Mientras la saga principal de lucha libre de la WWE se toma un descanso, este relevo más arcade intenta continuar la lucha por el cinturón, sin demasiado éxito
Después de unos cuantos años con más varapalos de lo esperado, este año ha sido el primero en mucho tiempo en el que no hemos visto una nueva entrega de 2K WWE, la relativamente exitosa saga de juegos de lucha libre de la compañía. Después del fiasco que fue el lanzamiento de WWE 2K20, en parte debido a la separación con su compañía desarrolladora, Yuke’s, la compañía ha decidido tomarse un tiempo de descanso para reevaluar la franquicia. Suponemos que para volver lo antes posible con una nueva entrega más cercana a la simulación o al menos al realismo, de la que tenemos aquí delante hoy, WWE 2K Battlegrounds.
Porque como no podíamos estar un año entero sin nuestra ración de tortas a mansalva, os presentamos al sustituto temporal que va a intentar que la espera sea más corta. En la misma senda que NBA Playgrounds (cuya segunda parte salió hace unos meses, después de unos cuantos retrasos), o el ya lejano WWE Legends of Wrestlemania, estamos ante un arcade totalmente puro donde tanto el sistema de juego como su aspecto visual opta por un estilo desenfadado, con todas sus consecuencias.
Directo al espectáculo de la WWE
En lo bueno, sin duda, la accesibilidad de los controles y su aspecto gráfico. Cualquiera puede introducirse en este juego sin experiencia previa, lo que lo hace ideal para unas partidas con amigos en local u online o en general para pasar el rato sin mayores preocupaciones. Con un sencillo tutorial de un par de minutos ya podemos repartir golpes, dar espectáculo al público y de paso, llenar nuestra barra de potenciadores. Una vez lista, nos permite realizar ataques especiales de lo más espectacular. Del tipo de golpear con puños de fuego, lanzar rayos o convertirnos en un tornado. Arcade, como decíamos.
Por si no es suficiente, siempre podemos salir del ring y buscar debajo del cuadrilátero, a ver si encontramos alguna silla (o una motocicleta), para más efectividad en nuestra lucha. Eso sin contar las reglas especiales como las verjas electrificadas. Como veis, la idea es una diversión sin complicaciones, pensada para divertirse un rato controlando a nuestros luchadores favoritos. Al menos, si los tenemos desbloqueados.
La lucha libre se presta mucho a este tipo de títulos más directos y en ese sentido cumple bastante bien con su premisa, ya que realmente no se tiene que alejar tanto del espectáculo real. Coges cualquier programa de Raw o Smackdown, con sus sillas, sus verjas y sus llaves imposibles y le añades un par de efectos de partículas por aquí y allá. Salvando las distancias, claro. Pero nos resulta un paso más natural de dar y algo que creemos que no se ha explorado lo suficiente en los últimos años. Sobre todo si lo comparamos con el baloncesto o el golf, que siempre han tenido sagas más arcade o cartoon de forma regular.
El aspecto visual, como comentábamos antes, también es otro punto fuerte. Gráficos saturados, personajes exagerados y, salvo un par de ellos, muy reconocibles, con la intención de que parezcan muñecos o juguetes de acción. Casan a la perfección con el estilo de juego, al menos en su planteamiento general.
Buen planteamiento pero con problemas en su ejecución
Sin embargo, al igual que tiene muchas luces, sobre todo en las ideas generales, WWE 2K Battlegrounds tiene muchas sombras, cuando llevamos esas ideas a la práctica. La simplificación de los movimientos del roster hace los combates muy repetitivos a medio plazo y la estrategia para superarlos es siempre la misma. Además, aunque el plantel, del que hablaremos más adelante, puede ser suficiente para muchos de los fans, al final se clasifican en cinco tipos de luchador, cada uno con sus características. Esto aplana mucho las diferencias que pueda haber entre uno y otro.
Esta sí que consideramos que es una ejecución errónea del sistema de juego, que podría beneficiarse mucho más si se potenciaran las peculiaridades de cada personaje en vez de intentar agruparlos y hacerlos más homogéneos.
Por otro lado, igual que podemos alabar el aspecto visual general, el rendimiento actual en consolas es bajo para la poca carga de modelos y elementos que tiene. Es bonito, pero debería ir perfecto siempre y no es así. Además, las animaciones se antojan algo toscas y demasiado artificiales, necesitan no sólo un pulido general sino una revisión seria a la fluidez en las transiciones de los golpes o en las entradas de los luchadores, por ejemplo. Ahí se parecen ya excesivamente a juguetes.
Un roster limitado
Es un revés importante para la situación que nos proponen. Viendo como acertada la simplificación y exageración, su ejecución tiene aún mucho margen de mejora y se queda más en un intento para ver cómo reacciona su público ante este cambio de tercio que en una apuesta completa y real de sustitución, al menos temporal, de la saga WWE 2K.
Hablábamos antes del roster. En el momento de lanzamiento, contamos con setenta luchadores, en gran parte actuales pero con cierta presencia de leyendas de décadas anteriores. En los parches y ampliaciones, que ya se están sucediendo, se piensa en doblar esta cifra, lo cual ya sí, lo convierte en una apuesta interesante. El problema es que no están desbloqueados desde el comienzo y tenemos que ganar monedas para ir comprándolos, sacándolos literalmente de la caja de plástico donde se encuentran. Conseguir unos cuantos es tarea fácil, ya que ganamos fácilmente créditos, pero conseguirlos a todos ya es otro cantar.
Ahí es donde entran en juego las temidas microtransacciones, que en este caso son muy dolorosas, sobre todo si queremos jugar, como decíamos antes, con amigos. Necesitamos o muchas horas de juego o mucho dinero extra para tener, si no a todos, a un porcentaje importante del plantel disponible. Estando pensado para echar un rato y unas risas, es poco probable que gran parte de los jugadores quieran dedicarle tanto tiempo y esfuerzo en un sistema que tampoco es excesivamente satisfactorio en cuanto a recompensas.
Modos de juego
Para intentar compensar este patinazo, aparte de los modos de juego clásicos que podemos esperar en un arcade de estas características, tenemos un modo carrera y otro donde crearemos nuestro propio avatar. En el primero, usamos a siete estereotipos de personajes creados específicamente para este modo y los llevamos, de forma no lineal, de un combate a otro. El argumento, contado en viñetas de cómic, es bastante insustancial y solo sirve como excusa para pasar de fase. La posibilidad de elegir el orden de algunas de las batallas es algo interesante para aportar algo de variedad y sirve, sobre todo, como introducción a los modos y estilos de juego y para ir consiguiendo experiencia, monedas y cierta soltura a los mandos.
Desafío de Batteground es el nombre del modo donde podremos crear nuestro propio luchador y lanzarlo al combate. El creador es bastante completo e incluye también animaciones y otros extras bastante interesantes, aunque algunos cuestan, una vez más, monedas del juego. Obviamente, también podemos seleccionar su estilo de lucha y algunas de sus características. Por otro lado, el modo de juego en sí tampoco introduce muchas novedades, aunque sus recompensas son bastante abundantes.
El online cuenta con dos modos, uno que va rotando con el tiempo y otro cuyo planteamiento es una versión propia de un Royal Rumble, sin contar con los modos que se pueden jugar en local. Es una oferta algo insuficiente, una vez más, para un juego pensado para echar unas partidas y no tanto para echarle horas en solitario.
Conclusiones
En definitiva, WWE 2K Battlegrounds es un buen intento de refrescar este género tan específico y con tan pocos exponentes en su larga historia aparte de la licencia principal. Sus ideas son buenas y creemos que va en una dirección muy interesante si le dan vueltas como alternativa al intento de simulador que solíamos tener cada año. Incluso en algunos aspectos nos parece más entretenido, más directo.
Una pena que muchos de sus atributos se vean ensombrecidos por algunas decisiones de estilo cuestionables y contradictorias con su propia naturaleza, sobre todo contando con la oportunidad que supone para potenciales nuevos jugadores. Necesita de un pulido general tanto gráfico como de controles para poder recomendarlo más que a los fans acérrimos de la lucha libre.