You Are obsolete es una historia conclusiva del sello Aftershock, cuya licencia está en manos de la Editorial Planeta. Esta obra está escrita por Mathew Klickstein, y dibujada por Evgeny Bornyakov.

Esta historia comienza con Lyla Wilton, una famosa periodista, venida a menos. De repente, le llega una invitación para escribir un artículo sobre unos niños extraordinarios que se encuentran en una pequeña isla remota de Europa. Buscando recuperar su fama como periodista, Lyla decide aceptar el trabajo, y se traslada allí para aceptar el encargo.

Lo que le depara en aquella isla se asemeja a un capítulo de Black Mirror mezclado con Los chicos del maíz. Y es que en esa isla, parece que los niños han tomado el control sobre la población. Los adultos parecen atemorizados por unos simples niños, quienes parece que viven ensimismados con el móvil.

La líder de estos niños es la única que habla con Lyla. Cada día, va enseñándole el funcionamiento de la isla, sus habitantes, y su proyecto secreto que los hacen tan especiales. Poco a poco, la periodista comienza a encajar las piezas para su artículo.

El primer cómic de Mathew Klickstein

You are obsolete es el primer cómic de Mathew Klickstein. El autor ha publicado varios libros de divulgación (sobre Los Simpsons o Nickelodeon), y ha escrito algunos guiones de cine. Este cómic es su estreno en el noveno arte. Y lo hace con una temática muy atractiva: la imposición de las nuevas tecnologías sobre los usuarios.

El guionista reúne en esta primera obra dos elementos muy atractivos: un misterio sobre un grupo de niños que parecen «gobernar» en la isla, y el control de la vida por parte de las tecnologías.

Así, Klickstein otorga a estos niños un «poder» que les permite tomar el control sobre la isla. Y lleva allí a una periodista para que de a conocer al resto del mundo este nuevo avance. La premisa del guionista en el primer número es interesante. Un misterioso trabajo, una reputada reportera y un enorme grupo de adultos siempre sonrientes.

El misterio se mantiene durante la mayor parte de la obra, buscando en el lector el ansia de saber, la necesidad de seguir leyendo. You are obsolete es una obra autoconclusiva de cinco números, y el guionista sabe aprovechar esto, guardándose los secretos hasta el final. Podría decirse incluso que mantiene al lector en vilo durante demasiado tiempo.

El dibujo de You are obsolete

Evgeniy Bornayakov ya ha debutado en Aftershock con series como Dead Day. Aún así, el artista apenas tiene trabajos en este mercado, lo que implica que el tandém guionista dibujante carece de experiencia en este género.

A pesar de esto, el artista hace una buena labor con los lápices. Sin ser un dibujo que destaque, cumple su función. Ambienta bien los escenarios, y le da un toque de exageración a los rostros que ayudan a transmitir la tensión psicológica que parece sufrir la protagonista.

Es cierto que abusa en exceso de los primeros planos. En ciertos momentos, ayuda a transmitir agobio o a destacar una imagen concreta. Pero en otras ocasiones, aportaría más lo que falta al dibujo que el primer plano que lo que muestra.

Lauren Affe es la encargada de dar color a las páginas de You are obsolete. Valiéndose de tonos apagados, la colorista consigue aumentar la sensación de agobio y ansiedad que intenta transmitir la idea de esta obra.

Conclusiones tras leer You are obsolete

You are obsolete es un cómic que parte de una premisa muy interesante. El tema que lo rodea todo está en las tecnologías; en su abuso y en como pueden acabar gobernando en nuestra vida diaria. Todo esto es conducido a través de un misterio sobre una isla europea y la invitación que recibe una famosa periodista para cubrir un gran avance en ella.

Hasta aquí, esta obra podría enganchar a cualquier lector. Por desgracia, tiene algunos peros que enturbian un poco esta reseña.

Por un lado, tenemos el desarrollo de la historia. Tras un primer número muy atractivo, el resto se pierden en reflexiones y monólogos de la periodistas. Si bien parece que esa es la intención, no consigue alcanzar el resultado que se buscaba. En lugar de sentir que las reflexiones componen una especie de columna o artículo periodístico (creo que es la intención que reside en esta práctica narrativa), se convierte en una especie de delirios de la protagonista, que ralentiza la historia. La idea es buena, pero se abusa de ella hasta el punto de cansar al lector, dado que impide que la trama avance.

El punto álgido de la trama se encuentra en el final. En el último número intenta resolver todos los misterios que ha ido sembrando el guionista, e incluso introducir algún giro de guion. Pero personalmente me ha dado la sensación que el final de la historia no justifica algunos de los misterios que se han presentado al lector. Como si faltarán piezas por encajar. Aún así, la escena final alivia un poco esa sensación.

Del dibujo ya se ha comentado anteriormente. Tanto el dibujo como el color cumplen su función, e incluso consiguen transmitir cierta sensación de ansiedad y terror psicológico. Exceptuando el abuso de los primeros planos, ambos artistas hacen una labor muy decente.

Para finalizar, este cómic sólo lo recomendaría a lectores veteranos, y siempre que les guste este tema de misterio/ciencia ficción basado en el avance de las tecnologías. Yo aún tengo pendiente una relectura.

 

 

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