Volvemos al conflicto moderno
Me gustaría tomaros de la mano y llevaros a un pasado que ya parece lejano, como un barco desapareciendo en los lagos de la memoria. Estamos en el 2009, hace dos años que Call Of Duty Modern Warfare cambió el aspecto de los first person shooters para los años venideros. Había llegado la época del shooter marrón militar. Como ha pasado, está pasando y pasará en el mercado de los videojuegos, una buena obra se explotó hasta la saciedad para obtener mejores resultados económicos.
Fast forward al momento actual y el ambiente ha cambiado. Los «live services» son la nueva moda y el reinado de los shooters marrones militares acabó hace tiempo, y con esta guerra de clones ya finalizada ahora tenemos un pequeño resurgimiento de shooters militaristas que intentan traer algunas ideas nuevas, o al menos no tan dadas de sí, a la palestra: es el ejemplo de World War 3, del estudio indie y compañía de desarrollo de aplicaciones de VR, The Farm 51.
World War 3 intenta algo que otros shooters militares, así como MMOs y otros juegos online, han intentado hacer antes con diversos grados de éxito: partidas individuales que repercuten en un cambio global en el mundo de juego. Un proyecto bastante ambicioso.
Guerra en acceso anticipado
Antes de continuar debo hacer un apunte importante. World War 3 no está finalizado aún, encontrándose en estado de Early Access. Con lo cual es importante tomar esta crítica con un grano de sal. El título no está terminado y por tanto tan solo puedo reflejar cómo está durante el período que lo he jugado, desde finales de la versión 0.4 hasta la implantación de la versión 0.5.
La premisa de World War 3 es simple: dos alianzas de ejércitos se enfrentan en Europa, el viejo conflicto del Este contra el Oeste. La tercera guerra mundial, que el mundo parecía dispuesto a tener a finales de la Guerra Fría, llevada a cabo en tiempos modernos. A nivel argumental esto es todo lo que nos ofrece el título de The Farm 51. Es un shooter exclusivamente online y está completamente centrado en las mecánicas.
Y, aunque es razonable, hubiera sido un soplo de aire fresco que al menos hubieran optado por una premisa algo menos trillada. Quién sabe, un conflicto Europeo-Americano o localizado en otras partes del mundo como África, Australia o Asia. En general, si hay sitios y ejércitos que el shooter militar ha visto hasta la saciedad es Oriente Medio, Europa y América.
Pero lo importante en este juego, como en todos los FPS multijugador, es ¿cómo se juega?
La experiencia de jugar a World War 3 es bastante estable para tratarse de un Early Access y no voy a negar que en esto me encontré con una agradable sorpresa. Ya durante la primera partida pude ver cómo, salvo algún bug relativo a la interfaz en sí, que tiene sus problemas, el resto del juego es bastante fluido.
Aún queda espacio para el desarrollo y la optimización, pero da la impresión de que, en contra de muchos desarrollos de Early Access típicos, The Farm 51 ha apostado por crear una fundación sólida para su título e ir añadiendo funcionalidades poco a poco en lugar de ir apilando más y más contenido sin preocuparse por si este choca con la anterior experiencia de juego, como otros muchos títulos en este estado.
World War 3: una guerra bien medida
Los tiroteos en World War 3 son rápidos e intensos; la cantidad de daño para que muramos es bastante pequeña y algunas animaciones como cambiar de armas, curarse con power ups, recargar, etc., son suficientemente lentas como para tener que ir midiendo muy bien qué hacemos. Además, el movimiento de nuestro personaje es un factor importante, no tanto como por ejemplo en un ArmA, pero sí un factor.
El único pero gran problema que realmente me plantea la jugabilidad del título es que parece padecer de cierta crisis de identidad. Las animaciones son deliberadas sí, pero al mismo tiempo nuestro personaje se mueve increíblemente ligero, se puede deslizar por el suelo, puede saltar. El movimiento y los tiroteos son rápidos y ágiles, pero al mismo tiempo no tenemos mucha resistencia a las balas. El TTK (Time To Kill) es increíblemente alto. World War 3 no está seguro sobre si quiere ser un FPS más arcade o realista.
De hecho, los únicos dos modos de juego existentes reflejan esta dicotomía: TDM y Warzone.
TDM es el típico enfrentamiento por equipos pequeños. Se juega por rondas limitadas por muertes conseguidas y el tiempo. El equipo que consiga ganar tres rondas gana la partida. Los mapas de esta modalidad son pequeños y el respawn en estos es aleatorio, de forma que las partidas son rápidas y el tiempo hasta que te matan o matas tú es ínfimo.
En el modo Warzone los enfrentamientos son de hasta 60 personas. Los mapas son más grandes, con representaciones de ciudades como Berlín. El objetivo es capturar puntos de control. Al mantener pares de estos controlados nuestro equipo ganará puntos y el que llegue al límite de puntos o tenga más al acabar el tiempo máximo (45 minutos) ganará. En este último modo, además, se pueden pilotar ciertos vehículos como tanques o quads.
Si habéis jugado antes a otros títulos del estilo, ambos modos os sonarán bastante. Habréis probado varias veces ambas variedades en múltiples ocasiones. Pero seguramente en títulos separados. En general, aunque las mecánicas están bien hechas y funcionan de forma decente, aún queda trabajo por delante, muchos ajustes y pruebas.
Las warzones tienen algunos elementos interesantes como las mejoras de campo. Parecidas a las ventajas por rachas de muertes en otros juegos, la idea es que al ganar puntos en la Warzone ayudando a aliados, matando y tomando puntos de control, estos pueden gastarse a cambio de mejoras como el uso de un dron, radar, artillería, etc.
Además, incluyen vehículos. La conducción tiende a lo arcade, con los vehículos pesados comportándose de una forma bastante más maniobrable de lo que lo harían en un título más realista. El problema de esto es que pueden resultar en algunas partidas completamente dominadas por algún jugador que sea bueno pilotando.
Los mapas son otro aspecto interesante del título. Los pocos que hay disponibles actualmente son interesantes, especialmente en las warzones, ya que se nota que están construidos parcialmente mediante fotos y representaciones reales de los sitios que encarnan. Y aunque esto se agradece a nivel de inmersión, aún requieren cierto trabajo para darles interés a ciertas secciones que en ocasiones pueden parecer demasiado planas y artificiales.
En los mapas de TDM existe otro problema aparte, y es la existencia de algunos lugares para campear que dan una ventaja increíble a aquellos que los toman. Esto, como mínimo, supondrá ciertos quebraderos de cabeza para decidir si se dejan o no y en caso de eliminarlos, cómo hacerlo.
Otro de los aspectos más importantes de World War 3 es la personalización de armas. Ya en estas versiones de Early Access tenemos disponibles una gran variedad de armas y accesorios como diferentes miras, cuerpos, agarres etc. Además, podemos cambiar las piezas que forman el arma para obtener distintas variedades estéticas.
El personaje en sí también puede modificarse, no tanto los rasgos faciales como diferentes tipos de uniforme y protecciones como el chaleco, cascos, etc. Algunas de estas opciones obviamente pueden dotarnos de mayor protección, así como de más o menos peso, lo cual puede restar movilidad.
Estas opciones podrían ser interesantes de no ser por la sobriedad visual de World War 3. Aunque entiendo qué estaba pensando el equipo de Farm 51 a la hora de mantener este estilo, la paleta de colores de marrones y grises, los gráficos mediocres y ese diseño de niveles y personajes lo único que me sacan a decir es que el juego tiene un apartado visual que solo podría describir como sobrio y aburrido.
Y ya que estamos en el apartado visual, me temo que tendré que recalcar lo importante que es que tus menús e interfaz funcionen bien. Este es uno de los apartados peor llevados del juego. Una mezcla de mal diseño y algunos cuantos bugs hacen la experiencia de navegar por los menús frustrante, lo cual detrae del aspecto de personalización.
En resumidas cuentas, World War 3 al final queda como un representante moderno de muchos otros títulos que quedaron atrás. Un juego que, aunque sorprendentemente bien ejecutado a nivel técnico, sobre todo para tratarse de un Early Access, falla a la hora de hacerse destacar entre todo el resto de obras y tomar una identidad propia.