Entre las novedades de octubre de Norma Editorial llegaba el esperado 10º tomo de Yona, princesa del amanecer. El popular shojo de Mizuho Kusanagi que ha conquistado a lectores de todo el mundo con su perfecta mezcla de drama, acción, romance y comedia.
Si no conoces este manga o todavía no lo has leído, te recomiendo que vayas a la reseña de los dos primeros tomos, donde te cuento sin spoilers qué puedes esperar de esta magnífica historia. Ya que este artículo contendrá información de lo que sucede en los volúmenes 9 y 10.
En el anterior tomo (el primero que no ha sido adaptado al anime) Yona y sus compañeros se erigieron como bandidos para proteger las maltratadas tierras del Clan del Fuego. Pero el general del clan no está dispuesto a dejar que campen a sus anchas y envía a su hijo, Tae-Joon, para detenerlos. Un joven noble que, como podrás recordar, fue el responsable de que Yona y Hak cayeran por un acantilado, momento en el que los dio a ambos por muertos. Y la culpa no ha dejado de corroerle, convirtiéndolo en un fantasma depresivo (estado del que la mangaka explotará la vertiente más cómica), hasta que escucha la voz de Yona cuando se están enfrentando a los bandidos, y se obsesiona con comprobar si está viva. De esta forma, terminará infiltrándose en la aldea donde se esconden la princesa y sus compañeros, y viendo con sus propios ojos las penurias a las que están sometidas las gentes del Clan del Fuego.
Estamos, por tanto, ante el que podríamos definir como el tomo de Tae-Joon, narrado desde su sola perspectiva. Cosa que a simple vista puede sonar poco atractiva, pero nada más lejos de la realidad. Mizuho Kusanagi obra su magia y consigue acercarnos a un personaje que en un principio nos vendió como patético, en un arco redentor muy bien trabajado. Y, al fin y al cabo, el cambio que se produce en Tae-Joon no deja de tener raíz en la influencia de Yona. Además, ver al extraño grupo que acompaña a la prota desde fuera resulta muy, pero que muy divertido.
Así, este tomo apuesta más por la comedia y un ligero drama, dejando de lado la acción. El romance también estará presente, aunque desde una nueva perspectiva (tranquilos, que no cunda el hype. Todavía tendremos que seguir shippeando a HakxYona. Aunque puede que no sea por mucho tiempo, ya que como Kusanagi avanza en las viñetas extra, quizás haya pronto un amorío. Crucemos los dedos).
La mangaka también hace hincapié en este tomo en las diferencias sociales, un tema que ya había presentado anteriormente, pero en el que profundiza llevando al hijo de un noble a una aldea extremadamente empobrecida.
De esta forma la historia de Yona, princesa del amanecer sigue avanzando, y el 11º volumen, que ya se encuentra a la venta, promete nuevos cambios para la princesa y su grupo. ¿Qué les deparará el futuro?
Como siempre, Norma Editorial nos presenta una edición de gran calidad, cómoda y agradable a la vista y al tacto, que nos permite disfrutar todavía más de esta historia. De los pequeños fallos de traducción que había en los anteriores volúmenes ya no queda ni rastro, lo que se agradece, pues estamos ante un tomo con bastante carga textual, lo que no resta expresividad al dibujo de Kusanagi.
En definitiva, Yona, princesa del amanecer es un shojo 100% recomendable, muy equilibrado y con una historia y unos personajes que conquistan a quien los lee. Todo un acierto de Norma que no puedo esperar a seguir devorando.