Si la interpretación del mundo real que hace Yakuza 0 es exacta, caminar por las calles del distrito de Kamurocho de Tokio y Osaka en Japón debe ser un auténtico dolor de cabeza. Si mientras paseamos no hay algún individuo tratando de vendernos unos pañuelos o algún pasajero al azar te elige para calmar sus penas contándote todas las miserias de su vida, seguro que un grupo de matones callejeros están tratando de meterte una paliza. ¡Qué locura! Y eso que solo quiero recoger un paquete para poder continuar la historia principal.
El mapa de Karumocho no es enorme, pero es increíblemente denso, salpicado de un montón de tiendas, clubes, bares, túneles y más, seccionado por un montón de caminos rectos y algunos callejones cortados en los que siempre tendemos a meternos en el peor momento posible. En mitad de este torbellino de locura y mafia nos ponemos en los zapatos de Kazuma Kiryu –nuestro protagonista– con el cual correremos de un lado al otro mientras nos metemos en peleas, visitamos algunos clubs de alterne y nos enfrentamos a situaciones tan extrañas como imprevisibles.
El juego tiene dos historias principales, cada una de ellas lideradas por un personaje distinto, en una se nos explica la historia de Kazuma Kiryu y en la otra la de Goro Majima. Las dos historias cubren temas muy interesantes en relación a la Yakuza y como se espera en cualquier juego de mafiosos, esos temas estarán teñidos de sangre y amputaciones de dedos como castigos a «empleados desleales». Aunque las historias principales son de lo mejorcito del juego, el amplio abanico de misiones opcionales es igualmente entretenido, unas cuantas que podríamos catalogar como divertidas y otras que simplemente podríamos decir que son tan extrañas que nos dejarán un buen sabor de boca. En una de las tramas principales conoceremos a una mujer que ha quedado ciega por un fuerte trauma psicológico, pero minutos después apareceremos en un karaoke, gritando y cantando como si nada de lo anterior importara. Los veteranos de Yakuza probablemente estén acostumbrados a estos cambios tonales tan radicales, pero a los recién llegados es probable que esta ligereza de saltos entre tramas les resulte confuso. Lo bueno es que estos saltos tan toscos entre trama y trama son fácilmente asumibles ya que estamos hablando de una precuela de la saga y no necesitamos mucha información extra para situarnos fácilmente en la dinámica y la narración del juego. Además, es un buen momento para conocer los orígenes de los personajes y acercarnos a ellos libremente sin necesidad de conocer que harán en el futuro.
Yakuza 0 nos presenta a unos jóvenes gángsters con corazones de oro –al menos en este momento–, pero con grandes habilidades para la mafia. Kazuma y Majima son igualmente sorprendentes en las combinaciones de golpes y técnicas que pueden usar en combate. Sus estilos son distintos, sin embargo, cada uno de ellos tiene su propio árbol de habilidades.
Kazuma adopta un estilo más propio de un alborotador con un contacto mucho más directo con sus enemigos, con la posibilidad de utilizar muchos elementos del entorno como arma cuerpo a cuerpo; sus habilidades llegan a tal punto de excentricidad que es capaz de golpear a alguien con una bicicleta… altamente recomendable. Su combate es rápido y combina tanto puños como patadas, un combate de corto alcance combinado con grandes dosis de esquivar y correr. Pero eso no le evita de sacar su lado más bestia mientras recoge elementos pesados de su entorno y se enfrenta a grupos enteros haciéndolos llorar de dolor en pocos segundos.
Por otro lado, Majima tiene un estilo mucho más equilibrado, bastante similar al de Kazuma pero con su propio conjunto de animaciones. Con Majima nos acostumbraremos a hacer uso de un bate que nos permitirá romper hasta el último de los huesos de nuestros enemigos, pero también podremos optar a ponernos un poco más «estilosos» y pelear al estilo capoeira con una combinación de movimientos imprevisibles. Obviamente, ambos personajes también podrán pelear a larga distancia con un arsenal bastante extenso (aunque no mucho) de armas que podremos comprar, encontrar o incluso ganar en algún minijuego.
Pero no todo va a ser repartir leches. Mientras no estamos peleando podremos deambular por las calles y charlar con la gente –muchos diálogos son brillantes y Sega ha hecho un magnífico trabajo de localización– además de divertirnos con varios minijuegos o dirigir nuestros negocios. Como no, también podremos acceder a un montón de lugares muy picantes teñidos con la extravagante visión que tiene la cultura japonesa de lo erótico y morboso. Estos lugares son algo fuera de serie, difícilmente clasificable, y en muchas ocasiones no sabremos si reír o llorar con lo que estamos viendo.
Afortunadamente, estas actividades son opcionales, aunque no nos libraremos de ellas fácilmente, pues nos tropezaremos constantemente con tarjetas coleccionables de mujeres desnudas reales, lo que nos permitirá desbloquear algún vídeo picante con pretensiones. Claramente la visión que da el juego sobre el género femenino es completamente criticable, pues la Yakuza se comunica con las mujeres del juego como si fuesen meros objetos que pueden utilizar en su favor y para satisfacer sus deseos. Por supuesto el diseño del juego fortalece esa idea relegando el papel de la mujer a un segundo plano y presentándola como un personaje carente de voluntad y complejidad; además, por supuesto de contribuir a todo este imaginario heteropatriarcal con las citadas tarjetas y vídeos picantes desbloqueables. No sé hasta qué punto es una visión intencionada para mejorar la ambientación del juego o realmente reproduce este tipo de roles más allá del propio juego; que cada cual valore.
Los minijuegos son muy variados y divertidos, podremos elegir entre un montón de actividades y a cada cual es más surrealista y divertida que la anterior; de hecho, los minijuegos son el otro plato fuerte del juego. El mapa está lleno de actividades, desde apuestas en peleas, ir a pescar, dardos, piscina, karaoke, discoteca, Shogi (ajedrez japonés)… y seguro que me dejo unas cuantas; en fin, un montón.
De hecho, tal es la cantidad de actividades que podemos llevar a cabo en el juego que, jugando como Majima, me quedé completamente absorto gestionando mis negocios en Osaka. Yo dominaba cada territorio, vestía a las chicas de mi imperio de prostitución con trajes diferentes, gestionaba su maquillaje, preparaba el personal por turnos, reclutaba y vigilaba los turnos de noche; vamos envuelto en un juego dentro de un juego. Así me pude pasar horas hasta que recordé que la historia principal estaba aparcada esperando que yo hiciera algo al respecto y salir de ese nivel de inmersión para intentar acabar el juego principal sin perderme en los rincones de las actividades opcionales. Esa es la experiencia que nos ofrece Yakuza 0 explicada en una sola anécdota.
La potencia gráfica del juego es bastante sencilla, sin grandes pretensiones. En varias ocasiones notaremos como la velocidad de la cámara se ralentiza o salta a trompicones, ya sea moviéndonos por la ciudad o mirando a nuestro alrededor. La caída de FPS también es bastante habitual y se repite durante las 100 horas de juego que podemos aprovechar de este título si nos entretenemos en todas sus actividades. El tamaño de los mapas es bastante pequeño en relación a lo que estamos acostumbrados hoy en día, pero Yakuza 0 suple esa carencia con un escenario repleto de cosas para hacer en cada esquina.
El sonido es, quizás, el elemento mejor conseguido de ambientación e inmersión en la historia. Nos encontramos con un juego completamente en japonés, así que sus diálogos y BSO nos trasladan a la perfección a la isla nipona. Las canciones y los karaokes nos trasladan directamente a la década ochentera de Osaka y, sin lugar a dudas, nos hará mover la pierna al ritmo de las canciones que van saltando de vez en cuando a medida que avanzamos en la historia.
En fin, a pesar de la superficialidad del combate siempre nos sentimos empujados hacia algo nuevo, y no podremos evitar dejarnos llevar por la corriente. Siempre que te canses de una cosa la próxima distracción o la siguiente gran misión de la historia principal está a tan solo cinco minutos de distancia. Tan solo disfruta; coge el mando, siéntate y recorre las calles de Osaka mientras esquivas a gente que te intenta vender pañuelos de papel, escuchas las desagracias de algún pobre infeliz, controlas tu imperio del crimen organizado y golpeas a desconocidos a medida que te cansas de sus tonterías. Si quieres reír, sorprenderte y repartir leña al estilo karateka Yakuza 0 es tu juego.