.
Como ya se ha comentado, el título posee un tono socarrón y gamberro que inunda tanto las líneas de dialogo, cada vez que Irene Frau Engel abra la boca para reírse de la obesidad de su hija no podremos evitar llevarnos las manos a la cabeza y partirnos de la risa, cómo la propia jugabilidad, con momentos cómo el comienzo del título, dónde jugaremos a bordo de una silla de ruedas mientras matamos nazis armados con un subfusil. Es de destacar el mimo al detalle realizado a aspectos que afectan directamente a la jugabilidad, cómo que la silla de ruedas caiga deslizando por las escaleras, que tu personaje caiga tumbado hacia atrás al estar cerca de una explosión o que los enemigos interactúen en función de donde efectúes los disparos, provocando situaciones como que caigan de rodillas al dispararle en la pierna, ganando un valioso tiempo para ejecutarlos mientras tratan de levantarse.
En el aspecto puramente jugable tenemos una cal y otra de arena, mientras que el gunplay se ha adaptado a la perfección, ofreciendo un juego de disparos rápido, endemoniadamente fluido y muy satisfactorio, los Joy Con no son precisamente los mejores mandos para jugar a shooters. El mando pro es una alternativa altamente recomendable para disfrutar de este título, sin embargo, tenemos la opción de activar el sensor de movimiento para aumentar un poco la precisión, disminuyendo previamente la sensibilidad del sensor sino queremos que la pantalla tiemble constantemente. Esto nos permitirá utilizar el analógico para acercar la cámara e inclinar los mandos para apuntar de manera más precisa, obteniendo un sistema de juego mucho más efectivo.
Al igual que el resto de los títulos de la compañía, tendremos a nuestro alcance un potente arsenal de armas que van desde pequeñas pistolas a inmensos rayos láseres capaces de derretir superficies, que iremos desbloqueando conforme avancemos en el juego. El título nos da la opción de empuñar armas duales, configurando rápidamente que arma deseamos en cada mano, lo que amplía en gran medida nuestro arco de destrucción y aunque no suela ser la opción más precisa, desde luego que es la más divertida. Para aumentar aún más el abanico de posibilidades de nuestro personaje, tendremos un sistema de progreso que evolucionará en base a nuestra forma de jugar de manera automática. Tendremos 18 tipos de ventaja diferentes clasificadas en tres categorías: Sigilo, Destrucción y Táctica. Cumpliendo diferentes objetivos cómo matar una cantidad determinada de enemigos utilizando granadas o armas grandes mejoraremos estas aptitudes, obteniendo suculentas ventajas a la hora de jugar.
En Wolfestein II, el sistema de vida combina de nuevo lo visto en los juegos de la antigua escuela con los originales. Tendremos un porcentaje de la vida que se recuperará automáticamente, pero el resto se obtendrá mediante objetos de recuperación que encontremos y armaduras. Deberemos gestionar muy bien cuánto nos curamos ya que tendremos un límite a partir del cual si seguimos curándonos iremos perdiendo vida poco a poco hasta volver a la cantidad delimitada. El juego posee un amplio rango de dificultades con nombres de lo más variopintos entre los que podemos cambiar en cualquier momento. Se recomienda jugar en los modos de dificultad más altos para vivir la verdadera experiencia que ofrecen este tipo de shooters.
El sistema de juego de Wolfestein II posee dos estilos claramente diferenciados. El sigilo y la acción. Los jugadores que opten por la opción más silenciosa tendrán a su disposición un hacha para matar sin ser detectados. Los escenarios están diseñados con montones de rutas alternativas y zonas abiertas para favorecer este estilo de juego, que se ejecuta de manera muy satisfactoria gracias al sistema de comandantes. Dispondremos de un radar que nos indica la cantidad de enemigos de alto rango que se encuentran en la zona y una localización aproximada de ellos. Si somos detectados avisarán a más enemigos y sino somos suficiente ágiles los comandantes escaparán. En este segundo estilo de juego de nuevo nos beneficiaremos del genial diseño de niveles, y cómo si de un Doom se tratará, tendremos que correr, saltar, girarnos y disparar continuamente gracias a la increíble agilidad con la que cuenta Blazkowicz.
Matar a los comandantes resultará doblemente interesante debido a que obtendremos Códigos Enigma, resolviendo un sencillo puzle que sirve para descodificar los mensajes nazis enviados gracias a las tablillas podremos acceder a misiones secundarias que nos permitirán volver a localizaciones ya visitadas para jugarlas de nuevo con objetivos diferentes. Un extra que nunca está de más para sacarle el jugo a una obra que nos llevará entre 15 y 20 horas para superar únicamente la campaña principal. Cómo genial añadido, podremos jugar al Wolfestein original desde nuestra base de operaciones, un gran deleite para todos aquellos que deseen probar por sí mismos el origen de una saga que marco el género de los shooters en primera persona en el ya lejano 1992.
No se puede analizar un juego de Nintendo Switch sin hablar de su funcionamiento en los diferentes modos de juego que ofrece la consola. Wolfestein II posee un rendimiento bastante variable según la manera en la que juguemos. En modo tableta podremos jugar correctamente siempre y cuando tengamos los Joy Con enganchados a la consola, ya que a distancia es muy difícil distinguir lo que ocurre en pantalla correctamente. Esto se debe a que es un juego muy ágil y en este modo aumenta ligeramente la difuminación de la pantalla, sin embargo, se puede jugar correctamente en sesiones no muy largas. La autonomía de este modo ronda las dos horas de duración de la batería. En cuanto al modo dock, el más recomendable, no se libra de las pegas ya que posee extraños errores cómo la perdida del sonido ocasional y poca fluidez en los vídeos, que avanzan a trompicones y se pixelan lo que es extraño tratándose de vídeos prerenderizados. Lo más extraño es que esto no ocurre con los mismos vídeos en modo tableta dónde presentan una perfecta fluidez, lo hemos comprobado.
El apartado técnico de Wolfestein II: The New Colossus es verdaderamente sorprendente para tratarte de la consola híbrida de Nintendo, poniendo de manifiesto que con una buena optimización hasta los juegos más potentes pueden llegar a la consola con un gran rendimiento, no dejando de lado eso sí, ciertos sacrificios evidentes. Una textura en baja resolución por allá, un modelado un poco más pobre por acá, la pantalla difuminándose para no mostrar nítidamente los rostros cuándo hay varios personajes en pantalla… Son varios los parches que se han tenido que poner al título para permitir que funcionara a buen rendimiento y afean un poco al conjunto, pero no le quitan el premio de ser probablemente el juego técnicamente más potente de la consola hasta el momento. El apartado artístico combina un estilo realista con uno más caricaturesco, obteniendo resultados de lo más vistosos que recuerdan al acabado de obras cómo Bioshock Infinite.
El apartado sonoro del juego posee más luces que sombras, poseyendo temas muy potentes pero que no acaban de lucirse. Es bastante común avanzar sin escuchar ninguna melodía de fondo, lo que les resta emoción a los tiroteos. El título está doblado al castellano con un buen nivel, pero es recomendable ajustar el sonido de las voces para escucharlas correctamente. Para terminar, la obra posee la opción de subtitular solo los mensajes en lenguas extranjeras o todos, lo que es de agradecer… por desgracia los subtítulos son tan minúsculos que son difíciles de leer, por lo que la compañía debería actualizar el juego con una opción para alterar el tamaño de los subtítulos.
Conclusión
Wolfestein II: The New Colossus, es un título poco frecuente en el catálogo de Nintendo Switch, que tiene el honor de ser todo un ejemplo que seguir por parte de las third parties sobre cómo adaptar una obra a la consola de la gran N. Es el juego más potente técnicamente de la plataforma, posee un gunplay excelente marca de la casa y un argumento adulto cargado del mejor humor negro. Es un juego que no defraudará a nadie y que esperamos que sirva como señal de que Bethesda y Panic Button, seguirán apoyando a la plataforma con grandes lanzamientos en el futuro.